<p>Eso significa que quienes busquen trabajo deberán conformarse con puestos temporarios o mudarse a lugares donde haya mayor demanda laboral. En 2010, pues, menos norteamericanos serán tomados por grandes compañías y más deberán acudir a firmas chicas o convertirse en autónomos. <br />
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En varios aspectos, “ningunos de estos cambios son novedosos. El futuro se parecerá al pasado, pero más”, sostiene Pietro Cappelli, escuela de negocios Wharton. “En malos momentos, ciertas tendencias subterráneas salen a la superficie. Por ejemplo, la proporción de fuerza laboral sobre los 55 años viene aumentado desde hace cinco años, pues la generación nacida después de 1945 envejece pero no quiere jubilarse de buen grado”.<br />
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Las crisis inmobiliaria y financiera acentuaron ese factor. En otros casos, empresas que ya planeaban despidos los acelera y sectores contractivos agravan este sesgo. Mientras la tercerización no cede en varios rubros, las empresas en aprietos no aguantan y tiran la toalla.<br />
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En su reciente informe sobre perspectivas decenales, el departamento federal de Trabajo estima que 96% del crecimiento de demanda en 2010/19 provendrá de la economía terciaria. Al frente marcharán sectores profesionales, servicios empresarios, salud y asistencia social. Pero Cappelli cree que las proyecciones a largo plazo no les valen de mucho a quienes buscan trabajo. “La gente –subraya- se adapta rápidamente y satura el mercado”<br />
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Por ejemplo, “todos afirman que hay demanda laboral en materia de atención médica, pero hace tiempo que no quedan vacantes para enfermeros ni paramédicos en Estados Unidos. Por otra parte, finanzas y construcción andan de capa caída pero, cuando se recobren, pueden crear embotellamientos en la demanda laboral”.<br />
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Afrontar una reacción económica sin empleos no es cosa nueva, puntualiza otro experto de Wharton, Francis Diebold. Recuerda que las tres últimas recesiones responden a la definición, en tanto las anteriores no lo hacían. “Hasta 1987, la demanda laboral reaccionaba bien y el desempleo se recobraba. Desde entonces (1988, 1994/5, 2000), los rebotes fueron más graduales, lentos y acotados”.<br />
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A año y medio de atenuarse la crisis occidental, el desempleo sigue clavado alrededor de 10% en EE.UU., roza 19% en España y sobrepasa 12% en algunos estados de la Unión Europea. Según el departamento de Trabajo, a fin de 2009 había 15.300.000 norteamericanos en la calle, 9.200.000 millones a medio tiempo y un millón que ya no buscaba empleo.<br />
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El gobierno de Barack Obama ha hecho del problema una prioridad en 2010/12, pero los analistas de Wharton insisten en que recién en seis a doce meses empezará a reactivarse la demanda laboral. A mediano plazo, la oficina presupuestaria del Congreso no espera que el desempleo retorne al nivel previo a la crisis (5 a 6%) hasta mediados de la década.</p>
<p>Por ejemplo, las grandes empresas probablemente no ofrezcan muchas posiciones a graduados terciarios. “Año tras año, los principales empleadores no agregan puestos, sólo hacen reemplazos”, indica Phillip Gardner (universidad estatal de Michigan). Por otra parte, “los reclutadores de estudiantes avanzados son firmas pequeñas”. De acuerdo con recientes tendencias, las grandes compañías (más de 4.000 empleados) planean disminuir 3% las incorporaciones este año. Las medianas (500 a 4.000) lo harán en 11%. Por el contrario, las firmas chicas (100 a 500) y las muy pequeñas (diez a cien personas) incrementarán 15 y 26% sus plantillas.</p>
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Mal cóctel: una economía muy ambigua y empleadores cautos
Casi ocho millones de puestos laborales 50% de la desocupación total- se perdieron durante la recesión 2007/9. Pocos se recobrarán este año, porque las empresas, obsedidas por los riesgos, seguirán ahorrando y tercerizando cuanto puedan.