Alberto Dáttoli, el custodio de seguridad de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) acusado de asesinar a una mujer de 75 años, enfrentó ayer la primera audiencia del juicio oral y público que lo tiene como único imputado. Si bien el empleado estatal repitió que la muerte de Sofía Fijman fue producto de un accidente, varios testigos contradijeron su versión, según la cual la mujer fue aplastada por un portón de un edificio de la SIDE mientras les daba de comer a unos gatos porque Dáttoli pisó los cordones de sus botas, tropezó y sin querer presionó el botón que acciona el portón de entrada de la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI). Fijman hacía ocho años que alimentaba a los gatos, todas las noches, hasta el 26 de febrero del año pasado. Sin embargo, según cinco testigos que participaron en la primera audiencia afirmaron que la víctima estaba recibiendo amenazas desde un tiempo antes de morir. “Una noche, unos meses antes de la muerte de la señora, este hombre que está acá (por Dáttoli) se nos acercó y nos dijo que si les seguíamos dándoles de comer a los gatos nos iba a matar”, sostuvo la testigo principal de ayer, Feliciana del Carmen Fernández, empleada doméstica en la casa de la familia Fijman.
Alberto Dáttoli, el custodio de seguridad de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) acusado de asesinar a una mujer de 75 años, enfrentó ayer la primera audiencia del juicio oral y público que lo tiene como único imputado. Si bien el empleado estatal repitió que la muerte de Sofía Fijman fue producto de un accidente, varios testigos contradijeron su versión, según la cual la mujer fue aplastada por un portón de un edificio de la SIDE mientras les daba de comer a unos gatos porque Dáttoli pisó los cordones de sus botas, tropezó y sin querer presionó el botón que acciona el portón de entrada de la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI). Fijman hacía ocho años que alimentaba a los gatos, todas las noches, hasta el 26 de febrero del año pasado. Sin embargo, según cinco testigos que participaron en la primera audiencia afirmaron que la víctima estaba recibiendo amenazas desde un tiempo antes de morir. “Una noche, unos meses antes de la muerte de la señora, este hombre que está acá (por Dáttoli) se nos acercó y nos dijo que si les seguíamos dándoles de comer a los gatos nos iba a matar”, sostuvo la testigo principal de ayer, Feliciana del Carmen Fernández, empleada doméstica en la casa de la familia Fijman.