Mediaset: se pide procesar a Silvio Berlusconi y Fedele Confalonieri

La fiscalía solicita juzgar a Berlusconi y Confalonieri, dueño y presidente de Mediaset. También a Candia Camaggi, Giorgio Vanoni, Daniele Lorenzano –ex directivos de Fininvest-, el banquero Paolo del Bue y el abogado inglés David Mills.

28 abril, 2005

La decisión fue adoptada al agotarse el plazo dado a la defensa. Ahora, la primera audiencia se ha fijado para el 13 de mayo. No obstante, hay dos causas todavía en insatrucción. En una, se acusa a Berlusconi de haber comprado al entonces testigo Mills; en otra, se investiga a dos hijos del “premier”, Marina y Piersilvio, como beneficiarios de una maniobra financiera vía cuentas extraterritoriales y un operador en Suiza.

En el caso de Berlusconi, los cargos formales son apropiación indebida de fondos, fraude fiscal y falsificación contable. En esta oportunidad, el comunicado judicial coincide con la presentación de Berlusconi y su nuevo, sobrepoblado gabiente (casi ochenta intergrantes) ante el parlamento.

De inmediato, Forza Italia -partido a medida del primer ministro- inició una campaña pare presionar a eventuales jueces. Sandro Bondi, coordinador de FI, apunta primero a Fabio Paparella, magistrado que ha actuado varias veces en causas contra Berlusconi y sus allegados. El objetivo, claro, es que la causa caiga por falta de jueces dispuestos a tomarla o por prescripción, dos trucos copiados a Carlos Saúl Ménem, sus parientes y socios.

Las cuentas “off shore” fueron abiertas en las Islas Vírgenes británicas por Mills. Los fondos empleados provenían de Suiza vía el financista Paolo del Bue. A su vez, el dinero provenía de compraventas ficticias de derechos televisuales sobre películas clásicas italianas, propiedad de Mediaset a través de una subsidiaria.

La decisión fue adoptada al agotarse el plazo dado a la defensa. Ahora, la primera audiencia se ha fijado para el 13 de mayo. No obstante, hay dos causas todavía en insatrucción. En una, se acusa a Berlusconi de haber comprado al entonces testigo Mills; en otra, se investiga a dos hijos del “premier”, Marina y Piersilvio, como beneficiarios de una maniobra financiera vía cuentas extraterritoriales y un operador en Suiza.

En el caso de Berlusconi, los cargos formales son apropiación indebida de fondos, fraude fiscal y falsificación contable. En esta oportunidad, el comunicado judicial coincide con la presentación de Berlusconi y su nuevo, sobrepoblado gabiente (casi ochenta intergrantes) ante el parlamento.

De inmediato, Forza Italia -partido a medida del primer ministro- inició una campaña pare presionar a eventuales jueces. Sandro Bondi, coordinador de FI, apunta primero a Fabio Paparella, magistrado que ha actuado varias veces en causas contra Berlusconi y sus allegados. El objetivo, claro, es que la causa caiga por falta de jueces dispuestos a tomarla o por prescripción, dos trucos copiados a Carlos Saúl Ménem, sus parientes y socios.

Las cuentas “off shore” fueron abiertas en las Islas Vírgenes británicas por Mills. Los fondos empleados provenían de Suiza vía el financista Paolo del Bue. A su vez, el dinero provenía de compraventas ficticias de derechos televisuales sobre películas clásicas italianas, propiedad de Mediaset a través de una subsidiaria.

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