Moyano intenta conformar un frente social

Con políticos, empresarios y la Pastoral Social. Coinciden en criticar el modelo y buscan ampliar el camino de la protesta incorporando a otros actores para negociar con fuerza frente al Gobierno. Temen que se vea sólo como una vía electoral.

9 enero, 2001

Los gremios que integran la CGT rebelde de Hugo Moyano quieren acelerar la creación de un Frente Nacional, Social y Productivo.

El dirigente camionero aprovechó la movilización contra la reforma previsional organizada por trabajadores de la Anses, el 13 de diciembre último en el Congreso, para anunciar la necesidad de “una amplia convocatoria para enfrentar a la antipatria”.

La idea de Moyano es reforzar su posición y fuerza como medio de presión incorporando a otro actores que le brindarán mayor poder de negociación y maniobra frente al Gobierno.

Desde el justicialismo, la iniciativa de Moyano ha tenido el guiño cómplice del matrimonio Kirchner; en un acto en el sindicato de camioneros, la diputada y esposa del gobernador de Santa Cruz señaló la necesidad de acumular poder social y crear alternativas de futuro.

La presencia de Kirchner significó una apuesta política; su marido presentó el 15 de diciembre último (a dos días de aquel encuentro) una nueva corriente en el PJ y expresó su deseo de armar un frente social, también con características de recrear un “capitalismo nacional” que confluyera en un proyecto que lo lleve a la presidencia en el 2003.

Como señal de reciprocidad, al acto asistieron Moyano y el jefe de la UTA, Juan Manuel Palacios, que fueron ovacionados.

Los empresarios muestran mayores reticencias para integrarse con Moyano en un frente de lucha; quienes más se acercan, pero siguen manteniendo dudas, pertenecen fundamentalmente a los sectores de las Pyme y del agro, como Federación Agraria, una clientela que sin embargo comparte simpatías con la Central de Trabajadores Argentinos, de Víctor De Gennaro.

También Ignacio de Mendiguren (secretario de la Unión Industrial Argentina) comparte coincidencias en el diagnóstico con la CGT rebelde, pero no se sabe si participaría de una alianza estratégica.

Desde la Iglesia, un sector de la Comisión de Pastoral Social es el que más comprometido está con el proyecto y una prueba de ello es la participación de Guillermo García Caliendo.

Su jefe, el cardenal Raúl Primatesta, lo respalda, pero ello ha generado, por un lado, disgusto en el Episcopado, que no quiere verse involucrado en cuestiones políticas, y la crítica del Gobierno, por medio del vocero presidencial, Ricardo Ostuni.

También la Democracia Cristiana y el Polo Social, del padre Luis Farinello, coinciden con la propuesta cegetista, que quiere el consenso para evitar “el camino de lucha sin retorno” contra la reforma previsional.

Los gremios que integran la CGT rebelde de Hugo Moyano quieren acelerar la creación de un Frente Nacional, Social y Productivo.

El dirigente camionero aprovechó la movilización contra la reforma previsional organizada por trabajadores de la Anses, el 13 de diciembre último en el Congreso, para anunciar la necesidad de “una amplia convocatoria para enfrentar a la antipatria”.

La idea de Moyano es reforzar su posición y fuerza como medio de presión incorporando a otro actores que le brindarán mayor poder de negociación y maniobra frente al Gobierno.

Desde el justicialismo, la iniciativa de Moyano ha tenido el guiño cómplice del matrimonio Kirchner; en un acto en el sindicato de camioneros, la diputada y esposa del gobernador de Santa Cruz señaló la necesidad de acumular poder social y crear alternativas de futuro.

La presencia de Kirchner significó una apuesta política; su marido presentó el 15 de diciembre último (a dos días de aquel encuentro) una nueva corriente en el PJ y expresó su deseo de armar un frente social, también con características de recrear un “capitalismo nacional” que confluyera en un proyecto que lo lleve a la presidencia en el 2003.

Como señal de reciprocidad, al acto asistieron Moyano y el jefe de la UTA, Juan Manuel Palacios, que fueron ovacionados.

Los empresarios muestran mayores reticencias para integrarse con Moyano en un frente de lucha; quienes más se acercan, pero siguen manteniendo dudas, pertenecen fundamentalmente a los sectores de las Pyme y del agro, como Federación Agraria, una clientela que sin embargo comparte simpatías con la Central de Trabajadores Argentinos, de Víctor De Gennaro.

También Ignacio de Mendiguren (secretario de la Unión Industrial Argentina) comparte coincidencias en el diagnóstico con la CGT rebelde, pero no se sabe si participaría de una alianza estratégica.

Desde la Iglesia, un sector de la Comisión de Pastoral Social es el que más comprometido está con el proyecto y una prueba de ello es la participación de Guillermo García Caliendo.

Su jefe, el cardenal Raúl Primatesta, lo respalda, pero ello ha generado, por un lado, disgusto en el Episcopado, que no quiere verse involucrado en cuestiones políticas, y la crítica del Gobierno, por medio del vocero presidencial, Ricardo Ostuni.

También la Democracia Cristiana y el Polo Social, del padre Luis Farinello, coinciden con la propuesta cegetista, que quiere el consenso para evitar “el camino de lucha sin retorno” contra la reforma previsional.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades