<p>Al presidente lo inquieta que una serie de bancos, con el pretexto de haberse terminado la crisis sistémica 2006/9, recaiga en bonificaciones desmedidas a ejecutivos para no perder sus presumibles talentos. Sin recordar que muchos de ellos trabajaban en entidades que fueron al colapso. Como Bear Stearns, Lehman Brothers, Merrill Lynch o Wachovia.<br />
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Esta semana se anunciarán cuantiosos estipendios, con Goldman Sachs y JPMorgan Chase a la cabeza: respectivamente US$ 595.000 y 465.000 en promedio por operador. Ello indica que habrá pagas superiores al millón. En total, algunos analistas calculan una masa de US$ 150.000 millones, apenas 14.000 millones bajo los escandalosos 165.000 millones de 2007, año récord.<br />
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Los malos manejos de bancos, inmobiliarias y firmas de inversión obligaron que, en septiembre de 2008, Henry Paulson (hombre de GS y secretario del Tesoro de George W.Bush) empleara US$ 700.000 millones de los contribuyentes para rescatar a malos banqueros. “Barack Obama no procesó a ex funcionarios y operadores. Ése fue uno de sus errores iniciales”, opinaba Paul Krugman, Nobel 2008. <br />
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Ahora, el poder ejecutivo proyecta aplicar gravámenes para recobrar dinero público tragado por Wall Street. Rápidamente, voceros del sector los declararon “difíciles de aplicar y plagados de efectos indeseables”. Por lo común, este negocio rechaza todo tipo de impuestos. A veces, con apoyo de la Reserva Federal; explícito o implícito. <br />
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Altos funcionarios de la Casa Blanca confirmaron este martes que Obama propondrá gravámenes sobre ingresos de entidades financieras para “ayudar a recortar 50% el déficit federal del ejercicio 2010/11, previsto inicialmente en US$ 1,4 billones. La idea es recobrar íntegramente los 700.000 millones del programa pro alivio de activos tóxicos (TARP), recobrados apenas en parte”. En este contexto, el mandatario recrudece las críticas a las altas remuneraciones de operadores.<br />
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El borrador prevé algunas alternativas, Entre ellas, una sobretasa a los ingresos, impuestos indirectos, un gravamen asociado al valor de activos. Wall Street alberga una sugestiva esperanza: se trata de medidas tan porosas que bancos y financieras podrán eludirlas con facilidad. Además, la banca espera que los republicanos bloqueen o diluyan propuestas de un Obama con demasiados frentes abiertos (Yemen, acciones de al-Qaeda contra blancos en Occidente, asistencia social, etc.).</p>
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Obama: otro ataque contra los bancos que pagan demasiado
En realidad, son dos presiones simultáneas. Una, del presidente sobre excesos remuneratorios a operadores. Otra, del cabildeo sectorial vía Bloomberg News, Wall Street Journal y otros medios- sobre eventuales impuestos a transacciones financieras.