Strauss-Kahn estima que se demoran medidas convenidas en la última cumbre de ese grupo, noviembre. Lo notable es que el experto adopte una postura sistémica, no monetarista, rasgo que –se supone- debiera remitir al G-20. En efecto, el virtual colapso del G-7 se originaba en sus obsesiones ortodoxas, tornadas en anacronismos cuando Estados Unidos lanzó un megarrescate por US$ 700.000 millones usando fondos públicos. <br />
<p> “La puesta en práctica de los compromisos lograda en ese encuentro deja mucho que desear”, sostiene el jefe del FMI, que ni siquiera levanta la copa para brindar por el nuevo año. En rigor, casi nadie lo ha hecho, salvo los banqueros beneficiados por Henry Paulson (hacienda) y Benjamín Bernanke (Reserva Federal), gracias a la pasividad del futuro poder ejecutivo norteameriano.</p>
<p> Tras analizar las decisiones de aquella reunión, Strauss-Kahn recuerda que “en ese terreno se juegan la salida de la crisis sistémica y el futuro de las propias entidades multilaterales. Durante diciembre se advirtió la insuficiencia de los estímulos a la economía real encarados por algunos gobiernos”. Aludía a EE.UU. –enfrascado en salvar el negocio financiero-, Alemania, Gran Bretaña y Japón.</p>
<p> Según el economista francés, “en Washington todos sabíamos que la situación era grave y exigía drásticas reformas fiscales y regulatorias. El texto final contenía más propuestas que todos los documentos producidos desde el estallido de la crisis. Pero esas buenas intenciones no se han concretado y hay riesgo de que la presente recesión se troque en depresión lisa y llana”. Esto lleva al FMI a cuestionar a representatividad y la ejecutividad del G-20.</p>
Nuevos embates de Dominique Strauss-Kahn contra el grupo de los 20
El director gerente del Fondo Monetario Internacional reiteró críticas al grupo donde coexisten economías centrales y periféricas (entre ellas, Argentina). El funcionario se manifiesta decepcionado por tanta inacción.