Lavagna también se hizo fuerte en el INDEC

El ministro de Economía relevó al titular del Instituta Nacional de Estadística y Censos, Juan Carlos del Bello, y nombró en su lugar al sociólogo Lelio Mármora, en otra decisión que apunta a consolidar un equipo homogéneo de colaboradores.

30 mayo, 2003

Lavagna y Del Bello habían protagonizado una polémica a
comienzos de año, en la primera semana de enero, después de
conocerse los datos sobre probreza e indigencia.

En la última semana de diciembre, para el INDEC, la pobreza en
el país alcanzaba niveles récords del 57,5 por ciento y la
indigencia el 27,5.

Las cifras no eran fácil de digerir para el gobierno, y una
semana después vino la réplica desde Economía.

El ministro Lavagna cuestionó la inclusión en la medición de
indicadores como el gasto del auto o turismo, que abultaron, a su
juicio, los indicadores de pobreza.

El INDEC releva el costo de la canasta alimentaria, del cual
surgen los indicadores de pobreza, sobre la base de niveles
promedio de precios.

Si utilizara los precios reales, los indicadores hubiesen sido
mucho más altos.

Pero Lavagna sacó sus propios cálculos valiéndose de mediciones
sobre la base de “precios intermedios” entre los mínimos y los
reales, con lo que las cifras debieran ser más bajas.

De inmediato vino la réplica de Del Bello, al señalar que la
medición de Economía se realizó con valores promedio que “no se
utilizan más y no son aceptados a nivel internacional”.

Al salir a defender el trabajo estadístico del INDEC, Del Bello
refutó la tesis de Economía de que habría dos millones y medio
menos de pobres e indigentes que los que calculaba el INDEC.

En esa oportunidad, Del Bello explicó que “a nivel
internacional se utilizan dos formas de medir el Costo de una
Canasta Básica Alimentaria por el Indice de Precios al Consumidor
o los precios implicitos, pero no se utiliza ninguna otra forumula
que trate de valorizar con precios intermedios”, como lo hizo
Lavagna.

Lavagna y Del Bello habían protagonizado una polémica a
comienzos de año, en la primera semana de enero, después de
conocerse los datos sobre probreza e indigencia.

En la última semana de diciembre, para el INDEC, la pobreza en
el país alcanzaba niveles récords del 57,5 por ciento y la
indigencia el 27,5.

Las cifras no eran fácil de digerir para el gobierno, y una
semana después vino la réplica desde Economía.

El ministro Lavagna cuestionó la inclusión en la medición de
indicadores como el gasto del auto o turismo, que abultaron, a su
juicio, los indicadores de pobreza.

El INDEC releva el costo de la canasta alimentaria, del cual
surgen los indicadores de pobreza, sobre la base de niveles
promedio de precios.

Si utilizara los precios reales, los indicadores hubiesen sido
mucho más altos.

Pero Lavagna sacó sus propios cálculos valiéndose de mediciones
sobre la base de “precios intermedios” entre los mínimos y los
reales, con lo que las cifras debieran ser más bajas.

De inmediato vino la réplica de Del Bello, al señalar que la
medición de Economía se realizó con valores promedio que “no se
utilizan más y no son aceptados a nivel internacional”.

Al salir a defender el trabajo estadístico del INDEC, Del Bello
refutó la tesis de Economía de que habría dos millones y medio
menos de pobres e indigentes que los que calculaba el INDEC.

En esa oportunidad, Del Bello explicó que “a nivel
internacional se utilizan dos formas de medir el Costo de una
Canasta Básica Alimentaria por el Indice de Precios al Consumidor
o los precios implicitos, pero no se utiliza ninguna otra forumula
que trate de valorizar con precios intermedios”, como lo hizo
Lavagna.

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