La escala que hará la senadora Cristina Kirchner en Brasilia es uno de los puntos más concretos en cuanto a gestión futura de la campaña presidencial, y quizá el tema más importante que subyace en estos contactos exteriores es el interés de Petrobrás en adquirir la refinería y estaciones de servicio que Esso sacó a la venta.
El principal problema reside en la porción de abastecimiento del mercado interno que adquiriría la absorción de Esso por parte de Petrobrás, la cual ya cuenta con la segura objeción de la Comisión de Defensa de la Competencia.
De todos modos, la visita de la candidata oficialista tendrá otras aristas significativas para la integración, gane o no gane en las elecciones de octubre, y de ahí el despliegue diplomático que le confirió el gobierno de Lula, con el agasajo de éste en el Palacio de Planalto incluido.
La confirmación de la agenda preparada para recibir a Cristina Kirchner llegó ayer a la embajada brasileña en Buenos Aires, y fue comunicada a las empresas que participarán de los encuentros.
Luego de la recepción con que la distinguirá Lula, al realizarla en el lugar sólo reservado al protocolo con jefes de Estado, la comitiva al mediodía viajará hasta la residencia de Lula, en el Palacio de La Alvorada, donde compartirán un frugal almuerzo.
Se prevén contactos informales con políticos brasileños cercanos al gobierno, y luego la primera dama volverá al centro de la ciudad.
Para el atardecer, en el barrio de los hoteles, se preparó una recepción con empresas brasileñas que invirtieron en los últimos años en la Argentina. Ya está confirmada la presencia de la cúpula mayor de Camargo Correa, la cementera que en abril de 2005 compró Loma Negra a Amalia Lacroze de Fortabat, en unos US$ 1.025 millones, y también de los directivos de Ambev, la cervecera más grande del mundo con capitales compartidos entre belgas y brasileños, que opera Quilmes y Pepsi en Argentina.
Estarán entre los presentes representantes de Oderbrecht, la aeronáutica Embraer, Marcopolo, la siderúrgica Grupo Gerdau, las automotrices Land Rover y Honda y los bancos Do Brasil e Itaú.
La constructora afronta en estos momentos una investigación por sobreprecios en el gasoducto del Sur, detonado luego del escándalo de Skanska. Y ni Land Rover ni Honda fabrican autos en el país.
La cúpula de Petrobrás irá en pleno a un aparte de alto voltaje político, ya que se espera que apele a todo su poder dentro del gobierno de Lula para ablandar la posición de la administración de Néstor Kirchner en torno de ampliar su participación en el comercio de naftas.
Según los planes de Esso, la venta de sus posesiones en esta parte del continente debería concretarse antes de fin de año, con lo cual es posible aun que se haga dentro del actual mandato.
Fuentes brasileñas aseguran que Petrobrás, que compró en 2002 Pecom Energía en unos US$ 1.077 millones, esperaba ser apoyada por el gobierno argentino cuando mostró interés por adquirir las operaciones de la norteamericana en la Argentina. Desde San Pablo, sede de Petrobrás, creían que el aumento de las inversiones de la empresa sería algo ponderado y favorecido.
Pero esta semana se encontraron con que el Ministerio de Planificación de Julio de Vido les recordó que se “espera que Petrobrás cumpla con las inversiones en producción que ha comprometido en nuestro país.
Venezuela tercia
El vicepresidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Luis Vierma, confirmó el interés de la compañía en adquirir los activos de la petrolera estadounidense Exxon Mobil en Argentina.
Pero resulta que Exxon ya había decidido salir meses atrás de Venezuela durante el proceso de nacionalización de los proyectos de la Faja Petrolífera del Orinoco.
El paso siguiente fue poner en venta todos sus activos en Argentina y deshacerse de operaciones en otros países de América del Sur.
En Brasil, opera con el nombre de Esso Brasileira de Petróleo y posee la mayor red del Mercosur, con 1800 estaciones de servicio, mientras en Argentina tiene la tercera parte y piensa obtener unos 200 millones de dólares por el paquete que sacó a la venta.
Petrobrás no sólo apunta a la operación de Esso en Argentina, sino que le interesa sobremanera la estructura de la compañía norteamericana en su propio país. Y Pdvsa se convirtió en potencial rival para ese propósito, en especial porque la sensación que existe en Planalto es que Kirchner tiene favoritismo hacia el gobierno de Hugo Chávez.
En Estados Unidos, el presidente argentino, además, de reprochar que no hubo ayuda a la Argentina en la crisis de 2001/2002, ni que tampoco se atendiera a América latina en los últimos años, ironizó sobre las relaciones con Hugo Chávez, diciendo que no subsidia la revolución venezolana como sí lo hace Estados Unidos comprándole petróleo y otros productos y vendiéndole mucho más que Argentina.
La escala que hará la senadora Cristina Kirchner en Brasilia es uno de los puntos más concretos en cuanto a gestión futura de la campaña presidencial, y quizá el tema más importante que subyace en estos contactos exteriores es el interés de Petrobrás en adquirir la refinería y estaciones de servicio que Esso sacó a la venta.
El principal problema reside en la porción de abastecimiento del mercado interno que adquiriría la absorción de Esso por parte de Petrobrás, la cual ya cuenta con la segura objeción de la Comisión de Defensa de la Competencia.
De todos modos, la visita de la candidata oficialista tendrá otras aristas significativas para la integración, gane o no gane en las elecciones de octubre, y de ahí el despliegue diplomático que le confirió el gobierno de Lula, con el agasajo de éste en el Palacio de Planalto incluido.
La confirmación de la agenda preparada para recibir a Cristina Kirchner llegó ayer a la embajada brasileña en Buenos Aires, y fue comunicada a las empresas que participarán de los encuentros.
Luego de la recepción con que la distinguirá Lula, al realizarla en el lugar sólo reservado al protocolo con jefes de Estado, la comitiva al mediodía viajará hasta la residencia de Lula, en el Palacio de La Alvorada, donde compartirán un frugal almuerzo.
Se prevén contactos informales con políticos brasileños cercanos al gobierno, y luego la primera dama volverá al centro de la ciudad.
Para el atardecer, en el barrio de los hoteles, se preparó una recepción con empresas brasileñas que invirtieron en los últimos años en la Argentina. Ya está confirmada la presencia de la cúpula mayor de Camargo Correa, la cementera que en abril de 2005 compró Loma Negra a Amalia Lacroze de Fortabat, en unos US$ 1.025 millones, y también de los directivos de Ambev, la cervecera más grande del mundo con capitales compartidos entre belgas y brasileños, que opera Quilmes y Pepsi en Argentina.
Estarán entre los presentes representantes de Oderbrecht, la aeronáutica Embraer, Marcopolo, la siderúrgica Grupo Gerdau, las automotrices Land Rover y Honda y los bancos Do Brasil e Itaú.
La constructora afronta en estos momentos una investigación por sobreprecios en el gasoducto del Sur, detonado luego del escándalo de Skanska. Y ni Land Rover ni Honda fabrican autos en el país.
La cúpula de Petrobrás irá en pleno a un aparte de alto voltaje político, ya que se espera que apele a todo su poder dentro del gobierno de Lula para ablandar la posición de la administración de Néstor Kirchner en torno de ampliar su participación en el comercio de naftas.
Según los planes de Esso, la venta de sus posesiones en esta parte del continente debería concretarse antes de fin de año, con lo cual es posible aun que se haga dentro del actual mandato.
Fuentes brasileñas aseguran que Petrobrás, que compró en 2002 Pecom Energía en unos US$ 1.077 millones, esperaba ser apoyada por el gobierno argentino cuando mostró interés por adquirir las operaciones de la norteamericana en la Argentina. Desde San Pablo, sede de Petrobrás, creían que el aumento de las inversiones de la empresa sería algo ponderado y favorecido.
Pero esta semana se encontraron con que el Ministerio de Planificación de Julio de Vido les recordó que se “espera que Petrobrás cumpla con las inversiones en producción que ha comprometido en nuestro país.
Venezuela tercia
El vicepresidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Luis Vierma, confirmó el interés de la compañía en adquirir los activos de la petrolera estadounidense Exxon Mobil en Argentina.
Pero resulta que Exxon ya había decidido salir meses atrás de Venezuela durante el proceso de nacionalización de los proyectos de la Faja Petrolífera del Orinoco.
El paso siguiente fue poner en venta todos sus activos en Argentina y deshacerse de operaciones en otros países de América del Sur.
En Brasil, opera con el nombre de Esso Brasileira de Petróleo y posee la mayor red del Mercosur, con 1800 estaciones de servicio, mientras en Argentina tiene la tercera parte y piensa obtener unos 200 millones de dólares por el paquete que sacó a la venta.
Petrobrás no sólo apunta a la operación de Esso en Argentina, sino que le interesa sobremanera la estructura de la compañía norteamericana en su propio país. Y Pdvsa se convirtió en potencial rival para ese propósito, en especial porque la sensación que existe en Planalto es que Kirchner tiene favoritismo hacia el gobierno de Hugo Chávez.
En Estados Unidos, el presidente argentino, además, de reprochar que no hubo ayuda a la Argentina en la crisis de 2001/2002, ni que tampoco se atendiera a América latina en los últimos años, ironizó sobre las relaciones con Hugo Chávez, diciendo que no subsidia la revolución venezolana como sí lo hace Estados Unidos comprándole petróleo y otros productos y vendiéndole mucho más que Argentina.