Los flujos financieros están volviendo a Latinoamérica

Banqueros y empresarios de América Latina coincidieron en una reunión en el Banco Mundial (BM), en que el capital extranjero está volviendo a las empresas de la región, pero todavía de forma muy cauta y sólo concentrado en ciertas compañías.

5 junio, 2003

“El mercado se está empezando a abrir para algunas empresas”, declaró Paul Altit, director financiero de Braskem S.A., la mayor compañía petroquímica de América Latina, en una reunión de banqueros y empresarios organizada por la Corporación Financiera Internacional (IFC en inglés), la entidad autónoma del Banco Mundial para la financiación de negocios privados.
No obstante, los nuevos fondos requieren altas tasas de retorno y son de corto plazo, según Altit.

El ejecutivo espera que su empresa pase a formar parte del selecto grupo de sociedades que han mejorado su financiación tras la crisis, y anunció que en las próximas dos o tres semanas lanzará deuda de nueve a doce meses de madurez. “Creemos que no podemos empujar el mercado mucho”, afirmó.

Esta valoración fue compartida no sólo por los empresarios, sino también por los banqueros. “La gente vuelve y con ganas, pero de forma más prudente”, señaló a la agencia EFE Carlos Corral, subdirector de operaciones de Caixanova, una caja de ahorros española, quien añadió que la cuantía de la inversión es menor y más diversificada.

El riesgo país de muchas naciones de América -que indica el interés extra que los títulos de una nación deben dar al inversor para atraerlo, en comparación con los títulos del gobierno estadounidense- ha caído en los últimos meses, y algunas capitales han emitido deuda con éxito, por lo que se empieza a ver la luz al final del túnel.

Ha sido una larga espera para las empresas de la región, que el año pasado se encontraron con dificultades, “sin precedentes”, para obtener financiación, según Bernard Pasquier, director del departamento de América Latina y el Caribe de la IFC.

Entre los factores que contribuyeron a secar los flujos de capital, Pasquier citó la incertidumbre por las elecciones en Brasil, el agravamiento del conflicto en Colombia, la inestabilidad en Venezuela, que “sigue siendo un signo de interrogación para todos nosotros”, y la crisis en Argentina.

A Perez Companc, la empresa petrolífera mayoritariamente argentina y recientemente rebautizada como Petrobrás Energía, esta coyuntura la obligó a reestructurar un 90 por ciento de su deuda, según dijo su director financiero, Carlos Alvarez.

Además, por primera vez, la crisis secó las fuentes de financiación del comercio, por lo que ha sido complicado para muchas empresas explotar el aumento de la competitividad resultante de la depreciación de numerosas monedas latinoamericanas el año pasado.

Altit reveló que Braskem vio cancelados todos sus créditos para operaciones comerciales y tuvo que acudir al mercado local, empresas de seguros y agencias multilaterales, como el BM.

Lo mismo hicieron otras compañías y el IFC ha terminado dedicando un 80 por ciento de sus préstamos al comercio, a pesar de que su enfoque es facilitar nuevos proyectos, según dijo Pasquier.
No obstante, la situación está mejorando para los empresarios de la región.

Mauricio Restrepo, director financiero de Bavaria, S.A., la segunda mayor cervecera de América Latina, afirmó que se ha dado un cambio “espectacular” en los últimos meses y puso, como ejemplo, la caída de 200 puntos de los intereses de la deuda colombiana a diez años.
Aún así, el capital extranjero continúa muy reticente a entrar en ciertos países y exige rentabilidades muy generosas. En Brasil, por ejemplo, el riesgo país se sitúa cerca de los 800 puntos. Este nivel es “extremadamente alto” para las empresas, según Altit.

A medio plazo, Restrepo predijo que la disponibilidad de financiación para América Latina dependerá del desempeño económico de Brasil y Argentina, por ser los mayores mercados, y de la Bolsa en Estados Unidos.

“El mercado se está empezando a abrir para algunas empresas”, declaró Paul Altit, director financiero de Braskem S.A., la mayor compañía petroquímica de América Latina, en una reunión de banqueros y empresarios organizada por la Corporación Financiera Internacional (IFC en inglés), la entidad autónoma del Banco Mundial para la financiación de negocios privados.
No obstante, los nuevos fondos requieren altas tasas de retorno y son de corto plazo, según Altit.

El ejecutivo espera que su empresa pase a formar parte del selecto grupo de sociedades que han mejorado su financiación tras la crisis, y anunció que en las próximas dos o tres semanas lanzará deuda de nueve a doce meses de madurez. “Creemos que no podemos empujar el mercado mucho”, afirmó.

Esta valoración fue compartida no sólo por los empresarios, sino también por los banqueros. “La gente vuelve y con ganas, pero de forma más prudente”, señaló a la agencia EFE Carlos Corral, subdirector de operaciones de Caixanova, una caja de ahorros española, quien añadió que la cuantía de la inversión es menor y más diversificada.

El riesgo país de muchas naciones de América -que indica el interés extra que los títulos de una nación deben dar al inversor para atraerlo, en comparación con los títulos del gobierno estadounidense- ha caído en los últimos meses, y algunas capitales han emitido deuda con éxito, por lo que se empieza a ver la luz al final del túnel.

Ha sido una larga espera para las empresas de la región, que el año pasado se encontraron con dificultades, “sin precedentes”, para obtener financiación, según Bernard Pasquier, director del departamento de América Latina y el Caribe de la IFC.

Entre los factores que contribuyeron a secar los flujos de capital, Pasquier citó la incertidumbre por las elecciones en Brasil, el agravamiento del conflicto en Colombia, la inestabilidad en Venezuela, que “sigue siendo un signo de interrogación para todos nosotros”, y la crisis en Argentina.

A Perez Companc, la empresa petrolífera mayoritariamente argentina y recientemente rebautizada como Petrobrás Energía, esta coyuntura la obligó a reestructurar un 90 por ciento de su deuda, según dijo su director financiero, Carlos Alvarez.

Además, por primera vez, la crisis secó las fuentes de financiación del comercio, por lo que ha sido complicado para muchas empresas explotar el aumento de la competitividad resultante de la depreciación de numerosas monedas latinoamericanas el año pasado.

Altit reveló que Braskem vio cancelados todos sus créditos para operaciones comerciales y tuvo que acudir al mercado local, empresas de seguros y agencias multilaterales, como el BM.

Lo mismo hicieron otras compañías y el IFC ha terminado dedicando un 80 por ciento de sus préstamos al comercio, a pesar de que su enfoque es facilitar nuevos proyectos, según dijo Pasquier.
No obstante, la situación está mejorando para los empresarios de la región.

Mauricio Restrepo, director financiero de Bavaria, S.A., la segunda mayor cervecera de América Latina, afirmó que se ha dado un cambio “espectacular” en los últimos meses y puso, como ejemplo, la caída de 200 puntos de los intereses de la deuda colombiana a diez años.
Aún así, el capital extranjero continúa muy reticente a entrar en ciertos países y exige rentabilidades muy generosas. En Brasil, por ejemplo, el riesgo país se sitúa cerca de los 800 puntos. Este nivel es “extremadamente alto” para las empresas, según Altit.

A medio plazo, Restrepo predijo que la disponibilidad de financiación para América Latina dependerá del desempeño económico de Brasil y Argentina, por ser los mayores mercados, y de la Bolsa en Estados Unidos.

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