<p>Otras que están entre rejas son la reina del sur, Alejandra Ávila Beltrán, y su contadora, Eneldina Arellano. Por supuesto, a Cázares no le dicen emperatriz por nada. Devota de la virgen de Guadalupe –como en Colombia, los narcos comulgan con ruedas de molino-, es hábil en los negocios, siempre de blanco y tiene casi la misma edad que Hillary (54), hoy de visita en México.<br />
Precisamente, la última vez que la vieron en público fue en el santuario de La Lomita, diciembre de 2007. Desde entonces, sigue prófuga y los norteamericanos la buscan –con mayor empeño que los aztecas- por considerarla responsable de una “empresa en marcha”. Esto es, ha convertido un cartel (Sinaloa) en una vasta maquinaria que lava y recicla dinero, vende armas de guerra en EE.UU. y exporta cocaína a la América anglosajona. </p>
<p>Para el FBI y el Tesoro, Cázares ha desplazado del primer lugar, como enemiga pública número uno, al propio “Chapo” Guzmán, padrino de Sinaloa, y a los paramilitares colombianos que manejan el valle del Cauca. Existe un motivo silenciado por Washington: la proliferación de armas en manos de civiles, obsesión norteamericana que, hasta ahora, Barack Obama no ha encarado. Resulta más fácil buscar nexos entre la población de habla castellana y el auge de los carteles al norte del río Bravo.<br />
Entretanto, parte de la prensa mexicana sostiene que el gobierno y sus aliados estadounidenses practican “una justicia espectáculo”. Tienen aliados fácticos: la docena de carteles que, amén de masacrarse entre sí, les hacen a guerra a policía y ejército. Ése es el panorama que encontró Hillary en lo que suele llamarse “portaviones fijo” para tráficos ilícitos.<br />
Pero, en verdad, los medios le han quitado espacios a Irak y se los dan a los carteles. Mientras, bandas locales vinculada a ellos –particularmente al de Sinaloa- han hecho pie en 230 ciudades norteamericanas. Esto no es nuevo. Desde 2004, la serie televisiva “Investigación en la escena del delito” (crimen scene investigation) describe el auge de Sinaloa y Ciudad Juárez vía el “narcorrap” en castellano. <br />
Volviendo a Cázares, esta nativa de Culiacán creó en ese pueblo una enorme lavandería de dólares a cielo abierto que, curiosamente, uniformados y funcionarios no notaban. Como Ávila Beltrán o Zúñiga, la emperatriz substituye al marido y, ahora, a los hijos mayores, abatidos junto con Guzmán en un enfrentamiento.</p>
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Narcos en México: una emperatriz y tres reinas
A Hillary Rodham de visita oficial en el país azteca- la desvelan Blanca Margarita Cázares (o Cáceres) y su cartel de Sinaloa. Pero no es la única mujer en un negocio que alcanza ya 230 ciudades en Estados Unidos. También está Laura Zúñiga (miss Sinaloa, tan luego), hoy presa.