Específicamente, la SEC acusó a las cuatro firmas de violar el Acta Sarbanes-Oxley, que exige que las firmas extranjeras listadas en el mercado de acciones de USA, tengan un auditor registrado en la PCAOB, la oficina de vigilancia de contabilidad de firmas públicas. Desde 2009 China le ha prohibido a sus empresas compartir información contable con reguladores extranjeros. China argumenta que compartir esta información violaría sus propias leyes relativas a secretos de estado. Las cuatro grandes empresas contables son Ernst & Young, PricewaterhouseCoopers, Dloitte Touche Tohmatsu y KMPG.
“Un encuentro entre reguladores de China y Estados Unidos la semana pasada, fue la última chance de evitar una confrontaciónâ€, sostiene Paul Gillis, profesor de contabilidad de la Universidad de Beijing. Para Gillis el espacio abierto para evitar que las firmas chinas se retiren del mercado de acciones de Estados Unidos, se está haciendo cada vez más estrecho. Cree que hay 80% de posibilidades de que las empresas chinas se vayan de la Bolsa estadounidense.
La desaparición de empresas chinas traería enormes consecuencias financieras. Las 200 empresas chinas más grandes tienen una capitalización de mercado de US$951.000 millones, según cálculos de junio del banco de inversiones Macquaire. Las empresa chinas que sólo están listadas en Estados Unidos, tienen un valor combinado de mercado de unos US$101.000 millones.
Gillis sostiene que la decisión de la SEC tomará tiempo hasta hacerse efectiva. El próximo paso es un juicio administrativo para imponer sanciones, que tomará meses. Gillis sostiene que, de cualquier manera, las compañías chinas no podrán encontrar auditores aún cuando su situación fiscal sea buena. Sin embargo, otros analistas de mercado sostienen que de alguna manera la situación se va a enfriar y la disputa terminará en una especia de compromiso que evite dinamitar los lazos financieros entre ambas naciones.