Latinoamérica teme al contagio global
A pesar de que es una de las pocas regiones del planeta que exhibe buenos resultados económicos, y que logró escapar sin heridas de la recesión de 2008/9, comienza a cundir la alarma por el futuro cercano de América latina. En el primer semestre, el área creció 5% en promedio, impulsada por las economías que disponen de commodities que tienen compradores.
11 octubre, 2011
<p>Durante el año pasado, la zona fue responsable de aumentar medio punto a la tasa de crecimiento global. Pero crece la posibilidad de que una nueva recesión se haga presente con fuerza y de que no sea fácil de evitar las dificultades. <br />
Esta vez, China y la India, grandes compradores de productos básicos, sentirán el remezón que se expande desde los países centrales. Definitivamente, será una recesión global y nadie podría escapar a sus efectos negativos.<br />
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Con mercados más que deprimidos en toda Europa, Japón e incluso Estados Unidos, se advierte un deterioro en el precio de las principales materias primas. El cobre, por ejemplo, vital para las economías de Chile y de Perú (primero y segundo productores mundiales), vio caer su precio en 27% durante este año para situarse en torno a US$ 6.900 la tonelada. La soja, fuente de la cuarta parte de las exportaciones argentinas, redujo su cotización en 11%.<br />
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El petróleo, que representa 90% de las ventas externas venezolanas, se ha mantenido razonablemente bien. Pero aún así, a US$ 100 el valor del barril de crudo Brent, está 20% por debajo de su mejor precio de este año y apenas US$ 17 por encima del promedio de los últimos cinco años.<br />
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A pesar de este escenario, nadie pronostica una catástrofe. Sólo un descenso importante en los precios, y por ende, en los ingresos de estas economías productoras. Por lo menos las previsiones para los próximos dos años son bastante buenas.<br />
Pero habrá tres consecuencias inescapables. La primera, los ingresos por impuestos caerán sensiblemente. Proyectos mineros marginales serán suspendidos y mucha inversión prevista, demorada. Lo que puede herir fuerte: Perú por ejemplo, espera inversiones mineras por valor de US$ 40 mil millones.<br />
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El segundo efecto será que se ampliarán los déficit de cuenta corriente. Si el retroceso es igual al experimentado en 2008/9, economías como las de Brasil, Chile, Colombia y Perú podrían tener un déficit de cuenta corriente superior a 5% con relación al producto bruto interno.<br />
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Si los ingresos por importaciones de materias primas resultan menores, habrá – en tercer lugar- seguramente menores tasas de cambio en materia de divisas. Lo que, de un lado, puede ayudar a los fabricantes industriales de estos países. Pero complicará el poder de compra local y reducirá el crédito disponible al consumo, que son responsables de la expansión económica regional de estos años.</p>
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