El arte de dirigir implica saber agradecer

Buen líder es, según la especialista Susan
Heathfield, la persona que crea un ambiente de trabajo en el cual la gente
siente que su aporte vale. La especialista da mucha importancia al premio y las
recompensas porque, sostiene, son la vía mediante la cual se hace sentir
importantes a los empleados. Según ella, el reconocimiento es algo más
que un simple gesto con la gente. Es una herramienta de comunicación que
refuerza y premia los mejores resultados que obtienen los empleados en beneficio
del negocio. Cuando se premia, se está marcando aquellas conductas que
uno quiere que se repitan. ¿Pero cómo se hace para hacerlo bien?

Heathfield da cinco consejos para que el reconocimiento sea visto como motivador
de conductas que contribuyan al éxito de la compañía.

· Establecer criterios claros sobre qué constituye una conducta
o acción encomendable.
· Todos los empleados, cualquiera sea su rango u ocupación, deben
ser candidatos al reconocimiento.
· El reconocimiento debe aportar al empleador y al empleado información
específica sobre qué conductas o acciones son las que merecen elogio.

· Todo aquel que exhiba un desempeño al nivel especificado previamente
como encomendable debe recibir su recompensa.
· El reconocimiento debería hacerse lo más inmediato posible
a la realización de la acción que se desea fomentar.

Por sobre todas las cosas, evitar que el procedimiento sea visto como favoritismo
en el cual los gerentes eligen a la gente que recibirá el reconocimiento.
Que nadie piense cosas como “el mes que viene me toca a mí”,
porque eso desincentiva y es la razón por la cual los programas tipo “empleado
del mes” casi nunca logran el efecto deseado.

Un ejemplo de reconocimiento exitoso

Una empresa estableció criterios para premiar a sus empleados. Esos criterios
incluían actividades tales como contribuir al éxito de la compañía
atendiendo siempre bien a un cliente sin solicitar la ayuda de un supervisor.
Todo empleado que actuaba según esos criterios recibía una nota
de agradecimiento escrita de puño y letra del supervisor. La nota explica
claramente por qué el empleado está recibiendo ese reconocimiento.
Además, incluye la oportunidad de que el empleado “saque” un
regalo de una caja. Los regalos van desde un cupón para una comida gratis
en un restaurante de comida rápida hasta un dólar de oro e importantes
premios en dinero en efectivo. El empleado saca su premio a ciegas, de manera
que nadie puede argumentar favoritismo. Una copia de esa nota de agradecimiento
pasa a engrosar la lista que luego participará en una lotería de
realización periódica dentro de la compañía y que
tiene premios todavía más prometedores.

Más consejos:

· Aplicar los criterios en forma coherente. La organización no puede
dejar el reconocimiento sólo librado al criterio de los supervisores.
· Si el objetivo a lograr surge de una reunión donde individualmente
las personas se ponen de acuerdo en el nivel de desempeño a premiar, habrá
que asegurarse de que ese logro es medianamente difícil de cumplir.
· A la gente le gusta que el reconocimiento tenga cierto elemento de sorpresa.
Si usted agradece con un almuerzo a un grupo de trabajadores cada vez que entregan
sus pedidos a tiempo, gradualmente ese almuerzo de convierte en algo que se da
por sentado y deja de percibirse como una recompensa.
· Siempre hay espacio para introducir actividades que mejoran el ánimo
general del ambiente de trabajo. En una empresa hay un equipo que se reúne
para organizar acontecimientos de este tipo. Por ejemplo, organizan reuniones,
o picnics con algún elemento novedoso, como “hoy cocina el jefe”.
O una fiesta de disfraces, con premio al mejor.

Premios y reconocimientos que ayudan tanto al empleador como a los empleados a
obtener lo que necesitan del trabajo crean un situación win-win, o sea
una situación en la que ambos obtienen una ganancia.

Buen líder es, según la especialista Susan
Heathfield, la persona que crea un ambiente de trabajo en el cual la gente
siente que su aporte vale. La especialista da mucha importancia al premio y las
recompensas porque, sostiene, son la vía mediante la cual se hace sentir
importantes a los empleados. Según ella, el reconocimiento es algo más
que un simple gesto con la gente. Es una herramienta de comunicación que
refuerza y premia los mejores resultados que obtienen los empleados en beneficio
del negocio. Cuando se premia, se está marcando aquellas conductas que
uno quiere que se repitan. ¿Pero cómo se hace para hacerlo bien?

Heathfield da cinco consejos para que el reconocimiento sea visto como motivador
de conductas que contribuyan al éxito de la compañía.

· Establecer criterios claros sobre qué constituye una conducta
o acción encomendable.
· Todos los empleados, cualquiera sea su rango u ocupación, deben
ser candidatos al reconocimiento.
· El reconocimiento debe aportar al empleador y al empleado información
específica sobre qué conductas o acciones son las que merecen elogio.

· Todo aquel que exhiba un desempeño al nivel especificado previamente
como encomendable debe recibir su recompensa.
· El reconocimiento debería hacerse lo más inmediato posible
a la realización de la acción que se desea fomentar.

Por sobre todas las cosas, evitar que el procedimiento sea visto como favoritismo
en el cual los gerentes eligen a la gente que recibirá el reconocimiento.
Que nadie piense cosas como “el mes que viene me toca a mí”,
porque eso desincentiva y es la razón por la cual los programas tipo “empleado
del mes” casi nunca logran el efecto deseado.

Un ejemplo de reconocimiento exitoso

Una empresa estableció criterios para premiar a sus empleados. Esos criterios
incluían actividades tales como contribuir al éxito de la compañía
atendiendo siempre bien a un cliente sin solicitar la ayuda de un supervisor.
Todo empleado que actuaba según esos criterios recibía una nota
de agradecimiento escrita de puño y letra del supervisor. La nota explica
claramente por qué el empleado está recibiendo ese reconocimiento.
Además, incluye la oportunidad de que el empleado “saque” un
regalo de una caja. Los regalos van desde un cupón para una comida gratis
en un restaurante de comida rápida hasta un dólar de oro e importantes
premios en dinero en efectivo. El empleado saca su premio a ciegas, de manera
que nadie puede argumentar favoritismo. Una copia de esa nota de agradecimiento
pasa a engrosar la lista que luego participará en una lotería de
realización periódica dentro de la compañía y que
tiene premios todavía más prometedores.

Más consejos:

· Aplicar los criterios en forma coherente. La organización no puede
dejar el reconocimiento sólo librado al criterio de los supervisores.
· Si el objetivo a lograr surge de una reunión donde individualmente
las personas se ponen de acuerdo en el nivel de desempeño a premiar, habrá
que asegurarse de que ese logro es medianamente difícil de cumplir.
· A la gente le gusta que el reconocimiento tenga cierto elemento de sorpresa.
Si usted agradece con un almuerzo a un grupo de trabajadores cada vez que entregan
sus pedidos a tiempo, gradualmente ese almuerzo de convierte en algo que se da
por sentado y deja de percibirse como una recompensa.
· Siempre hay espacio para introducir actividades que mejoran el ánimo
general del ambiente de trabajo. En una empresa hay un equipo que se reúne
para organizar acontecimientos de este tipo. Por ejemplo, organizan reuniones,
o picnics con algún elemento novedoso, como “hoy cocina el jefe”.
O una fiesta de disfraces, con premio al mejor.

Premios y reconocimientos que ayudan tanto al empleador como a los empleados a
obtener lo que necesitan del trabajo crean un situación win-win, o sea
una situación en la que ambos obtienen una ganancia.