<p>En lo inmediato, la detención de Sa’if y as-Senusí (pariente lejano del ex rey Idrís) puede distraer la atención pública de los problemas cotidianos que afronta el país tras la guerra civil. Pero algunos temen que sólo sirva para realimentar disensos existentes y dañar la reputación de quienes detentan el poder o una parte de él.<br />
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El heredero del caudillo logró eludir hasta el momento el sino de su padre, asesinado por irregulares. Pero su futuro es una incógnita. Occidente está interesado en entregarlo a la corte penal internacional (CPI) de La Haya. Meses atrás el fiscal Luis Moreno Ocampo le pidió captura por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la represión.<br />
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Esto recobraría una sensación de bienestar ahora ausente.¿Por qué? Porque el público pende de disputas intestinas entre dirigentes, enfrentamientos entre milicias autónomas, protestas salariales o errores del propio CNT. Los líderes del consejo prefieren juzgar en Líbia a Sa’if y as-Senusí, pero su aparato judicial no es fiable. Tampoco está claro si quienes manejan Trípoli pueden hacerse cargo de ambos prisioneros.<br />
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En el caso de Zintán, al oeste, la ciudad dispone de milicias autónomas, no sometidas al control directo del CNT. Precisamente, ahí fue llevado en avión Sa’if y alojado en aquella población. Entonces ¿que puede Trípoli ofrecer a cambio del detenido? ¿Los codiciados cargos de seguridad en un nuevo gabinete? Si fuera así ¿a cual de las facciones armadas dirigirse? Por supuesto, la capital podría dejar a Sa’if en manos de sus captores pero ¿qué sería del embrionario sistema judicial del país?<br />
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En este punto, cabe resumir la situación de los Ghadafi. Mohammed, primogénito, está refugiado en Argel. Sa’adí, futbolista, se exiló en Níger, en tanto Hanniba’al sigue también en Argel. Jamís pereció en un bombardeo al igual que Sa’if al-Arab. Muttasim cayó junto al padre. Se ignora el paradero de Milad, hijo adoptivo del coronel. En lo tocante a Aisha, escapó a Argelia, dicen que con la fortuna del progenitor.</p>
Libia: Saif al-Islam es un presente griego
La inesperada captura del otrora sucesor de Muammar Ghadafi, más la de Abdullá as-Senusí (jefe del servicio secreto), no parecen alegrar al dividido Consejo Nacional de Transición. Por el contrario, acentúan tensiones en el mosaico institucional.