<p>La Eurozona, el Fondo Monetario Internacional (o sea John Lipsky, pieza de Estados Unidos) y el Banco Central Europeo no pudieron ponerse de acuerdo con los griegos sobre cómo aliviar su deuda soberana. En otras palabras, cuánto hace falta juntar para un segundo rescate, esfumados los € 110.000 millones del año pasado. La única cifra en danza asciende a € 28.000 millones en 2012 y 32.000 millones al año siguiente; en total € 60.000 millones. <br />
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En ese clima, la misión tripartita abandonó precipitadamente Atenas. Pero, aclaraba un vocero en Bruselas, es una suspensión, no una ruptura. No obstante, fue imposible dejar de lado la última travesura de las calificadoras: una de ellas, Fitch –muy ligada a cierto bancos anglosajones y fondos de cobertura- redujo tres puntos la nota helena, de BB+ a B+ para deuda a largo plazo y mantuvo perspectivas negativas en corto y mediano plazos.<br />
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Por supuesto. Lagarde achacó al primer ministro Yioryios Papandréu “renuencia” a acelerar las medidas monetaristas planteadas por la troika FMI-BCE-Eurogrupo. El retiro de la misión hizo caer el euro y puso en peligro los títulos lusos. Con nuevos conatos de violencia urbana en Grecia, Portugal se acerca a elecciones generales (domingo 5 de junio) en un clima social volátil. <br />
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Nuevo ataque a Grecia y Portugal en problemas
Christine Lagarde, potencial sucesora de Dominique Strauss-Kahn, cree que Atenas orilla la insolvencia tras el sorpresivo retiro del Eurogrupo. Mientras, Fitch Rating degrada sus títulos, tiemblan los papeles portugueses y el euro cede a US$ 1,41.