Lo riesgoso no es Grecia sino la suerte del euro
La situación, señalaba George Soros, se parece demasiado a 1999. Por entonces, un grupo de economistas sugería postergar la moneda única. Seis años después, se oponían a incorporar economías relativamente subdesarrolladas. No les hicieron caso.
19 marzo, 2010


<p>Al respecto, analistas norteamericanos recuerdan un episodio de la crisis sistémica del 2006/9: la intervención federal a Fannie Mae y Freddie Mac, las hipotecarias paraestatales. En las tres ocasiones, “las dirigencias políticas y parlamentarias demoraron mucho en hacer lo que debían”, afirman los alemanes Otmar Issing (ex Banco Central Europeo) y Guido Westerwelle, actual ministro de relaciones exteriores.<br />
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Por su parte el holandés Willem Koesters retoma las objeciones de 2004 y las vincula con la crisis griega, a cuya zaga marchan la portuguesa y tal vez la española. “Atenas pone en peligro la estabilidad del euro –sostiene- y, si se la ayuda por razones políticas, luego será imposible negar asistencia a cualquier otro miembro de la Eurozona o de la Unión Europea misma”. Casi lo mismo sostuvo Angela Merkel este martes.<br />
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En Alemania, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Gran Bretaña o Dinamarca cunden los halcones. Este sector coincide con Issing, mientras Soros teme por “la sostenibilidad de la unión monetaria”. Por su parte, Westerwelle recuerda que la corte constitucional germana (suprema) autorizó derogar el marco en 1999, siempre y cuando los otros países de la Eurozona respetasen el pacto de Maastricht.<br />
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Justamente ahí reside un dilema nada fácil: la relación entre déficit fiscal y producto bruto interno (3% fijaba ese acuerdo en 1992). Según datos no oficiales a fines de 2008, la lista de pecadores abarca Grecia (12,7%), Reino Unido (11,2%), Irlanda (11,6%). España (11,4%), Portugal (9,3%), Francia (7,9%) e Italia (5,7%). Sólo Alemania sale más o menos indemne, con 3,2% del PBI en rojo. Y esto no ha terminado. <br />
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