<p>La ofensiva del lunes y el martes ha costado más de 140 víctimas no uniformadas. En casi cinco meses de choques entre fuerzas armadas alawitas –inclusive policías e irregulares- y la población, en Beirut calculan dos mil muertos y 7.000 refugiados. Mayormente en Turquía. Pero el grado de violencia actual supera las escaramuzas anteriores.<br />
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En esta fase, los efectivos que responden al presidente vitalicio Bashar al-Asad acentúan la intensidad de los ataques sobre Hama (noroeste del país) y Hamidiya. En realidad, se trata de sitios caracterizados por balaceras sobre quienes intenten abandonar esas poblaciones. Por ejemplo, un suburbio residencial de Hama (Dawar Bilal) estaba siendo destruido con doce tanque y blindados. Igual sucedía en Abú Kamal, este de Siria.<br />
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Precisamente esas ciudades son escenarios de deserciones militares y policiales. Vale decir, uniformados de menor graduación y soldados rasos, en general sunníes. Desde el último viernes (domingo musulmán), en Damasco, Latakia, Hama, Homs y otros puntos las mezquitas lanzan llamamientos vía Twitter y Facebook para organizar manifestaciones y marchas.<br />
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En tanto, la segunda ronda de sanciones impuestas por la Unión Europea surtía tan poco efecto como la anterior. Desde Washington, Mark Toner –vocero del departamento de Estado- admite que sus propias sanciones no son eficaces, salvo que eventualmente incluyan el comercio de hidrocarburos. Por otra parte, las crisis financieras que castigan a EE.UU. y la Eurozona traban iniciativas contra Damasco, Trípoli y Sana’a.<br />
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Tampoco ayuda que Rusia y China sigan renuentes a siquiera condenar Siria. Tampoco Saudiarabia y la Unión de Emiratos Árabes parecen dispuestos a inmiscuirse. Al menos mientras tengan tropas en Bahrein.<br />
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Los ataques a Hama evocan el espectro de la peor represión de alawíes contra sunníes, en 1982. Entonces, Hafez –padre de Bashar- ahogó en sangre una revuelta de la Hermandad Musulmana, que dejó unos 20.000 muertos. En esta oportunidad, se estiman dos mil víctimas fatales, 12.000 detenidos y ocho mil refugiados (siete mil en Turquía).</p>
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La ONU delibera y en Siria corre la sangre
Mientras el ejército bombardea Hama por tercer día consecutivo, el organismo de Naciones Unidas continúa en deliberaciones sin efectos perceptibles. Parece la guerra civil libia, pero al revés y mucho más sangrienta, señala el Jerusalem Times.