La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) cerró su XXIV Encuentro Anual con una exhortación a construir una nueva hoja de ruta para la Argentina basada en el perdón, la recuperación de la confianza social, la libertad, la democracia, la defensa del medio ambiente y de la propiedad privada como motor del desarrollo y la inversión, para la generación de trabajo decente.
Ante más de 900 personas que siguieron los debates en forma virtual, referentes sociales, empresariales, sindicales, políticos y académicos intercambiaron ideas y experiencias en torno a la consigna “Hacia un capitalismo más humano”.
En el cierre y al momento de enunciar las conclusiones del Encuentro, Gonzalo Tanoira, presidente de ACDE, desarrolló una lista de condiciones para reconstruir en la Argentina la confianza social, que permita salir de la crisis: “No vamos a construir un futuro mejor pensando soluciones mágicas como imprimir billetes o subir los impuestos. Tenemos que incorporar, en primer lugar, la libertad, para elegir cómo vivir sin tener un estado omnipresente que restrinja nuestras acciones. El segundo es la democracia, cómo la única forma de gobierno viable que ha encontrado la humanidad” donde destacó la Boleta Única de Papel como una mejora a este sistema. Tanoira aseguró además que el cuidado del ambiente y la defensa de la propiedad privada deben formar parte de esos consensos, “para asegurar los frutos del trabajo y fomentar el espíritu emprendedor”.
En ese sentido, el presidente de ACDE pidió: “Una apertura al mundo para fomentar la innovación y el desarrollo como pilar ineludible, porque aislarse con el pretexto de proteger el trabajo nacional solo produce retrasos al desarrollo y más falta de competitividad (…) Pero también la solidaridad es indudablemente otro de los pilares sobre los que se levantará un capitalismo más humano. Dios nos hizo seres sociales que vivimos en comunidad. Lo que les pasa a los más débiles nos pasa a todos (…) Un espíritu de perdón tampoco puede estar ausente” agregó Tanoira, y continuó: “Una justicia independiente de los demás poderes, a quienes tiene la obligación y responsabilidad de controlar, es un insumo indispensable para lograr crecimiento y bienestar de la población. No puede construirse confianza entre los habitantes de una nación si éstos no confían primero en la administración de la justicia” y como últimos ingredientes hablo de una cuota de paciencia y la posibilidad de volver a Dios.
En el inicio de la jornada Monseñor Víctor Manuel Fernández, arzobispo de la Arquidiócesis de La Plata, reflexionó acerca del rol del empresariado y dijo: “Tenemos que desmontar los prejuicios sobre los empresarios y profundizar en el sentido de su tarea. La ganancia es un móvil de la empresa, pero para que sea una noble vocación tienen que estar las ganas de mejorar el mundo.” Y agregó “La falta de trabajo arruina hogares. Por eso la pasión de los empresarios cristianos tiene que estar puesta en generarlo. La Iglesia quiere que los empresarios sean exitosos y no se resignen a ejercer una tarea vacía como tal.”
Participó también del evento organizado por ACDE, la conferencista y escritora ruandesa, Immaculeé Ilibagiza, quien al recordar lo vivido durante el genocidio de Ruanda reflexionó sobre el poder del perdón para sanar grietas.