La cantidad de votos a favor del Brexit y de Trump sorprendió a mucha gente. La sorpresa fue porque se suponía que los votantes, en ambos casos, elegirían la opción más segura que era, en un caso, permanecer en la Unión Europea y en el otro, continuar con una muy bien preparada presidente demócrata. Las otras dos opciones implicaban más riesgo. El análisis que sigue pertenece a Christopher Heintz que lo publica en su blog del International Cognition & Culture Institute.
La Teoría Prospectiva es un teoría muy importante en el campo de la economía conductista. Explica por qué y cuándo la gente está dispuesta o renuente a correr riesgos. En muchos casoa, la gente prefiere no correr ningún riesgo. Por ejemplo, muchos prefieren ganar un premio menor en vez de hacer la apuesta por algo mayor pero corriendo el riesgo de quedarse sin nada. Pero en algunos casos la gente prefiere las opciones con riesgos y lo hacen cuando sienten que han perdido algo. Imaginemos, por ejemplo, que alguien ha estado jungando a la ruleta y que ha perdido una suma importante de dinero. Es posible que, para recuperar esas pérdidas, se anime a correr un riesgo grande. Cuando hay sensación de pérdida, la gente se muestra más dispuesta a correr riesgos. Si en cambio la sensación es de ganancia, la mayoría opta por la opción más segura.
La teoría prospectiva describe sistemáticamente este cambio de actitudes hacia el riesgo: o se busca o se evita el riesgo según cómo se perciba lo que está en juego, si como pérdida o como ganancia. Esto depende a su vez de si las consecuencias posibles de la elección personal sean situaciones mejores o peores que algún punto de referencia, uno que se considera como “normal”.
¿Es esto relevante para comprender los votos a favor de Trump y del Brexit?
En 1988, Quattrone y Tversky, dos economistas conductistas, publicaron un trabajo donde muestran que las mismas actitudes hacia el riesgo se manifiestan al decidir por quién votar. Si usted percibe que usted o su país han estado perdiendo en los últimos años, entonces es probable que busque arriesgarse. Si en cambio no tiene esa percepción, entonces no va a optar por correr riesgos. Muchas de las explicaciones del triunfo del Brexit o del de Trump que se leyeron en las noticias ponían el acento en la frustración de los ciudadanos con su situación económica y en el efecto que tienen los discursos que siembran miedo y apelan a la grandeza perdida.
La frustración con la situación económica es provocada directamente por la Gran Recesión y el aumento de las desigualdades. Muchos ven la actual situación social y económica como algo mucho peor de lo que debería ser. Los discursos políticos de Trump y de los defensores del Brexit enmarcaron sus apuestas en términos de pérdidas y no de ganancias. Los eslóganes “Make America great again” y “Take back control” (retomar el control) claramente aluden a una grandeza del pasado que se ha perdido. Esto fija el punto de referencia como un estado perdido que era mucho mejor que el actual. Además, la agitacón del miedo es por definición algo que habla del estado aterrador (negativo) en que nos encontramos. Todo esto motiva a los ciudadanos a que se inclinen por la opción más riesgosa; las ganancias posibles, aunque sean improbables, son tan fuertemente deseadas que inducen a no tener en cuenta las muy probables pérdidas.
Con los votantes de Trump y Brexit estamos ante gente que, sintiendo que han perdido algo, está dispuesta a correr grandes riesgos. Las frustraciones económicas hacen que se prefiera buscar el riesgo, y eso dio votos a Trump y al Brexit.