Menos confianza en la Argentina para los negocios

El país es menos "amigable" para quienes quieren llevar adelante emprendimientos. Cayó la competitividad y aumentó la desconfianza, según una encuesta de la Universidad Austral.

27 octubre, 2000

Un equipo del Instituto Argentino de la Empresa (IAE-Universidad Austral), procesó la “Encuesta de opinión a ejecutivos (sondeo similar al que se realiza anualmente en el foro económico de Davos).

Para la Argentina, el IAE evaluó la opinión de lo que ellos denominan “los número 1” de las principales compañías que operan en el país.

Los resultados muestran que los empresarios están quejosos. En la crítica caen el Gobierno (obtuvo este año una nota de 2,8, en una escala del 1 al 7), las instituciones, la competitividad y eficiencia del factor trabajo y la muy pobre inversión en investigación y desarrollo, comúnmente conocida como “I+D”.

Estos factores llevaron a que el país ocupe el puesto 45 entre 59 en el ranking 2000 de competitividad, y caiga al 46 en la tabla que mide la calidad del ambiente de negocios. La primera tabla muestra las condiciones de crecimiento del PBI, y la segunda qué posibilidades de hacer más negocios hay en el futuro.

El informe concluye que la capacidad de expansión de la economía se fue deteriorando desde 1998 en adelante y señalan una sugestiva diferencia entre la Argentina y Brasil: los cariocas están un puesto por debajo en el ranking de competitividad, pero cuando se sondea a los ejecutivos sobre cómo ven el futuro, su optimismo lleva a que Brasil salte del puesto 46 al 31.

Según el documento de la Universidad Austral, la mala nota de la Argentina alcanza a la sociedad en su conjunto. “Echarle la culpa al Gobierno o a la clase política es simplificar el problema. Hay una sociedad que no presiona por la buena asignación del gasto público, hay corrupción donde participan funcionarios y empresarios, no se castiga socialmente al que evade (…) son muchos los factores para que la Argentina no sea competitiva”.

El trabajo trae un punteo con los males que impiden ganar competitividad:

· Baja competitividad del sector público.

· Dificultad para conseguir adecuado financiamiento.

· El sistema tributario no es adecuado ni eficiente para combatir la evasión.

· La Justicia no es independiente.

· Hay una mala relación entre la universidad y la empresa.

· La absorción de crédito por parte del Estado le quita liquidez a los privados.

· Es difícil obtener un crédito con sólo presentar un buen plan de negocios.

Un equipo del Instituto Argentino de la Empresa (IAE-Universidad Austral), procesó la “Encuesta de opinión a ejecutivos (sondeo similar al que se realiza anualmente en el foro económico de Davos).

Para la Argentina, el IAE evaluó la opinión de lo que ellos denominan “los número 1” de las principales compañías que operan en el país.

Los resultados muestran que los empresarios están quejosos. En la crítica caen el Gobierno (obtuvo este año una nota de 2,8, en una escala del 1 al 7), las instituciones, la competitividad y eficiencia del factor trabajo y la muy pobre inversión en investigación y desarrollo, comúnmente conocida como “I+D”.

Estos factores llevaron a que el país ocupe el puesto 45 entre 59 en el ranking 2000 de competitividad, y caiga al 46 en la tabla que mide la calidad del ambiente de negocios. La primera tabla muestra las condiciones de crecimiento del PBI, y la segunda qué posibilidades de hacer más negocios hay en el futuro.

El informe concluye que la capacidad de expansión de la economía se fue deteriorando desde 1998 en adelante y señalan una sugestiva diferencia entre la Argentina y Brasil: los cariocas están un puesto por debajo en el ranking de competitividad, pero cuando se sondea a los ejecutivos sobre cómo ven el futuro, su optimismo lleva a que Brasil salte del puesto 46 al 31.

Según el documento de la Universidad Austral, la mala nota de la Argentina alcanza a la sociedad en su conjunto. “Echarle la culpa al Gobierno o a la clase política es simplificar el problema. Hay una sociedad que no presiona por la buena asignación del gasto público, hay corrupción donde participan funcionarios y empresarios, no se castiga socialmente al que evade (…) son muchos los factores para que la Argentina no sea competitiva”.

El trabajo trae un punteo con los males que impiden ganar competitividad:

· Baja competitividad del sector público.

· Dificultad para conseguir adecuado financiamiento.

· El sistema tributario no es adecuado ni eficiente para combatir la evasión.

· La Justicia no es independiente.

· Hay una mala relación entre la universidad y la empresa.

· La absorción de crédito por parte del Estado le quita liquidez a los privados.

· Es difícil obtener un crédito con sólo presentar un buen plan de negocios.

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