Municipios con mejores recaudaciones
Beneficios impositivos alentaron el pago. Pilar redujo las tasas entre 5 y 20 %. En San Fernando habrá descuentos de hasta 50 % durante este año, al igual que en Tigre. La Matanza también ofreció beneficios impositivos.
A pesar del proceso recesivo vivido durante el año próximo pasado, algunos municipios vieron engordar sus arcas gracias a la aplicación de diferentes beneficios impositivos y facilidades de pago.
Pero más allá de la gestión de ciertas facilidades que beneficien a los contribuyentes, algunos intendentes sostienen que el incremento en las recaudaciones se debe a la recuperación de la confianza en la dirigencia.
San Fernando (en la zona norte del Gran Buenos Aires) no rebajó las tasas en el año 2000; sin embargo, la cobrabilidad aumentó 14,41%, y la recaudación, comparada con años anteriores, resultó la mejor del quinquenio.
En este distrito también fueron los comerciantes y pequeños industriales los que mejor respondieron y se mantuvieron al día con la contribución por seguridad e higiene.
“Tenemos que acompañar a las pequeñas empresas y a los comercios que tienen dificultades—asegura el intendente Osvaldo Amieiro (PJ)— y promete que los que tengan menos de cinco empleados y paguen seguridad e higiene en el primer vencimiento tendrán una rebaja de 50%”.
En Pilar, una de las primeras medidas de la administración del intendente Sergio Bivort fue rebajar la tasa de alumbrado y conservación de la vía pública entre 5 y 20 %.
El descuento fue mayor en las zonas más pobres; para los comercios y las industrias la rebaja fue de 10% en la tasa de seguridad e higiene.
Este nuevo ordenamiento tarifario tuvo otro sostén: se mejoraron las condiciones de pago, mejoró la atención y se dispusieron más bocas para pagar.
A pesar de que la quita auguraba una baja considerable en la recaudación, el resultado fue satisfactorio: entre enero y septiembre del año pasado, el municipio recaudó casi $ 15 millones, la misma suma que en igual período de 1999.
La experiencia mostró una considerable ampliación del número de tributantes, sobre todo, entre los comerciantes y pequeños industriales; “No resultó fácil convencer al comerciante descreído y al ciudadano común de que su dinero no iba a quedarse en cualquier bolsillo” —afirmó el secretario de Gobierno y Hacienda pilarense, Eduardo Gutiérrez—.
En principio, podría decirse que en las administraciones en las que los servicios se brindan efectivamente y en las que hubo una política para facilitar el pago, los vecinos respondieron favorablemente.
La Municipalidad de Tigre, acompañada por el Concejo Deliberante, anunció para este año casi 20% de rebaja en alumbrado, barrido y conservación de la vía pública para las barriadas más humildes; así se beneficiarán unos 33.000 contribuyentes.
Para los comercios y las industrias cuyos locales no excedan los 900 metros cuadrados y no estén ubicados sobre las principales arterias, la reducción será de 20% en seguridad e higiene.
“Para equilibrar se les cobrará más a los que más pueden”, dijo el secretario de Hacienda del intendente Ricardo Ubieto (Acción Comunal).
La presión fiscal llegará muy fuerte a las empresas privatizadas de servicios públicos; esto no sólo ocurrirá en Tigre, sino en toda la Región Metropolitana Norte, donde los municipios exigirán el pago de tasas según el número de usuarios.
Tomando otra zona del conurbano, en La Matanza hubo bonificaciones para los que estaban al día y una incipiente descentralización administrativa que facilitó el pago; así lograron que la recaudación aumentara 8,7%.
Este partido orilla los dos millones de habitantes y posee grandes bolsones de pobreza, en tanto son pocas las localidades de clase media que, en realidad, dan sustento al presupuesto comunal.
El ejercicio 2000 de Vicente López comenzó con un aumento en la tasa de alumbrado y conservación de la vía pública, que fue muy criticado y dio no pocos dolores de cabeza al intendente radical Enrique García.
“Pero la gente pagó porque apoyó la gestión; de enero a noviembre de 1999 el número de contribuyentes que abonó fue de 66.100, en el mismo período de 2000 subió a 70.778, 6,3% más —señaló el intendente— mientras afirmaba tener un índice de cobrabilidad de 91%.
A pesar del proceso recesivo vivido durante el año próximo pasado, algunos municipios vieron engordar sus arcas gracias a la aplicación de diferentes beneficios impositivos y facilidades de pago.
Pero más allá de la gestión de ciertas facilidades que beneficien a los contribuyentes, algunos intendentes sostienen que el incremento en las recaudaciones se debe a la recuperación de la confianza en la dirigencia.
San Fernando (en la zona norte del Gran Buenos Aires) no rebajó las tasas en el año 2000; sin embargo, la cobrabilidad aumentó 14,41%, y la recaudación, comparada con años anteriores, resultó la mejor del quinquenio.
En este distrito también fueron los comerciantes y pequeños industriales los que mejor respondieron y se mantuvieron al día con la contribución por seguridad e higiene.
“Tenemos que acompañar a las pequeñas empresas y a los comercios que tienen dificultades—asegura el intendente Osvaldo Amieiro (PJ)— y promete que los que tengan menos de cinco empleados y paguen seguridad e higiene en el primer vencimiento tendrán una rebaja de 50%”.
En Pilar, una de las primeras medidas de la administración del intendente Sergio Bivort fue rebajar la tasa de alumbrado y conservación de la vía pública entre 5 y 20 %.
El descuento fue mayor en las zonas más pobres; para los comercios y las industrias la rebaja fue de 10% en la tasa de seguridad e higiene.
Este nuevo ordenamiento tarifario tuvo otro sostén: se mejoraron las condiciones de pago, mejoró la atención y se dispusieron más bocas para pagar.
A pesar de que la quita auguraba una baja considerable en la recaudación, el resultado fue satisfactorio: entre enero y septiembre del año pasado, el municipio recaudó casi $ 15 millones, la misma suma que en igual período de 1999.
La experiencia mostró una considerable ampliación del número de tributantes, sobre todo, entre los comerciantes y pequeños industriales; “No resultó fácil convencer al comerciante descreído y al ciudadano común de que su dinero no iba a quedarse en cualquier bolsillo” —afirmó el secretario de Gobierno y Hacienda pilarense, Eduardo Gutiérrez—.
En principio, podría decirse que en las administraciones en las que los servicios se brindan efectivamente y en las que hubo una política para facilitar el pago, los vecinos respondieron favorablemente.
La Municipalidad de Tigre, acompañada por el Concejo Deliberante, anunció para este año casi 20% de rebaja en alumbrado, barrido y conservación de la vía pública para las barriadas más humildes; así se beneficiarán unos 33.000 contribuyentes.
Para los comercios y las industrias cuyos locales no excedan los 900 metros cuadrados y no estén ubicados sobre las principales arterias, la reducción será de 20% en seguridad e higiene.
“Para equilibrar se les cobrará más a los que más pueden”, dijo el secretario de Hacienda del intendente Ricardo Ubieto (Acción Comunal).
La presión fiscal llegará muy fuerte a las empresas privatizadas de servicios públicos; esto no sólo ocurrirá en Tigre, sino en toda la Región Metropolitana Norte, donde los municipios exigirán el pago de tasas según el número de usuarios.
Tomando otra zona del conurbano, en La Matanza hubo bonificaciones para los que estaban al día y una incipiente descentralización administrativa que facilitó el pago; así lograron que la recaudación aumentara 8,7%.
Este partido orilla los dos millones de habitantes y posee grandes bolsones de pobreza, en tanto son pocas las localidades de clase media que, en realidad, dan sustento al presupuesto comunal.
El ejercicio 2000 de Vicente López comenzó con un aumento en la tasa de alumbrado y conservación de la vía pública, que fue muy criticado y dio no pocos dolores de cabeza al intendente radical Enrique García.
“Pero la gente pagó porque apoyó la gestión; de enero a noviembre de 1999 el número de contribuyentes que abonó fue de 66.100, en el mismo período de 2000 subió a 70.778, 6,3% más —señaló el intendente— mientras afirmaba tener un índice de cobrabilidad de 91%.
