Barack Obama pedirá al G-20 replantear toda la economía

El presidente de Estados Unidos confirmó que, el 24 y el 25, presionará a sus colegas de los países mayores para “reorganizar la economía mundial. Será una respuesta a la peor crisis financiera en más de siete decenios”

21 septiembre, 2009

<p>Por de pronto, parte de la Uni&oacute;n Europea seguir&aacute; un ejemplo de Barack Obama: encontrar maneras de disminuir las remuneraciones de operadores y banqueros en el sector privado. Mientras Wall Street intenta frustrar la ofensiva reformista, el tema figura en agenda para la cumbre del grupo de los 20 (jueves y viernes). <br />
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Es la tercera vez en menos de un a&ntilde;o que se hace una reuni&oacute;n como &eacute;sta. Los esc&eacute;pticos temen que sea tan poco fruct&iacute;fera como las anteriores, si bien estar&aacute; representado 85% del producto bruto global. El problema reside en coordinar propuestas cuando ya no hay una superpotencia con vocaci&oacute;n dominante.<br />
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Precisamente, es EE.UU. quien aboga por &ldquo;un nuevo, amplio marco de pol&iacute;ticas econ&oacute;micas&rdquo;, en carta al comit&eacute; organizador de la cumbre cuyo texto se difund&iacute;a este lunes. Pero, al mismo tiempo, los Nobel 2001 (Joseph Stiglitz) y 2008 (Paul Krugman) se manifiestan esc&eacute;pticos al respecto. <br />
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En la visi&oacute;n de Obama, &ldquo;nuestra econom&iacute;a comienza a recobrarse. Pero el desempleo sigue alto y afecta el gasto de las familias. No obstante, el problema de fondo es otro: estamos pagando muchos a&ntilde;os de consumo excesivo y ahorro insuficiente&rdquo;.<br />
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La mayor econom&iacute;a &ldquo;no puede volver a la era cuando chinos, japoneses, alemanes y otros nos vend&iacute;an o compraban de todo. Hoy los norteamericanos estamos endeudados localmente v&iacute;a tarjetas de cr&eacute;dito e, internacionalmente, v&iacute;a letras de tesorer&iacute;a. Pero exportamos poco&rdquo;, afirma en un &ldquo;mea culpa&rdquo; poco frecuente.<br />
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Mucho antes de que la recesi&oacute;n estallase, diciembre de 2007, economistas sist&eacute;micos como los citados o Nouriel Roubini ven&iacute;an advirtiendo sobre riesgos de desequilibrios en los pa&iacute;ses occidentales. Asimismo, notaban los super&aacute;vit -y consiguientes compras de deuda norteamericana- en China, Jap&oacute;n, Surcorea y Taiw&aacute;n.<br />
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Con consumidores reticentes y desempleo todav&iacute;a en alza, Washington quiere que otros paguen la factura y &ldquo;se conviertan en motores de desarrollo&rdquo;. No va a ser tarea f&aacute;cil, aunque Obama tenga m&aacute;s carisma y mucha mejor imagen que George W.Bush. Despu&eacute;s de todo, Krugman y otros no creen en el equipo econ&oacute;mico presidencial.<br />
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