Según detalla Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, el USDA está atrasado respecto a los analistas de instituciones locales, y estos respecto a los privados, “Sin embargo, la buena producción de soja en Brasil, con presión vendedora, y el hecho de que los fondos especulativos ya tienen una posición muy comprada de poroto y harina de soja en Chicago parecen haber ya descontado esta noticia”, agrega.
“En soja, el problema es el tamaño de cosecha de Argentina. Mientras que el USDA lo redujo en 8 mil.tt. a 33 mill.tt., la Bolsa de Comercio de Rosario la ajustó a 27 mill.tt., en línea con lo que los privados veían a inicios de la semana pasada. Pero el calor de los últimos días podría haber generado recortes mayores”, explica Romano.
Con respecto a las lluvias que se pronostican, el especialista considera tendrán menores niveles de humedad, aunque podrían dar un piso productivo.
Mientras que, en maíz, que ya entró en etapas de definición de rendimiento, el calor y la falta de lluvias generó impacto en las proyecciones de rendimiento, que se esperaba fueran mejores a esta altura del año.
Con respecto a las proyecciones para este cultivo, Romano las enumera: “Mientras el USDA ajustó a 40 mil.tt. la producción (-7 mil.tt. vs reporte anterior), la Bolsa de Cereales de Buenos Aires ajustó a 37,5 mill.tt. y la de Rosario estimó 35 mil.tt., en línea con los privados, pero quienes temen que deberán seguir ajustando a la baja. Estamos ya en niveles mínimos de oferta en 10 años”.
“Esta semana se espera el paso de algunos frentes de tormenta sobre Argentina, que podrían revertir algo la merma productiva. El problema es que se trataría de aportes menores, en momentos donde muchos de los cultivos tardíos ya están avanzando en etapas reproductivas”, añade.
A raíz de todo esto, la semana pasada el gobierno dispuso postergar por 180 días las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior de maíz con embarque de marzo a julio, lo que quita presión sobre los compradores en cuanto a sus compromisos de embarque.
“La baja productiva de Argentina venía llevando a precios del maíz disponible y abril a expectativas muy altas. Sin embargo, los precios internacionales no convalidaban esas expectativas de los productores haciendo que, si los compradores querían cumplir los embarques proyectados, debieran incurrir en fuertes pérdidas. Veníamos viendo que o las primas de exportación en Argentina se disparaban todavía más para convalidar los precios que pretenden los productores, o se iba a hacer muy difícil cumplir los negocios proyectados. Finalmente ocurrió lo segundo y los precios comenzaron a ajustar a la baja”, puntualiza Romano.
“La idea es que los mismos tiendan a los valores del maíz tardío, pero vienen resistiendo porque hay un line-up de buques demandante en las próximas semanas. Pero la duda es como seguiremos en los próximos meses”, agrega.
Finalmente, el profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral recomienda: “Vender maíz temprano y remanentes del año pasado para financiar las operaciones hasta que aparezca el dólar soja, y si el mismo se produce, avanzaríamos con ventas firmemente. Esta es la recomendación. Es necesario prestar atención a los precios para fin de año y para la campaña 23/24 que parecen alto frente a la recomposición productiva proyectada”.