<p>Aunque el ritmo de fabricación, no sólo de la vacuna en sí, es mucho más rápido que en tiempos del síndrome respiratorio agudo (sars, 2003), no será suficiente para evitar contagio agravado y decesos. Expertos norteamericanos, observando México (más de 165 víctimas fatales hasta el martes), sostienen que el mal adquiere virulencia. <br />
En EE.UU., el mayor problema es que, pese a años de esfuerzos, se depende de tecnologías de hace cincuenta años para elaborar vacunas y tratamientos integrales. Por otra parte, como en el sida o el sars, se trata de virus que mutan o se combinan rápidamente tras afectar personas.<br />
Los gobiernos federal y estaduales han insumido decenios y miles de millones intentando aplicar al desarrollo y la producción métodos más seguros o efectivos. Por ejemplo, hacer cultivos en cepas celulares, no ya en huevos de gallina, como desde el siglo XIX. Numerosas firmas pequeñas emplean las nuevas técnicas para genera vacunas en pocas semanas. <br />
Pero hay otro inconveniente: EE.UU. no trabaja con la Organización Mundial de la Salud. Además, mientras esta prescribe acciones centralizadas, Washington –como Buenos Aires o Brasilia- opta por las locales. Ninguna de las dos atiende como debiera a México, foco inicial y dominante, ni relaciona la contaminación (94% del agua potable en la capital azteca) con las dimensiones del brote. <br />
</p>
La vacuna contra la fiebre porcina tomará meses o años
Funcionarios federales no creen que, antes de noviembre, se produzcan bastantes tratamientos específicos completos contra el virus mutante. Se refieren a Estados Unidos. Pero cubrir la demanda mundial puede llevar algunos años.