En el mes de agosto, la inflación nacional medida por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) alcanzó un 1,9% con relación al mes previo. Esta cifra ubicó la variación acumulada en el año en 19,5% y la interanual en 33,6%, manteniéndose por debajo del umbral del 2% observado en el mes anterior.
El análisis por componentes mostró que los precios regulados crecieron 2,7%, impulsados especialmente por ajustes en alquileres, electricidad, gas y otros combustibles, con subas generalizadas en todo el país. También incidieron los aumentos en salud y servicios de telefonía e internet, que alcanzaron hasta 2,5%. “Las actualizaciones tarifarias y de servicios regulados consolidaron la presión alcista sobre este componente”, se señala en el informe.
En sentido opuesto, los precios estacionales descendieron -0,8%. La baja se verificó en prendas de vestir, calzado y en productos frescos como verduras, tubérculos y legumbres, que corrigieron tras la suba de julio. Asimismo, se registró una reducción en rubros asociados al turismo y la recreación.
El incremento más marcado se observó en el sector Transporte, con una suba de 3,6% explicada por el aumento en vehículos y combustibles. Le siguieron bebidas alcohólicas y tabaco, con 3,5%. Las menores variaciones correspondieron a recreación y cultura (0,5%) y a prendas de vestir y calzado (-0,3%).
De acuerdo al Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), los analistas proyectaban que la inflación mensual se mantendría por debajo del 2% desde septiembre. Sin embargo, tras los resultados electorales, el mercado ajustó al alza sus previsiones para el mediano plazo, estimando una inflación del 31% para 2025 y 24% para 2026.
El tipo de cambio oficial mostró un alza de 2,7% en el mismo período, al tiempo que la presión por la dolarización de carteras disminuyó progresivamente a lo largo del mes. El informe explicó que “la metodología del IPC basada en promedios semanales atenúa el impacto de movimientos abruptos en los últimos días del mes”.
Thiago Marino de IOL resaltó que “la principal razón del bajo traslado a precios observado en los meses anteriores reside en el entorno monetario contractivo”, caracterizado por tasas reales elevadas, escasez de liquidez y un costo de financiamiento alto para las empresas, limitando así el traslado de costos a los precios al consumidor.












