Mercosur: nuevas charlas sobre autos

Comienza una nueva ronda de negociaciones. La Argentina intentará convencer a las empresas sobre las ventajas de rebajarles los impuestos a cambio de un mayor componente nacional de piezas en los vehículos.

20 noviembre, 2000

El secretario de Industria, Javier Tizado, y el embajador brasileño para el Mercosur, José Botafogo Gonçalves, volverán a reunirse hoy (lunes 20) en Buenos Aires para lograr el acuerdo que permita un intercambio por US$ 2.000 millones de dólares.

Brasil no se opone a que los autos argentinos tengan una porción de componentes locales pero, al igual que las empresas automotrices, quieren que este componente se mida por proceso o conjunto de piezas, con un tope de 40%.

El Gobierno argentino, por su parte, aspira a que los automotores tengan 30% de componente local, medido pieza por pieza.

En este marco, y ante la renuencia de las automotrices que operan en ambos países, es que Tizado destacó que el diálogo con los brasileños seguirá siendo duro.

«Yo aspiro a que se pueda resolver, pero ésta es una negociación abierta y es muy arriesgado hacer pronósticos», dijo Tizado luego de recibir el jueves último a representantes de la Asociación de Fábricas de Automotores quienes mantienen una postura más cercana a la de Brasil.

Para abaratar los costos, con vistas a la exportación, y romper la oposición de los fabricantes, que no quieren verse obligados a incorporar más auto-partes argentinas, Tizado reflotó la idea de rebajar los impuestos a aquellos vehículos que incluyan una mayor proporción de piezas locales.

El titular de ADEFA, Cristiano Rattazzi, tomó con reservas esta propuesta y si bien ponderó la baja de impuestos, ya que «todo lo que sea desgravar me parece bien», consideró que esta reducción «sólo alcanza a algunos modelos».

El titular de Fiat en la Argentina también rechazó la medida de alentar la incorporación de mayor componente local al considerar que «regular demasiado puede generar más falta de trabajo».

A inicio de agosto, cuando se presentó el acuerdo, Economía aseguró que «uno de los principales logros de este régimen es que permitirá recomponer el tejido productivo de las autopartistas».

La industria autopartista argentina concentra alrededor de 400 empresas que emplean a 34.000 personas.

En 1994, antes de la corrida financiera del tequila, había en el país 460 empresas y 47.000 operarios.

Este año, los dos socios mayores del Mercosur, se comprometieron en relanzar este mercado regional que integran también Uruguay y Paraguay, y al que adhieren Chile y Bolivia.

Entre 1996 y 1999, las marcas internacionales invirtieron US$ 6.000 millones en la Argentina y US$ 20.000 millones en Brasil, para colocar la producción en 3,7 millones de vehículos.

El secretario de Industria, Javier Tizado, y el embajador brasileño para el Mercosur, José Botafogo Gonçalves, volverán a reunirse hoy (lunes 20) en Buenos Aires para lograr el acuerdo que permita un intercambio por US$ 2.000 millones de dólares.

Brasil no se opone a que los autos argentinos tengan una porción de componentes locales pero, al igual que las empresas automotrices, quieren que este componente se mida por proceso o conjunto de piezas, con un tope de 40%.

El Gobierno argentino, por su parte, aspira a que los automotores tengan 30% de componente local, medido pieza por pieza.

En este marco, y ante la renuencia de las automotrices que operan en ambos países, es que Tizado destacó que el diálogo con los brasileños seguirá siendo duro.

«Yo aspiro a que se pueda resolver, pero ésta es una negociación abierta y es muy arriesgado hacer pronósticos», dijo Tizado luego de recibir el jueves último a representantes de la Asociación de Fábricas de Automotores quienes mantienen una postura más cercana a la de Brasil.

Para abaratar los costos, con vistas a la exportación, y romper la oposición de los fabricantes, que no quieren verse obligados a incorporar más auto-partes argentinas, Tizado reflotó la idea de rebajar los impuestos a aquellos vehículos que incluyan una mayor proporción de piezas locales.

El titular de ADEFA, Cristiano Rattazzi, tomó con reservas esta propuesta y si bien ponderó la baja de impuestos, ya que «todo lo que sea desgravar me parece bien», consideró que esta reducción «sólo alcanza a algunos modelos».

El titular de Fiat en la Argentina también rechazó la medida de alentar la incorporación de mayor componente local al considerar que «regular demasiado puede generar más falta de trabajo».

A inicio de agosto, cuando se presentó el acuerdo, Economía aseguró que «uno de los principales logros de este régimen es que permitirá recomponer el tejido productivo de las autopartistas».

La industria autopartista argentina concentra alrededor de 400 empresas que emplean a 34.000 personas.

En 1994, antes de la corrida financiera del tequila, había en el país 460 empresas y 47.000 operarios.

Este año, los dos socios mayores del Mercosur, se comprometieron en relanzar este mercado regional que integran también Uruguay y Paraguay, y al que adhieren Chile y Bolivia.

Entre 1996 y 1999, las marcas internacionales invirtieron US$ 6.000 millones en la Argentina y US$ 20.000 millones en Brasil, para colocar la producción en 3,7 millones de vehículos.

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