Más allá de tendencias, ya mismo se produjo un hecho de relevancia histórica: las exportaciones de Chile suman 32.413 millones de dólares en los primeros cinco meses de 2014, mientras las de Argentina, en ese período, llegan a 29.392 millones de dólares.
Ya mismo Chile ha exportado 3.000 millones de dólares más que Argentina. El fenómeno comparado, entonces, además de proyectarse, califica, señala el informe “DNI” número 103.
Un efecto de los malos resultados es que la Argentina sería desplazada del “podio” de los tres mayores exportadores de Sudamérica: de concretare lo que se anticipa, ya no sólo exportaría menos que Brasil o Venezuela (lo que es algo que ya se vio en años anteriores), sino también sería superado por Chile como exportador, sostiene Marcelo Elizondo, director general de Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI).
Además, en toda Latinoamérica, como siempre, exportará menos que México (de modo que dejará de ser el cuarto exportador de Latinoamérica para pasar a ser el quinto).
Si se estudian los datos de Sudamérica, se advierte que, como ocurre desde hace muchos años, en 2013 Brasil fue el principal exportador sudamericano (con unos 241 mil millones de dólares), Venezuela fue el segundo principal exportador regional (con unos 90 mil millones de dólares), Argentina fue el tercero (con poco más de 81 mil millones), y Chile fue el cuarto (con unos 77 mil millones de dólares), mientras que Colombia (con alrededor de 59 mil millones) los siguió en la lista de principales exportadores regionales.
Pero en un hecho histórico, Argentina en 2014 perderá ese lugar de tercer exportador regional. Esto se produciría porque las exportaciones de Chile, que fueron exactamente de 77.367 millones de dólares el año pasado, se prevén para todo este año con un alza del 1% (crecieron 0,7% en el mismo período de primeros 5 meses de 2014, en el que las exportaciones argentinas descienden 12%).
De mantenerse la tendencia (caída del 12%) Argentina exportaría este año unos 72.500 millones de dólares y Chile exportaría unos 78.000 millones de dólares.
Fuerte caída
Las exportaciones argentinas están cayendo fuertemente. En los primeros cinco meses del año descienden un 12% en comparación con el mismo período de 2013.
De exportaciones por 33.339 millones de dólares en los primeros 5 meses de 2013, las ventas externas ahora descienden a 29.392 millones de dólares en el período medido hasta la fecha (enero/mayo de 2014).
La caída representa una noticia particularmente preocupante, especialmente porque parece mostrar un fenómeno endógeno (no global). Efectivamente, hace unos meses la Organización de las Naciones Unidas (UN) publicó su estimación de exportaciones mundiales, previendo un crecimiento de esas ventas globales en un 4,6% en 2014, y anticipando además un alza de exportaciones mundiales de 5,1% para 2015.
A la vez, la CEPAL, en un reporte público de hace algunas semanas, expresó que las exportaciones latinoamericanas totales crecerán en 2014 un 1,4%. Advierte el informe referido con preocupación que esa cifra representa menos que la robusta alza del 23% de 2011, pero es de todos un crecimiento.
Pero en Argentina, simultáneamente, se observa un fenómeno que no refleja ya alzas (más o menos dinámicas comparadas con las de años anteriores) sino caídas (y fuertes): las exportaciones de nuestro país, como se expuso, caen 12%.
Esa actual caída de las exportaciones argentinas, por otro lado, es la segunda mayor en lo que va del siglo (solo fue superada -desde 2000- por la caída de las ventas externas de 2009, que se produjo en medio del inicio de la crisis financiera internacional, que afectó el comercio global).
De tal modo que puede aseverarse que la intensidad del descenso de las ventas externas argentinas tiene su razón central en problemas específicamente argentinos y no en el escenario internacional. Problemas macroeconómicos, institucionales, de infraestructura o de política externa, todos confluyen como razones de estos resultados.
Pero, además; si se considera que es posible que los precios internacionales de las materias primas y sus derivados (actualmente afectados por razones de oferta) no vuelvan a niveles altos en los próximos meses; o que la continuación del proceso que lleva al fin de la política monetaria expansiva de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América afecte aún más en el futuro las ventas externas por otras razones (en este caso, de impacto en los precios), la cuestión puede anticipar inconvenientes permanentes.
LA PERFORMANCE ARGENTINA MUESTRA UNA DEBILIDAD QUE SE HACE CRÓNICA
En función de lo antes expuesto, una consideración que puede ser efectuada al respecto es que, de mantenerse esta tendencia (una caída de las ventas externas, la cual es de muy difícil reversión ya, si se planean resultados para todo 2014; porque estamos entrando en el medio del año y nos hallamos ante cifras de descenso de exportaciones de unos 4.000 millones de dólares en términos absolutos en solo 5 meses), se completaría un trieño sin que las exportaciones superen un mejor récord anterior.
En efecto, las exportaciones superaron los 84.000 millones de dólares en 2011 y desde ese año en cada ejercicio anual posterior el número fue inferior al del 2011. Las exportaciones de 2012, las de 2013 y seguramente (por la tendencia que se observa) las de 2014, serán más bajas que las de 2011.
El hecho genera algunos efectos preocupantes. La problemática adquiere cierta cronicidad y por ende está lejos de justificarse por inconvenientes pasajeros. Así, lo expuesto refleja que problemas de productividad y competitividad, de baja tasa de inversión, de perdida de competitividad cambiaria, de alta inflación, de excesiva y nociva sobrerregulación en el ambiente de los negocios, de alta presión fiscal y de deficiente política comercial internacional, están generando un fenómeno de fatiga en el comercio internacional argentino. No se trata, pues, de un mero mal momento. Y, como se expone a continuación, este fenómeno sólo tiene dos antecedentes similares en los últimos 60 años.
EL MAL MOMENTO NO TIENE DEMASIADOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Una noticia adicional que marca la dificultad de la inserción comercial externa argentina actual es el hecho de que, al cumplirse el tercer año consecutivo de exportaciones que no superan las de algún año anterior (las de 2011), se iguala un mal récord que no se veía desde hace 30 años: hay que remontarse al período 1981/1984 para encontrar tres años consecutivos de exportaciones que no superan la cifra de algún mejor año anterior. Las exportaciones de 1981 llegaron a 9.143 millones de dólares, y las de 1982 (7.623 millones), las de 1983 (7.836 millones) y las de 1984 (8.107 millones) fueron más bajas que las alcanzadas en el año anterior al de la Guerra de Malvinas. En realidad, debe decirse que luego de ocurrido esto, tampoco fueron mejores que las de 1981 las exportaciones siguientes de 1985, 1986 y 1987.
Más aún, para volver a encontrar en la historia un período de tres años seguidos sin superar las exportaciones alcanzadas en algún año anterior hay que remontarse a 1954, cuando las exportaciones llegaron a 1.026 millones de dólares y esa cifra no fue superada en 1955 ni 1956 ni 1957 (como en el caso antes referido de 1981/1984, también ocurrió en ese momento que esa imposibilidad de superar un record anterior se mantuvo en años posteriores, hasta 1960).
Lo descripto muestra, entonces, como se ha expuesto, un problema que no parece ocasional y que no es común. Se descubre la peculiaridad de un fenómeno que parece hacerse crónico: las exportaciones argentinas no evolucionan después de alcanzado un techo en 2011, y las cifras que no son buenas están más allá de un mero mal año. Y esto no es un hecho usual históricamente. Y, además, estamos ante el riesgo de que, como en los dos casos históricos en los que se vio antes un fenómeno similar, la imposibilidad de superar el record se extienda por algún año más.
Posición en el listado de principales exportadores de Sudamérica |
|||
País |
año 2003 |
año 2013 |
año 2014 |
Brasil |
1 |
1 |
1 |
Argentina |
2 |
3 |
4 |
Venezuela |
4 |
2 |
2 |
Chile |
4 |
4 |
3 |
.