jueves, 26 de diciembre de 2024

Mediaset: ahora aparecen testigos comprados

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Finalmente, los fiscales de Milán completaron la causa contra el oligopolio de Silvio Berlusconi, Mediaset. Desde fraude fiscal, balances falsos y apropiación indebida de fondos hasta corrupción. Esto incluye testigos comprados.

Entre los catorce procesados figuran Fedele Confalonieri, presidente de Mediaset en realidad, títere de Berlusconi), el productor egipcio Frank Agrama, el consultor Daniele Lorenzano, Candia Camaggi (Fininvest), el banquero ítalosuizo Paolo Del Bue y el abogado inglés David Mills, hoy convertido en el “garganta profunda del escándalo). Piersilvio y Marina Berlusconi han sido separados de esta causa, porque su papel fue irrelevante.

Berlusconi debiera estar en la lista, pero una ley sancionada por el parlamento a su medida (2002) posterga su juicio hasta que abandone la jefatura del gobierno. Eso explica que sus apoderados estén buscando residencia en San Marino (republiqueta monástica especialista en estampillas de lujo, aunque no tenga correos), Croacia o las Antillas. Suiza queda descartada, porque su justicia interviene en el fraude impositivo. Entretanto, los otros dos capitostes de la coalición derechista –Umberto Bossi y el neofascista Gianfranco Fini- tratan de distanciarse de su jefe, para salvar sus propios futuros políticos.

El proceso se origina en 2001, aunque los hechos principales hayan acaecido entre 1996 y1999. Básicamente, eran maniobras con la compraventa de derechos cinematográficos en el mercado norteamericano. En algún momento, Mediastet-Fininvest transfirieron dos cuentas anónimas de las Islas Vírgenes estadounidenses a Suiza, para desviar utilidades por € 280 millones, que Berlusconi quería pasar a los hijos sin pagar impuestos en Italia.

En realidad, los fiscales creen que esa maniobra es apenas la punta del témpano, una compleja red financiera extraterritorial, típica de las empresas familiares. Si bien los montos involucrados no son tan voluminosos como en fraudes contables tipo Enron o Adelphia, los mecanismos son similares.

Pero el caso Mediaset-Fininvest tiene un costado distinto: la corrupción. Así, el ex presidente de Fininvest, Cesare Previti, estuvo entre rejas por corromper jueces y fiscales (también marcharon presos). Ahora, aparecen testigos comprados. Uno es nadie menos que Mills, quien había declarado ante los fiscales: “Mis relaciones con Fininvest eran estrictamente profesionales y toda suma percibida se hallaba plenamente justificada. Nadie puede decir que me hayan sobornado o comprado”. Pero hoy él mismo admite haber mentido, por un precio.

No es el único nombre en un expediente todavía bajo secreto judicial. Pero es el más notable, pues Mills es marido de Tessa Jowell, ministra del gabinete de Tony Blair, que atraviesa escándalo tras escándalo. Otro podría ser el financista Del Bue que, según Mills, “operaba en el círculo más íntimo de los Berlusconi y tuvo la idea de hacer declarar secretas y vedadas a los medios seis residencias del primer ministro en Italia misma”. Del Bue tiene negocios con Nicola Stock, el mismo que insiste en invalidar el canje argentino por cuenta de fondos buitres.

En este punto, Berlusconi está asediado por tres procesos. Amén de Mediaset-Fininvest, lo esperan All Iberian, los sobornos de Fininvest (caso Previti) y SME, que está en la etapa londinense. En el frente político, corre peligros el ministro de Economía, Domenico Siniscalco, muy allegado a los negocios de primer ministro.

Entre los catorce procesados figuran Fedele Confalonieri, presidente de Mediaset en realidad, títere de Berlusconi), el productor egipcio Frank Agrama, el consultor Daniele Lorenzano, Candia Camaggi (Fininvest), el banquero ítalosuizo Paolo Del Bue y el abogado inglés David Mills, hoy convertido en el “garganta profunda del escándalo). Piersilvio y Marina Berlusconi han sido separados de esta causa, porque su papel fue irrelevante.

Berlusconi debiera estar en la lista, pero una ley sancionada por el parlamento a su medida (2002) posterga su juicio hasta que abandone la jefatura del gobierno. Eso explica que sus apoderados estén buscando residencia en San Marino (republiqueta monástica especialista en estampillas de lujo, aunque no tenga correos), Croacia o las Antillas. Suiza queda descartada, porque su justicia interviene en el fraude impositivo. Entretanto, los otros dos capitostes de la coalición derechista –Umberto Bossi y el neofascista Gianfranco Fini- tratan de distanciarse de su jefe, para salvar sus propios futuros políticos.

El proceso se origina en 2001, aunque los hechos principales hayan acaecido entre 1996 y1999. Básicamente, eran maniobras con la compraventa de derechos cinematográficos en el mercado norteamericano. En algún momento, Mediastet-Fininvest transfirieron dos cuentas anónimas de las Islas Vírgenes estadounidenses a Suiza, para desviar utilidades por € 280 millones, que Berlusconi quería pasar a los hijos sin pagar impuestos en Italia.

En realidad, los fiscales creen que esa maniobra es apenas la punta del témpano, una compleja red financiera extraterritorial, típica de las empresas familiares. Si bien los montos involucrados no son tan voluminosos como en fraudes contables tipo Enron o Adelphia, los mecanismos son similares.

Pero el caso Mediaset-Fininvest tiene un costado distinto: la corrupción. Así, el ex presidente de Fininvest, Cesare Previti, estuvo entre rejas por corromper jueces y fiscales (también marcharon presos). Ahora, aparecen testigos comprados. Uno es nadie menos que Mills, quien había declarado ante los fiscales: “Mis relaciones con Fininvest eran estrictamente profesionales y toda suma percibida se hallaba plenamente justificada. Nadie puede decir que me hayan sobornado o comprado”. Pero hoy él mismo admite haber mentido, por un precio.

No es el único nombre en un expediente todavía bajo secreto judicial. Pero es el más notable, pues Mills es marido de Tessa Jowell, ministra del gabinete de Tony Blair, que atraviesa escándalo tras escándalo. Otro podría ser el financista Del Bue que, según Mills, “operaba en el círculo más íntimo de los Berlusconi y tuvo la idea de hacer declarar secretas y vedadas a los medios seis residencias del primer ministro en Italia misma”. Del Bue tiene negocios con Nicola Stock, el mismo que insiste en invalidar el canje argentino por cuenta de fondos buitres.

En este punto, Berlusconi está asediado por tres procesos. Amén de Mediaset-Fininvest, lo esperan All Iberian, los sobornos de Fininvest (caso Previti) y SME, que está en la etapa londinense. En el frente político, corre peligros el ministro de Economía, Domenico Siniscalco, muy allegado a los negocios de primer ministro.

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