Los gobiernos de Kirchner y Chávez cruzan aclaraciones, pero no asumen la valija

El misterioso origen y destino de la valija llena de dólares que traía un viajero venezolano al lado de funcionarios argentinos complica las relaciones entre Kirchner y Chávez. Alberto Fernández admitió que el presidente pidió explicaciones.

13 agosto, 2007

Otro juez acaba de apartarse de la causa.

¿US$ 800 mil en ladrillos acomodados dentro de una valija que traía
un pasajero extranjero que arribó a Aeroparque, en vuelo privado rentado
por la empresa estatal Enarsa, horas antes que la comitiva de su país,
encabezada por el presidente Hugo Chávez?
¿Lavado de dinero en la compra de alguna propiedad, soborno por algún
negocio de US$ 6 millones, si se trata del 15 % de “práctica”,
un anticipo de coima por otra operación en negro (podría ser armas),
seña por la intermediación de un contrabando (también de
armas), una maniobra de la CIA para desprestigiar a Chávez y de paso
advertirle a Kirchner que tome distancia (según la hipótesis de
Luis D´Elía), un aporte a los piqueteros que dan apoyo de calle
al mandatario venezolano y a su simpatía con el gobierno de Irán…?

El misterio es propio de una trama enredada de espionajes, contraespionajes
y corrupción internacionales que caracteriza a los guiones de filmes
como los últimos de James Bond o Misión Imposible.

Para agregarle otro condimento suspicaz, Diego Zysman es el segundo juez que
acaba de apartarse del caso, luego que al principio lo hiciera Marta Novatti
aduciendo razones de decoro por haber recibido una crítica de la Aduana.
Se sabe de quién es la valija, más o menos a qué se dedica
ese viajero que la traía, quién lo hizo subir en el avión
rentado por una empresa estatal; se sabe también que el gobierno argentino
intentó despegarse rápidamente despidiendo al funcionario que
trata la parte práctica de las relaciones con Venezuela y que, una vez
que el sospechoso dueño del dinero se fue del país, la fiscal
que tenía la causa desde el principio, la caratula como de contrabando.

Por el momento, el hecho comprobado es que un ciudadano de otra nacionalidad
intentó ingresar dinero no declarado al país, que integraba una
delegación oficial en un vuelo privado y que adujo, al ser sorprendido,
formar parte de una comitiva adelantada de Chávez, quien llegó
después del mediodía. Que por ello se le aplicó una multa
de 50 % del monto en cuestión y se incautó el resto hasta que
la fiscal avance en la investigación. Y, además, que el gobierno
argentino hizo renunciar a Claudio Uberti, un funcionario del riñón
del ministro de Planificación, Julio de Vido, que oficia de contacto
de negocios con Venezuela y que venía en el avión. El resto es
palabrerío que se perderá en el éter a medida que la vorágine
informativa vaya relegando el hecho. Como por ejemplo, que ahora los venezolanos
“pasen la pelota” a la justicia argentina por haber dejado escapar
a Guido Antonini Wilson.
Pero la historia de valijas descubiertas en un aeropuerto no es nueva. Hace
no mucho hasta costó el cierre de una compañía aérea
como SW al ser sorprendidos in fragantes ejecutivos de la misma contrabandeando
en sus vuelos a España.

Pocos recuerdan que a principios de los ´70 habían sido decomisadas
en Ezeiza cuatro valijas repletas de billetes, que llegaron procedentes de Suiza
en manos de ejecutivos de Bunge y Born y un guarda detuvo a pesar de que entraban
por la sala vip del aeropuerto. Uno de los viajeros era Walter Klein (padre)
y después de ocho horas de contar dinero se cuantificó en US$
4.800.000 el monto total. Así se supo que sería destinado al pago
del rescate a los Montoneros por el secuestro del empresario top del grupo multinacional.

Lo único que se escucha del singular hallazgo de estos días son
declaraciones de deslinde de responsabilidades: de Chávez y D´Elía,
que coinciden en señalar al imperialismo norteamericano como autor de
una operación tendiente a desprestigiarlos; y al gobierno argentino,
pidiendo explicaciones y disculpas que nunca llegan a su par venezolano.

En tal sentido, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, confirmó
esta mañana que el presidente Néstor Kirchner pidió a su
par Hugo Chávez una aclaración por el escándalo de la valija
con dinero que llegó al Aeroparque metropolitano.

Fernández informó que Kirchner transmitió a Chávez
“preocupación por lo que había ocurrido” y le pidió
que “en Venezuela se investigue tanto como en Argentina lo que había
pasado”.

Le pidió también que se aclarara “por qué” Guido
Antonini Wilson “subió al avión” de la comitiva Argentina,
“quién es este señor, de dónde sacó el dinero
y qué venía a hacer” al país.

El funcionario destacó que el pedido de Kirchner fue “en el marco
de la buena relación que existe” y “sin ninguna altisonancia”,
pero dio a entender que las intenciones del gobierno argentino es que se muevan
algunas piezas dentro de PDVSA.

“El tema lo tienen que aclarar los que pidieron que subiera este señor”
al avión, dijo Fernández en referencia a funcionarios de la petrolera
venezolana PDVSA, quienes viajaron con integrantes del gobierno argentino en
un vuelo privado desde Caracas a Buenos Aires.

El jefe de Gabinete defendió a Exequiel Espinosa, titular de ENARSA,
cuando dijo que “no tiene nada que ver con este tema, a él no se
le pidió subir a Antonini Wilson al avión”. Rechazó
asimismo la comparación con el “Yomagate” y consideró
que la oposición quiere aprovechar el escándalo de la valija “en
un momento electoral”.

Hipótesis de lavado

Según lo publicado por el sitio web World Check, el 6 de agosto
pasado, la sucursal New York del Banco de la Nación Argentina fue advertida
sobre ciertas irregularidades y violaciones al AML (sistema antilavado de dinero
de la FDIC, siglas del organismo estadounidense Federal Deposit Insurance Corporation).

Dadas las irregularidades, la FDIC y el Banco del Estado de New York requirieron
al Banco de la Nación Argentina que tome medidas y asegure políticas
antilavado en su filial en USA. Según trascendió, no había
ninguna multa pendiente ni penas impuestas al día de hoy, aunque esa
situación sólo será durable si el Banco Nación toma
ciertas medidas.

Estas medidas deben ser cumplidas en un término de 60 días, en
su mayoría, y tienen que ver con la creación un programa de cumplimiento
aceptable AML/BSA; el sometimiento a un programa de diligencia de deuda de consumidor;
la designación de un contacto primario para tratar con los asuntos cubiertos
en el acuerdo; y la creación de un programa para el cumplimiento realzado
OFAC (Office of Foreign Assets Control). En los sucesivos 45 días, el
Banco Nación deberá, además, someterse a un plan escrito
para instalar un sistema mejorado de supervisión de transacción.

A su vez, el Banco Nación deberá realizar una evaluación
de cumplimiento de las normas en el período que va desde el 30 de junio
de 2005 al 30 de junio 2006, y posiblemente, si es necesario, llegando al 1
de enero de 2004.
Semejante paquete de medidas, pasibles de una sanción si no son cumplidas,
dice mucho acerca de la mirada que USA está teniendo sobre los negocios
del banco en Nueva York.

Según publica el sitio local Urgente 24, acérrimo opositor al
gobierno de Kirchner, básicamente, la sospecha es que Venezuela podría
estar comprando bonos de deuda argentina para lavar dinero iraní, país
patrocinador del terror, según USA.

Durante la compra de los más de US$ 4.000 millones en bonos argentinos,
ciertos banqueros venezolanos tomaron de manera arbitraria e ilegal gastos sustanciales
y honorarios para su propio beneficio, depositándolos (posiblemente)
de nuevo en sus bancos, lo que constituiría lavado de dinero, según
World Check.

La última vez que fondos fueron desviados ilegalmente de beneficios de
obligación argentinos, los banqueros gastaron poco tiempo moviendo algunos
de sus beneficios mal adquiridos hacia USA, el Reino Unido, y bancos y centros
financieros offshore. Considerando el crecimiento de la relación
entre Venezuela e Irán este año, el riesgo de sanciones de OFAC
ha aumentado.

Otro juez acaba de apartarse de la causa.

¿US$ 800 mil en ladrillos acomodados dentro de una valija que traía
un pasajero extranjero que arribó a Aeroparque, en vuelo privado rentado
por la empresa estatal Enarsa, horas antes que la comitiva de su país,
encabezada por el presidente Hugo Chávez?
¿Lavado de dinero en la compra de alguna propiedad, soborno por algún
negocio de US$ 6 millones, si se trata del 15 % de “práctica”,
un anticipo de coima por otra operación en negro (podría ser armas),
seña por la intermediación de un contrabando (también de
armas), una maniobra de la CIA para desprestigiar a Chávez y de paso
advertirle a Kirchner que tome distancia (según la hipótesis de
Luis D´Elía), un aporte a los piqueteros que dan apoyo de calle
al mandatario venezolano y a su simpatía con el gobierno de Irán…?

El misterio es propio de una trama enredada de espionajes, contraespionajes
y corrupción internacionales que caracteriza a los guiones de filmes
como los últimos de James Bond o Misión Imposible.

Para agregarle otro condimento suspicaz, Diego Zysman es el segundo juez que
acaba de apartarse del caso, luego que al principio lo hiciera Marta Novatti
aduciendo razones de decoro por haber recibido una crítica de la Aduana.
Se sabe de quién es la valija, más o menos a qué se dedica
ese viajero que la traía, quién lo hizo subir en el avión
rentado por una empresa estatal; se sabe también que el gobierno argentino
intentó despegarse rápidamente despidiendo al funcionario que
trata la parte práctica de las relaciones con Venezuela y que, una vez
que el sospechoso dueño del dinero se fue del país, la fiscal
que tenía la causa desde el principio, la caratula como de contrabando.

Por el momento, el hecho comprobado es que un ciudadano de otra nacionalidad
intentó ingresar dinero no declarado al país, que integraba una
delegación oficial en un vuelo privado y que adujo, al ser sorprendido,
formar parte de una comitiva adelantada de Chávez, quien llegó
después del mediodía. Que por ello se le aplicó una multa
de 50 % del monto en cuestión y se incautó el resto hasta que
la fiscal avance en la investigación. Y, además, que el gobierno
argentino hizo renunciar a Claudio Uberti, un funcionario del riñón
del ministro de Planificación, Julio de Vido, que oficia de contacto
de negocios con Venezuela y que venía en el avión. El resto es
palabrerío que se perderá en el éter a medida que la vorágine
informativa vaya relegando el hecho. Como por ejemplo, que ahora los venezolanos
“pasen la pelota” a la justicia argentina por haber dejado escapar
a Guido Antonini Wilson.
Pero la historia de valijas descubiertas en un aeropuerto no es nueva. Hace
no mucho hasta costó el cierre de una compañía aérea
como SW al ser sorprendidos in fragantes ejecutivos de la misma contrabandeando
en sus vuelos a España.

Pocos recuerdan que a principios de los ´70 habían sido decomisadas
en Ezeiza cuatro valijas repletas de billetes, que llegaron procedentes de Suiza
en manos de ejecutivos de Bunge y Born y un guarda detuvo a pesar de que entraban
por la sala vip del aeropuerto. Uno de los viajeros era Walter Klein (padre)
y después de ocho horas de contar dinero se cuantificó en US$
4.800.000 el monto total. Así se supo que sería destinado al pago
del rescate a los Montoneros por el secuestro del empresario top del grupo multinacional.

Lo único que se escucha del singular hallazgo de estos días son
declaraciones de deslinde de responsabilidades: de Chávez y D´Elía,
que coinciden en señalar al imperialismo norteamericano como autor de
una operación tendiente a desprestigiarlos; y al gobierno argentino,
pidiendo explicaciones y disculpas que nunca llegan a su par venezolano.

En tal sentido, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, confirmó
esta mañana que el presidente Néstor Kirchner pidió a su
par Hugo Chávez una aclaración por el escándalo de la valija
con dinero que llegó al Aeroparque metropolitano.

Fernández informó que Kirchner transmitió a Chávez
“preocupación por lo que había ocurrido” y le pidió
que “en Venezuela se investigue tanto como en Argentina lo que había
pasado”.

Le pidió también que se aclarara “por qué” Guido
Antonini Wilson “subió al avión” de la comitiva Argentina,
“quién es este señor, de dónde sacó el dinero
y qué venía a hacer” al país.

El funcionario destacó que el pedido de Kirchner fue “en el marco
de la buena relación que existe” y “sin ninguna altisonancia”,
pero dio a entender que las intenciones del gobierno argentino es que se muevan
algunas piezas dentro de PDVSA.

“El tema lo tienen que aclarar los que pidieron que subiera este señor”
al avión, dijo Fernández en referencia a funcionarios de la petrolera
venezolana PDVSA, quienes viajaron con integrantes del gobierno argentino en
un vuelo privado desde Caracas a Buenos Aires.

El jefe de Gabinete defendió a Exequiel Espinosa, titular de ENARSA,
cuando dijo que “no tiene nada que ver con este tema, a él no se
le pidió subir a Antonini Wilson al avión”. Rechazó
asimismo la comparación con el “Yomagate” y consideró
que la oposición quiere aprovechar el escándalo de la valija “en
un momento electoral”.

Hipótesis de lavado

Según lo publicado por el sitio web World Check, el 6 de agosto
pasado, la sucursal New York del Banco de la Nación Argentina fue advertida
sobre ciertas irregularidades y violaciones al AML (sistema antilavado de dinero
de la FDIC, siglas del organismo estadounidense Federal Deposit Insurance Corporation).

Dadas las irregularidades, la FDIC y el Banco del Estado de New York requirieron
al Banco de la Nación Argentina que tome medidas y asegure políticas
antilavado en su filial en USA. Según trascendió, no había
ninguna multa pendiente ni penas impuestas al día de hoy, aunque esa
situación sólo será durable si el Banco Nación toma
ciertas medidas.

Estas medidas deben ser cumplidas en un término de 60 días, en
su mayoría, y tienen que ver con la creación un programa de cumplimiento
aceptable AML/BSA; el sometimiento a un programa de diligencia de deuda de consumidor;
la designación de un contacto primario para tratar con los asuntos cubiertos
en el acuerdo; y la creación de un programa para el cumplimiento realzado
OFAC (Office of Foreign Assets Control). En los sucesivos 45 días, el
Banco Nación deberá, además, someterse a un plan escrito
para instalar un sistema mejorado de supervisión de transacción.

A su vez, el Banco Nación deberá realizar una evaluación
de cumplimiento de las normas en el período que va desde el 30 de junio
de 2005 al 30 de junio 2006, y posiblemente, si es necesario, llegando al 1
de enero de 2004.
Semejante paquete de medidas, pasibles de una sanción si no son cumplidas,
dice mucho acerca de la mirada que USA está teniendo sobre los negocios
del banco en Nueva York.

Según publica el sitio local Urgente 24, acérrimo opositor al
gobierno de Kirchner, básicamente, la sospecha es que Venezuela podría
estar comprando bonos de deuda argentina para lavar dinero iraní, país
patrocinador del terror, según USA.

Durante la compra de los más de US$ 4.000 millones en bonos argentinos,
ciertos banqueros venezolanos tomaron de manera arbitraria e ilegal gastos sustanciales
y honorarios para su propio beneficio, depositándolos (posiblemente)
de nuevo en sus bancos, lo que constituiría lavado de dinero, según
World Check.

La última vez que fondos fueron desviados ilegalmente de beneficios de
obligación argentinos, los banqueros gastaron poco tiempo moviendo algunos
de sus beneficios mal adquiridos hacia USA, el Reino Unido, y bancos y centros
financieros offshore. Considerando el crecimiento de la relación
entre Venezuela e Irán este año, el riesgo de sanciones de OFAC
ha aumentado.

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