Niall Ferguson apuesta en 2009 por un Obama blanco y republicano

En una larga ficción para el “Financial Times” y otros medios, el analista escocés –en el fondo, un puritano laico- anuncia el derrocamiento de Ajmadinedyad y la caída del equipo Clinton. También, un atentado de al-Qa’eda contra Barack Obama.

2 enero, 2009

En realidad, este historiador econ&oacute;mico formado en Harvard vislumbra otro &ldquo;siglo norteamericano&rdquo;. Su m&eacute;todo no es original pero s&iacute; eficaz: describe 2009 desde 2010, quiz&aacute;s para soslayar aspectos de 2008 que no encajan en una visi&oacute;n donde el d&oacute;lar sigue imperando y se esfuma la recesi&oacute;n deflatoria. En varios sentidos, Ferguson se opone a Dominique Strauss-Kahn, Paul Krugman &ndash;reciente Nobel-, George Friedman y otros. Pero vale la pena guardar profec&iacute;as tan concretas. <br />
<p> Para empezar, redefine el fen&oacute;meno real del momento: es una &ldquo;gran represi&oacute;n&rdquo;, manifestada en la negaci&oacute;n de ciertas verdades liminares y el fantasma de la depresi&oacute;n (1933/8). Parte del fen&oacute;meno, que el gur&uacute; estima ef&iacute;mero, se relaciona con el ascenso de Hillary Rodham Clinton y un grupo ligado a su esposo (Lawrence Summers, Robert Rubin, etc.), ligados a una concepci&oacute;n europe&iacute;sta del mundo.</p>
<p> Sin parar mientes en los vaivenes cambiarios entre nochebuena y nochevieja de 2008, NF afirma que &ldquo;la demanda de d&oacute;lares ha resistido en 2009 el loco emisionismo de la Reserva Federal y la divisa se ha revalorizado&rdquo;. Por ende, Estados Unidos llega a 2010 preservando su calidad de &ldquo;plaza refugio, pues todos siguen comprando letras de tesorer&iacute;a&rdquo;. Mientras tanto, &ldquo;empeoran la Eurozona, Jap&oacute;n, Rusia y los mercados emergentes&rdquo;. Al futur&oacute;logo se le escapa un detalle: esos papeles representan el perpetuo aumento de la deuda externa norteamericana.</p>
<p> A criterio de un trabajo sin duda brillante, primero de su tipo por ahora, &ldquo;para el resto del planeta, 2009 es un a&ntilde;o horrible. Jap&oacute;n se hunde en una recesi&oacute;n como la de 1991. En la Uni&oacute;n Europea las cosas van un poquito mejor. Pero nadie se acuerda ya de las cr&iacute;ticas de Nicolas Sarkozy a los norteamericanos, formuladas en una cumbre del grupo de los 20, noviembre de 2008. Igual suerte corrieron la estrategia de recapitalizaci&oacute;n bancaria debida a Gordon Brown o las diatribas de la canciller Angela Merkel contra el d&eacute;ficit fiscal de EE.UU.&rdquo;.</p>
<p> Ya en el primer trimestre de 2009, &ldquo;qued&oacute; claro que los problemas de la banca privada en Europa occidental eran tanto o m&aacute;s severos que los norteamericanos. Los pasivos cortos en Suiza, Benelux, Francia, Alemania, Dinamarca e Italia estaban m&aacute;s expuestos a la volatilidad&rdquo;. Aqu&iacute; aparece el viejo argumento anglosaj&oacute;n contra la Eurozona o la UE misma: &ldquo;la falta de un ministerio de hacienda com&uacute;n troc&oacute; en mero palabrer&iacute;o o improvisaci&oacute;n los est&iacute;mulos econ&oacute;micos lanzados por varios pa&iacute;ses&rdquo;. En cuanto al flanco oriental, &ldquo;Hungr&iacute;a, Rumania, Bulgaria, Ucrania y otros contin&uacute;an en 2009 golpeados por los cimbronazos de la crisis desatada el a&ntilde;o anterior&rdquo;. Entre las mayores econom&iacute;as en desarrollo, &ldquo;Brasil supera mejor sus problemas que Rusia, China e India&rdquo;.</p>
<p> Con notable seguridad, NF define 2009 como &ldquo;p&eacute;simo para exportadores de hidrocarburos, cuyos precios han seguido desplom&aacute;ndose junto con el rublo, el y&uuml;an y la rupia&rdquo;. Cauto, el profeta no arriesga cifras. &ldquo;La inestabilidad sociopol&iacute;tica castiga China v&iacute;a des&oacute;rdenes originados en despidos en &aacute;reas dependientes de exportaciones industriales&rdquo;.</p>
<p> Por su parte, &ldquo;Obama refirma el eje Washington-Beijing durante la cubre del G-20, abril. Para desconcierto de los liberales, el comercio pone en segundo plano la cuesti&oacute;n tibetana&rdquo;. Confirmando su planteo de fondo, el historiador al rev&eacute;s imagina &ldquo;una crisis mundial asim&eacute;trica que afecta m&aacute;s a la periferia, pese a ciertas desventajas de EE.UU.&rdquo;. Pese a todo, &ldquo;el d&oacute;lar se mantiene como divisa de reserva, para asombro de muchos&rdquo;.</p>
<p> En el plano geopol&iacute;tico, &ldquo;muchos analistas sosten&iacute;an en 2008 que la crisis financiera barrir&iacute;a todo resto de confianza en Washington. Con los neoconservadores desacreditados en Irak, se desplomaba la teor&iacute;a del libre mercado. Pero 2009 muestra que (a) a casi todos los dem&aacute;s sistemas les habr&iacute;a ido peor y (b) la presidencia Obama consolida la reputaci&oacute;n internacional del pa&iacute;s&rdquo;. &iquest;C&oacute;mo? Mediante &ldquo;un nuevo trato anunciado en septiembre, tras la ca&iacute;da de Hillary y Ajmadinedyad, la apertura de di&aacute;logo con Ir&aacute;n, la estatizaci&oacute;n de bancos y la conversi&oacute;n de deudas hipotecarias familiares en t&iacute;tulos a cincuenta a&ntilde;os&rdquo;.</p>
<p> Por supuesto, &ldquo;el viaje de Obama a Tehr&aacute;n en junio no produce milagros en Levante. Pero evoca la visita de Richard Nixon a Beijing en 1972 y marca la voluntad presidencial de replantear las bases de la estrategia norteamericana. Despu&eacute;s, el atentado de al-Qa&rsquo;eda contra Obama (27 de noviembre) termina desprestigiado al extremismo isl&aacute;mico y exaltando la imagen del presidente&rdquo;.</p>
<p> Luego de predecir ese intento y omitir varias claves geopol&iacute;ticas o econ&oacute;micas, Ferguson muestra las cartas: ve un Barack Obama blanco, casi republicano, continuador de la &ldquo;revoluci&oacute;n conservadora&rdquo; encarnada justamente en el Nixon de 1972 &ndash;no el de 1974- y el Ronald Reagan de los a&ntilde;os 80. Es un excelente argumento de ficci&oacute;n pol&iacute;tica y podr&iacute;a complementar el &uacute;ltimo libro del escoc&eacute;s, &ldquo;The ascent of money&rdquo; (2008).</p>

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