Después de terminada la reunión técnica de ayer, el gobierno
culpó a los productores por los accidentes en la ruta 9, mientras los llamados
autoconvocados de Entre Ríos advirtieron que volverán a la ruta
si no prosperan las conversaciones que llevan a cabo los dirigentes de las cuatro
entidades en la Casa Rosada.
Guillermo Moreno está en el centro de los cuestionamientos, tanto desde
el sector alimenticio cuanto desde el ala del propio gobierno que responde al
jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Ayer, participó de las deliberaciones con las entidades e irritó
con sus modos a la delegación rural, aunque en la práctica fue
el que tuvo una posición más afín con los visitantes: la
totalidad del precio debe ir al productor.
Claro que horas antes habría hostigado telefónicamente a varios
empresarios, según versiones originadas en el sector privado, e inclusive
afirman que amenazó a representantes de frigoríficos, y que tuvo
una aparición agresiva en el Mercado de Liniers. Se le atribuye haber
mencionado que conocía la vida personal de cada uno con intención
intimidatoria.
La cabeza de Moreno sería el blanco elegido por Alberto Fernández
para atemperar los ánimos de los productores y que terminen aceptando
el aumento de las retenciones, pero retocado.
El funcionario aprovechaba que Julio De Vido haya tomado distancia de Moreno
desde que éste comenzó a cobrar protagonismo por su cuenta. La
mayor demostración de ello fue la respuesta del matrimonio presidencial
a la queja que llevó el secretario de Comercio a las oficinas de Puerto
Madero, donde atiende el ex presidente Néstor Kirchner: puso en la cuerda
floja a Fernández cuando lo acusó de intentar desestabilizarlo
y provocó que amonestaran desde la cima del poder a todos los funcionarios
que lo atacan, obligándolos a salir en su defensa.
Agrandado por el espaldarazo, Moreno volvió a apuntarle al ministro
de Economía, Martín Lousteau, por haber detonado la crisis y haberse
“borrado” de la pulseada brava con los productores en tregua.
El más desgastado
Pero el principal desgastado en este duro proceso es el secretario de Agricultura,
Javier de Urquiza, un hombre que puso el ministro de Planificación, Julio
de Vido, en el cargo, pero que pasó a responderle a Fernández
al estallar el conflicto.
De Vido impulsa al titular del INTA, Carlos Cheppi, para reemplazar a De Urquiza,
y de este modo, cambiarles la cara a los embravecidos productores.
Detrás de estos rodeos que prolongan la resolución de la crisis,
todos los actores saben que está el ex presidente, quien instruye a sus
operadores más combativos para endurecer la posición oficial y
buscar, de ese modo, el desgaste de la avanzada rural.
Ayer, por ejemplo, el tema del final de una jornada intrascendente para lograr
acuerdo alguno fueron las supuestas patoteadas de Moreno, mientras pasó
de largo que no se haya arribado a ninguna vía de salida para las exportaciones
de trigo ni de carne.
La confusión creada disimula que el gobierno no tenga propuesta consensuada
internamente para formular.
El gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, lo sabe y por eso impulsa la discusión
de una política general para el sector, que goza de algún consenso
entre los productores. Advirtió a la presidenta Cristina Kirchner que
este impasse afectará la recaudación impositiva y será
más gravoso que restablecer los canales normales de comercialización.
Las bases de las asambleas de productores están decididas a cortar el
paso a los transportes que lleven granos al puerto, en cuanto entiendan que
el diálogo de los dirigentes está agotado.
En la llamada mesa de enlace las posiciones muestran fisuras a medida que se
extiende la negociación. La Sociedad Rural y Coninagro están por
extenderla todo lo que sea necesario sin volver al paro. Federación Agraria
sería la más beneficiada por las medidas que hasta ahora proponen
desde el gobierno, aunque pretende llevar alguna cabeza de trofeo para calmar
a sus afiliados más exaltados. De Urquiza es la hipótesis de mínima
y Lousteau la de máxima. Moreno sería una pieza de caza mayor,
a tal efecto.
Los sones de guerra más estridentes se escuchan desde CARBAP y por añadidura,
CRA, aunque ambas podrían recibir un bálsamo oficial si se apresura
alguna solución para el trigo y la carne, que las separen del reclamo
disparador de la crisis, las retenciones a la soja.
Por medio de límites en los registro de exportación y trabas
aduaneras, hace 15 días que los envíos de carne al exterior sufren
un freno. Hoy en la Secretaría de Agricultura se discutirá por
separado de cada tema.
El dirigente de CARBAP dijo que hicieron una propuesta que consiste en que
se abran los registros para exportar trigos y que se otorguen “compensaciones
debidas para los molineros”
Entre Ríos
Los productores entrerrianos están convencidos de que tendrán
que volver al paro, pero estudian la forma de no afectar el abastecimiento ni
convertirse en excusa para salvajes remarcaciones de precios.
Mañana, viernes, a las 10, realizarán un ´camionetazo´ en la
Plaza Alvear de Paraná. Alfredo De Ángeli reiteró que “hay
mucha bronca” entre los pequeños productores, y advirtió
que “si esto no se soluciona para el 2 de mayo, volvemos a la ruta”.
Dijo que “los autoconvocados tenemos mucha bronca, porque esto se está
dilatando cada vez más. Vamos de reunión en reunión, pero
no hay solución”, resumió.
“Seguramente ocuparemos 4 ó 5 manzanas en torno a la Biblioteca
Popular que es donde se va a desarrollar el Cabildo Abierto”, anticipó
Juan Echeverría, el director suplente del consejo delegado Entre Ríos
de la Federación Agraria Argentina.
El cabildo abierto incluye la interpelación o pedido de informes a los
legisladores nacionales por Entre Ríos para que expliquen qué
tareas realizan en el Congreso de la Nación en defensa de los intereses
del campo provincial.
Acerca de la presencia de los legisladores, Echeverría precisó
que hasta ahora el único que dijo que no va fue el senador nacional Pedro
Guastavino. Otros ya nos han dicho que sí, seguramente de la oposición
van a estar todos, algunos constituyentes (provinciales) me han hablado de la
posibilidad de ir como espectadores. De los oficialistas, (Cristina) Cremer
y (Gustavo) Zavallo seguro van y Blanca Osuna está en dudas y dijo que
va a contestar”.
Respecto al conflicto, el dirigente afirmó que “va a haber en el
corto plazo movilizaciones porque lo que se escucha es más de lo mismo,
la posibilidad de que se den los reintegros, pero los reintegros a los pequeños
productores nunca han llegado”.
Echeverría agregó: “El mismo Alberto Fernández, en
un momento de la reunión (del lunes), les planteó a los dirigentes
nacionales que en 90 días se empezarán a ver algunos efectos,
pero están locos si creen que alguien va a aceptar esperar ese tiempo.
Eso es creernos idiotas, cuando el productor ha demostrado una madurez cívica,
política y gremial para hacer lo que hizo en estos 21 días, que
objetivamente está en condiciones de volver a hacerlo”.
Echeverría aseguró que, de volver a las rutas, garantizarán
el abastecimiento del mercado interno y dirigirán la protesta hacia “la
mercadería que va a exportación” para que no llegue a los
puertos que “es donde está el problema principal”, concluyó.
Después de terminada la reunión técnica de ayer, el gobierno
culpó a los productores por los accidentes en la ruta 9, mientras los llamados
autoconvocados de Entre Ríos advirtieron que volverán a la ruta
si no prosperan las conversaciones que llevan a cabo los dirigentes de las cuatro
entidades en la Casa Rosada.
Guillermo Moreno está en el centro de los cuestionamientos, tanto desde
el sector alimenticio cuanto desde el ala del propio gobierno que responde al
jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Ayer, participó de las deliberaciones con las entidades e irritó
con sus modos a la delegación rural, aunque en la práctica fue
el que tuvo una posición más afín con los visitantes: la
totalidad del precio debe ir al productor.
Claro que horas antes habría hostigado telefónicamente a varios
empresarios, según versiones originadas en el sector privado, e inclusive
afirman que amenazó a representantes de frigoríficos, y que tuvo
una aparición agresiva en el Mercado de Liniers. Se le atribuye haber
mencionado que conocía la vida personal de cada uno con intención
intimidatoria.
La cabeza de Moreno sería el blanco elegido por Alberto Fernández
para atemperar los ánimos de los productores y que terminen aceptando
el aumento de las retenciones, pero retocado.
El funcionario aprovechaba que Julio De Vido haya tomado distancia de Moreno
desde que éste comenzó a cobrar protagonismo por su cuenta. La
mayor demostración de ello fue la respuesta del matrimonio presidencial
a la queja que llevó el secretario de Comercio a las oficinas de Puerto
Madero, donde atiende el ex presidente Néstor Kirchner: puso en la cuerda
floja a Fernández cuando lo acusó de intentar desestabilizarlo
y provocó que amonestaran desde la cima del poder a todos los funcionarios
que lo atacan, obligándolos a salir en su defensa.
Agrandado por el espaldarazo, Moreno volvió a apuntarle al ministro
de Economía, Martín Lousteau, por haber detonado la crisis y haberse
“borrado” de la pulseada brava con los productores en tregua.
El más desgastado
Pero el principal desgastado en este duro proceso es el secretario de Agricultura,
Javier de Urquiza, un hombre que puso el ministro de Planificación, Julio
de Vido, en el cargo, pero que pasó a responderle a Fernández
al estallar el conflicto.
De Vido impulsa al titular del INTA, Carlos Cheppi, para reemplazar a De Urquiza,
y de este modo, cambiarles la cara a los embravecidos productores.
Detrás de estos rodeos que prolongan la resolución de la crisis,
todos los actores saben que está el ex presidente, quien instruye a sus
operadores más combativos para endurecer la posición oficial y
buscar, de ese modo, el desgaste de la avanzada rural.
Ayer, por ejemplo, el tema del final de una jornada intrascendente para lograr
acuerdo alguno fueron las supuestas patoteadas de Moreno, mientras pasó
de largo que no se haya arribado a ninguna vía de salida para las exportaciones
de trigo ni de carne.
La confusión creada disimula que el gobierno no tenga propuesta consensuada
internamente para formular.
El gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, lo sabe y por eso impulsa la discusión
de una política general para el sector, que goza de algún consenso
entre los productores. Advirtió a la presidenta Cristina Kirchner que
este impasse afectará la recaudación impositiva y será
más gravoso que restablecer los canales normales de comercialización.
Las bases de las asambleas de productores están decididas a cortar el
paso a los transportes que lleven granos al puerto, en cuanto entiendan que
el diálogo de los dirigentes está agotado.
En la llamada mesa de enlace las posiciones muestran fisuras a medida que se
extiende la negociación. La Sociedad Rural y Coninagro están por
extenderla todo lo que sea necesario sin volver al paro. Federación Agraria
sería la más beneficiada por las medidas que hasta ahora proponen
desde el gobierno, aunque pretende llevar alguna cabeza de trofeo para calmar
a sus afiliados más exaltados. De Urquiza es la hipótesis de mínima
y Lousteau la de máxima. Moreno sería una pieza de caza mayor,
a tal efecto.
Los sones de guerra más estridentes se escuchan desde CARBAP y por añadidura,
CRA, aunque ambas podrían recibir un bálsamo oficial si se apresura
alguna solución para el trigo y la carne, que las separen del reclamo
disparador de la crisis, las retenciones a la soja.
Por medio de límites en los registro de exportación y trabas
aduaneras, hace 15 días que los envíos de carne al exterior sufren
un freno. Hoy en la Secretaría de Agricultura se discutirá por
separado de cada tema.
El dirigente de CARBAP dijo que hicieron una propuesta que consiste en que
se abran los registros para exportar trigos y que se otorguen “compensaciones
debidas para los molineros”
Entre Ríos
Los productores entrerrianos están convencidos de que tendrán
que volver al paro, pero estudian la forma de no afectar el abastecimiento ni
convertirse en excusa para salvajes remarcaciones de precios.
Mañana, viernes, a las 10, realizarán un ´camionetazo´ en la
Plaza Alvear de Paraná. Alfredo De Ángeli reiteró que “hay
mucha bronca” entre los pequeños productores, y advirtió
que “si esto no se soluciona para el 2 de mayo, volvemos a la ruta”.
Dijo que “los autoconvocados tenemos mucha bronca, porque esto se está
dilatando cada vez más. Vamos de reunión en reunión, pero
no hay solución”, resumió.
“Seguramente ocuparemos 4 ó 5 manzanas en torno a la Biblioteca
Popular que es donde se va a desarrollar el Cabildo Abierto”, anticipó
Juan Echeverría, el director suplente del consejo delegado Entre Ríos
de la Federación Agraria Argentina.
El cabildo abierto incluye la interpelación o pedido de informes a los
legisladores nacionales por Entre Ríos para que expliquen qué
tareas realizan en el Congreso de la Nación en defensa de los intereses
del campo provincial.
Acerca de la presencia de los legisladores, Echeverría precisó
que hasta ahora el único que dijo que no va fue el senador nacional Pedro
Guastavino. Otros ya nos han dicho que sí, seguramente de la oposición
van a estar todos, algunos constituyentes (provinciales) me han hablado de la
posibilidad de ir como espectadores. De los oficialistas, (Cristina) Cremer
y (Gustavo) Zavallo seguro van y Blanca Osuna está en dudas y dijo que
va a contestar”.
Respecto al conflicto, el dirigente afirmó que “va a haber en el
corto plazo movilizaciones porque lo que se escucha es más de lo mismo,
la posibilidad de que se den los reintegros, pero los reintegros a los pequeños
productores nunca han llegado”.
Echeverría agregó: “El mismo Alberto Fernández, en
un momento de la reunión (del lunes), les planteó a los dirigentes
nacionales que en 90 días se empezarán a ver algunos efectos,
pero están locos si creen que alguien va a aceptar esperar ese tiempo.
Eso es creernos idiotas, cuando el productor ha demostrado una madurez cívica,
política y gremial para hacer lo que hizo en estos 21 días, que
objetivamente está en condiciones de volver a hacerlo”.
Echeverría aseguró que, de volver a las rutas, garantizarán
el abastecimiento del mercado interno y dirigirán la protesta hacia “la
mercadería que va a exportación” para que no llegue a los
puertos que “es donde está el problema principal”, concluyó.