<p>Precisamente, mientras Moscú planea replantear alguna forma laxa de integración con la UE. Desde el martes, el lat (peso letón) virtualmente n se ctiza en Riga, Estocolmo ni Petersburgo y, en Letonia misma, se opera en euros, rublos, coronas suecas o dólares.</p>
<p>Los técnicos del Fondo Monetario Internacional y la UE deben presentar este viernes un esquema que ligue el let al euro. Pero la comisión europea teme que sea ya demasiado tarde, pues la crisis local empieza a dañar bancos privados escandinavos, alemanes, austríacos, polacos, húngaros e italianos.</p>
<p>Tampoco tranquiliza la situación en las vecinas Lituania –asociada a Polonia- y Estonia, vinculada a Finlandia. La principal luz roja se prendió en Estocolmo, cuyas instituciones han recibido un auxilio por € 3.000 millones del Banco Central Europeo… porque controlan 50% del pequeño mercado letón.</p>
<p>Tampoco parece alcanzar el empréstito de € 7.500 millones (FMI y BCE) concedido en mayo a Riga. Fuera del sector financiero, el panorama es desolador. Según proyecciones, a fin de este mes el desempleo pasará de 30% de la población activa y el producto bruto interno estará cayendo a razón de 18,6% anual. Entretanto, el déficit fiscal primario desbordará 9,2% del PBI.</p>
<p>Pero la pequeña Letonia comporta otro riesgo, cuidadosamente silenciado en las deliberaciones del G-8. Se trata de un efecto dominó capaz de golpear Estonia (por ende, Finlandia), Lituania –o sea, Polonia-, Bielorrusia, Hungría y Eslovaquia. Ello sin contar los problemas de bancos suecos e italianos. <br />
</p>
Letonia, un fantasma sobre el grupo de los 8
Tras un brote optimista, la semana pasada, vuelven temores sobre cese de pagos letón. Este miércoles, el G-8 (EE.UU., Canadá, Francia, Gran Bretaña, Rusia, China, Alemania, Holanda) preveían ese desenlace en el país más débil de la Unión Europea.