Obama apela a la clase media

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El Presidente de EE.UU. defendió en la universidad de Knox la
importancia de atajar la desigualdad social y reforzar la clase media, a
la vez que arremetió contra los republicanos que traban en el Congreso
la recuperación del país.

Fue el de ayer en la universidad de Knox, Galesburg (Illinois), el primero de una serie de discursos que Obama programó para los próximos meses a fin de imponer el guión social por sobre otros escándalos y controversias que han polarizado en los últimos meses el panorama político de Washington y han obligado a la Administración a desviarse de su agenda, según analizó El País.

Con este discurso, Obama quiso retomar la iniciativa política en vísperas de dos de los pulsos políticos más importantes que se avecinan en los próximos meses: el debate sobre los presupuestos federales del nuevo año fiscal, que comienza en octubre, y el del incremento del techo de la deuda, cuya fecha límite expira en noviembre.

La elección de la universidad de Knox para dar inicio a la nueva estrategia de la Casa Blanca está llena de simbolismo. En 2005, cuando apenas acababa de ser elegido senador por Illinois, Obama ofreció allí el primer discurso sobre su visión de la economía.

Entonces, aseguró que la globalización había dañado los pilares en los que se asentaba la clase media y que el Gobierno debía encargarse de educar y ofrecer los medios necesarios a esa clase media para poder competir en un mundo tecnológico.

Su discurso de entonces apenas difirió mucho del de ayer donde defendió la inversión en educación, en infraestructura y en energías renovable para crear puestos de trabajo de calidad.

Apenas anunció nuevas propuestas, consciente de que el tenaz bloqueo de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes ha hecho languidecer en el Congreso muchas de sus iniciativas en materia económica, sin embargo, sí defendió los logros alcanzados durante su primer mandato y apostó por continuar en esa senda.

El incremento de la desigualdad no solo es algo moralmente malo, es una mala economía, sostuvo el mandatario.

Buenos empleos, mejores perspectivas para la clase trabajadora, una economía que impulse a la clase media. En eso voy a centrar mis energías no sólo en los próximos meses, sino durante el resto de mi mandato, señaló el presidente.

Los escándalos que han rodeado al Gobierno estadounidense en los últimos meses han forzado al presidente a apartarse de la agenda prevista para su segundo mandato, obligando a la Casa Blanca a estar a la defensiva, siempre un paso por detrás de los acontecimientos.

Una circunstancia que ha hecho mella en la popularidad del presidente en las encuestas, alcanzando los niveles de aprobación más bajos desde noviembre de 2011, de acuerdo con el último sondeo publicado ayer por The Wall Street Journal.

Con un sinfín de distracciones, afectaciones políticas y escándalos prefabricados, Washington ha dejado de centrarse en lo que es importante, se defendió Obama, y agregó: Estos debates obsoletos y a corto plazo no son lo que este país necesita. Debemos centrarnos en los problemas económicos que son lo que realmente importa a la mayoría de los ciudadanos, a aquellos a los que representamos.

No voy a permitir que la inacción, el bloqueo o la indiferencia impidan hacer lo que es correcto. Si puedo ejecutar mi autoridad como Presidente para ayudar a la clase media, lo haré y para lo que no pueda hacer solo, llamaré a todo el que quiera colaborar en nuestros esfuerzos, aseguró Obama.

La Casa Blanca no espera que estos discursos vayan a cambiar la posición en la que se ha enrocado en Partido Republicano en las últimas negociaciones sobre el déficit y la deuda, que solo está dispuesto a hacer concesiones a cambio de un recorte en el gasto en programas sociales.
 

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