Lluvias: frenan el declive de soja de segunda y maíz tardío

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¿Qué tan mal estaban los cultivos antes de las lluvias? ¿Éstas, solucionaron la situación? ¿Qué implica esto para los precios? ¿Y qué efecto tiene el dólar soja y las políticas internas en todo esto?

Desde la Universidad Austral, el profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos, Dante Romano, considera que si bien llegaron las lluvias que van a estabilizar el maíz tardío y la soja de segunda, los daños al maíz temprano y la soja de primera no se podrán revertir.
Sobre el dólar soja asegura que “rompió el mercado”, ya que se espera retracción de ventas hasta que aparezca una nueva edición, y que el maíz será el cultivo para hacer caja mientras tanto.

El foco del mercado venía puesto en las últimas semanas en la falta de lluvias en Argentina, el sur de Brasil, Uruguay y Paraguay, pero fundamentalmente sobre nuestro país. La calidad de cultivos de maíz y soja cayeron a niveles mínimos, y los principales analistas ya han realizado recortes productivos. El viernes 20, finalmente, llegaron las lluvias, y los pronósticos marcan otro frente para fines de enero.
Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral explica que este cambio en el régimen de lluvias estabilizaría la producción en nuestro país, y si bien llegaron tarde para la soja de primera y el maíz temprano, lo hicieron a tiempo para soja de segunda y maíz tardío. “Habrá que ver bien la recuperación de los cultivos, pero esto nos dejaría con una soja alrededor de 37 millones de toneladas y una producción de maíz en los 45 mill.tt., con mermas frente a los 45 y 50 mill.tt. de las que se hablaba inicialmente, y no tan fuertes como se temía”, considera.
Al mismo tiempo, Romano agrega: “De la mano de esto podemos esperar que el mercado internacional pierda la prima climática que ha acumulado, tanto en harina como en poroto de soja en las últimas semanas, con una toma de ganancias importante, pero localmente los precios deberían permanecer en niveles elevados para impedir la salida de soja a exportación, mientras que -dólar soja mediante- anticipamos fuerte venta de poroto cuando esto ocurra, y retención de maíz”.
En tanto la demanda internacional sigue dando muestras de debilidad. Más allá del menor crecimiento que se espera por el enfriamiento de la economía, en estos precios el consumo se resiente. En China, los precios de los cerdos bajan fuertemente con una demanda todavía lenta por el impacto del COVID y una producción elevada.
“Seguramente veremos inicialmente una reacción bajista importante, para ubicarse luego los precios en niveles más razonables. ¿La recomendación? Dejar pasar el movimiento inicial. Aprovecharlo aquellos que vendieron antes para comprar CALL para apuntalar ventas hechas. Veníamos marcando precios muy elevados del maíz julio e incluso de la soja, aunque la situación climática nos hacía frenar ventas. Este cambio climático nos permitiría avanzar en ventas en ambos casos”, analiza el especialista de la Universidad Austral.
Además, Romano contesta una serie de preguntas claves sobre el estado de los cultivos, precios y el dólar soja.
¿Qué tan mal estaban los cultivos antes de las lluvias?
El estado de cultivos de soja, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, era de sólo 3% en condición buena a muy buena, en maíz estaba en sólo 5 a nivel general, pero el maíz tardío, que venía en torno a 80%, había bajado 20 puntos en la última semana.
De la mano de esto, y estando ya a fines de enero, lamentablemente la soja de primera ya tenía daños notorios, y la de segunda venía perdiendo plantas, y muy sufrida, con todavía un 5% por sembrar. Además, se redujo la intención de siembra y se fue recortando la estimación de producción. Aquí hay que tener presente que los organismos oficiales y las instituciones como las Bolsas tienden a ser prudentes en los recortes de producción.
Estos habían pasado de 45 mill.tt. a la zona de las 40 mill.tt. Pero el número que se manejaba en ámbitos privados hablaba de 35 a 37 mill.tt. si llegaban las lluvias, y más cerca de 30 si no lo hacían.
En cuanto al maíz, el problema más grave son los cultivos tempranos, especialmente en la zona núcleo productiva, que fue la que, hasta la semana pasada, menos lluvias recibía. Aunque resulte increíble, los campos más caros y estables de Argentina eran los que peor situación presentaron.
Por eso estimamos que la siembra de maíz temprano estuvo en el orden del 20 a 25% del área, cuando en un año normal están más cerca de 40%. Normalmente se producen 14 mill.tt. de maíz temprano. Este año la discusión es si llegamos a 8 y el daño sobre estos cultivos ya es irreversible.
En lo que hace al maíz tardío o de segunda, la siembra fue más lenta, y le faltó humedad en el desarrollo inicial. Pero el cultivo se encontraba en etapas iniciales de desarrollo.
En cuanto a números la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, estima que la calidad de cultivos buena a excelente en general era de 7%, pero la de maíces tardíos que venía baja respecto a otros años, en niveles de 60%, había bajado 20 puntos en la última semana. Teniendo en cuenta lotes abandonados y la calidad de cultivos para la etapa de desarrollo de cada uno, la Bolsa bajó a 44,5 de 50 mill.tt. la producción esperada, y esto está en línea con lo que esperan los privados.
¿Las lluvias solucionan la situación de Argentina?
La soja de primera, y el maíz temprano ya tienen daños irreversibles. A pesar de las lluvias de la semana pasada, y las esperadas en adelante, la productividad se verá afectada. En tanto la soja de segunda y el maíz tardío recibieron justo a tiempo los aportes, y esto frenará su declive, inclusive pudiendo compensar algo de las pérdidas.
En las próximas semanas se irá observando la reacción de los campos para detectar si realmente mejoran. En principio, podemos decir que los 35 mill.tt. de soja podrían mejorar algo, y ese número se convertiría en un piso de producción. Mientras que para maíz también consideramos que los 45 mill.tt. es el piso productivo, sin ver de allí tanta mejora posible. Nuevamente, iremos monitoreando esto, viendo la reacción de los cultivos a las lluvias.
¿Qué implica esto para los precios?
Venimos de semanas de compras especulativas de poroto y harina en Chicago especulando con la falta de producción de Argentina. Esto se comenzó a revertir con los pronósticos, y es muy probable que continúe esta semana.
Pero yendo más a la oferta y demanda, hay que tener en cuenta que partimos de una situación de stocks internacionales y en EEUU ajustada. Por esto el nivel de precios, aun previo a la seca local, estaba relativamente alto. Dado que Brasil tendrá una muy buena producción, ya que los excelentes rindes en el norte podrán compensar en gran parte las pérdidas en el sur, y la merma argentina es importante, pero no llega a ser tan significativa; el nivel total de oferta sería menor a lo proyectado, pero similar al de los últimos años, quitando el 2021/22 donde si vimos una caída fuerte. Con una producción sudamericana en torno a los 200 mill.tt. el suministro tendrá un aprobado, pero con lo justo.
Pero por otro lado la demanda está débil. China viene comprando menos de lo que se esperaba. Los casos de COVID en ese país no aflojan, y el consumo sigue resentido. A nivel global las subas de tasas pasaron factura en lo financiero, pero ahora estamos comenzando a ver el impacto en la economía real, lo que debería reducir en general el consumo. Y la menor demanda de combustibles asociada a todo esto, impacta también en el consumo de etanol y biodiesel, que van de la mano con la producción de nafta y gasoil respectivamente.
Dicho esto, la conclusión es que el mercado de Chicago tendría mucho espacio para la baja, que incluso Brasil podría acompañar ese movimiento, pero en Argentina los precios deberían permanecer con una prima de exportación elevada, para evitar que la pobre cosecha se destine a la exportación de poroto, y así las fábricas poder tener un nivel de actividad razonable.
Haciendo números locales, luego de los 410 recientes, y más allá de una reacción inicial a la baja, no deberíamos ver un mercado mucho más bajo que los 370/380.
¿Y qué efecto tiene el dólar soja y las políticas internas en todo esto?
El dólar soja rompió el mercado de granos.
Cuando se produjo en septiembre la primera versión que tuvo repercusión, se tomó como una excepción. Pero con la versión de diciembre, llegamos a la conclusión de que se ha convertido en una nueva arma del gobierno para generar recaudación y mayor cantidad de divisas.
Desde el lado del productor, quedó demostrado que los precios en pesos por tonelada se disparan cuando se implementa el dólar soja, y que si eso es acompañado de ventas como sucedió en septiembre, el valor en dólares baja teniendo en cuenta el tipo de cambio especial del dólar soja, pero medido en “dólares oficiales” de todas formas es bueno.
Del lado de los compradores, si bien pagan un precio en pesos mucho más alto, eso se neutraliza porque el Banco Central le liquida los dólares también a un tipo de cambio mayor. Por lo que terminan comprando soja muy barata en dólares, recomponiendo sus márgenes y, lo que es más importante, capturando volúmenes importantes de grano con precio cerrado.
En definitiva, el productor dispone de soja que puede tener un tipo de cambio diferencial en el momento en donde el gobierno necesite recaudación e ingreso de divisas. El exportador sabe que de la mano del dólar soja comprará más poroto y más barato. Y dado que el gobierno viene con problemas tanto de caja como de reservas, es de esperar que ni bien entre la cosecha nueva, se implemente una nueva versión de dólar soja.
Dado que los otros productos van a tipo de cambio oficial, el productor sólo venderá si se queda sin financiamiento antes de que le dólar soja se haga presente. Uniendo esto con la baja producción de maíz temprano y soja de primera, pero con un pase de cosecha de maíz mucho más grande que lo normal, esperamos ver en febrero y marzo ventas de maíz, si es que el mercado internacional convalida los altos precios que Argentina está teniendo. Luego, cuando en abril entre la cosecha de soja, podríamos ver un dólar soja que incentive la venta de productores, que de otra forma no se dará, de la mano de la necesidad de las fábricas de generar oferta y margen, y del gobierno de hacerse de fondos para financiar el gasto, y de dólares para autorizar importaciones, previo a las primarias, en un año de elecciones presidenciales.

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