El último eclipse del milenio acaparó las miradas

Hasta el papa Juan Pablo II quiso observar el fenómeno, que pudo ser apreciado en Europa, Africa y Asia. En Rumania se juntaron cuatro millones de personas. Suicidios por el pánico al "fin del mundo" en Brasil, Colombia y Guatemala.

12 agosto, 1999

Pasó el último eclipse del milenio, aquel que tantos temores había provocado en muchas personas de diferentes partes del mundo, y que fue apreciado ayer por multitudes. Hasta el papa Juan Pablo II se ocupó del asunto: montado en un helicóptero, voló desde el Vaticano hasta la residencia del Castelgandolfo para mirar el fenómeno. En Europa, donde ocurrió el eclipse, millones de personas se juntaron para participar del acontecimiento, que se produjo pasado el mediodía, y que duró algo más de dos minutos. El eclipse solar atravesó nueve países europeos, entre ellos Rumania, donde se congregaron 4 millones de personas. Después pasó por el mar Negro, el nordeste de Africa y el Cercano Oriente, y murió en el atardecer del golfo de Bengala, India. Junto al fenómeno, muchas profecías apocalípticas instauraron temor, que en la mayoría de los casos quedó en la nada. Sin embargo, el pánico al “fin del mundo” provocó tres suicidios en Piauí, Brasil, dos en Cali, Colombia, y otro en la ciudad de Guatemala.
(La Nación, Clarín)

Pasó el último eclipse del milenio, aquel que tantos temores había provocado en muchas personas de diferentes partes del mundo, y que fue apreciado ayer por multitudes. Hasta el papa Juan Pablo II se ocupó del asunto: montado en un helicóptero, voló desde el Vaticano hasta la residencia del Castelgandolfo para mirar el fenómeno. En Europa, donde ocurrió el eclipse, millones de personas se juntaron para participar del acontecimiento, que se produjo pasado el mediodía, y que duró algo más de dos minutos. El eclipse solar atravesó nueve países europeos, entre ellos Rumania, donde se congregaron 4 millones de personas. Después pasó por el mar Negro, el nordeste de Africa y el Cercano Oriente, y murió en el atardecer del golfo de Bengala, India. Junto al fenómeno, muchas profecías apocalípticas instauraron temor, que en la mayoría de los casos quedó en la nada. Sin embargo, el pánico al “fin del mundo” provocó tres suicidios en Piauí, Brasil, dos en Cali, Colombia, y otro en la ciudad de Guatemala.
(La Nación, Clarín)

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