El Índice de precios al consumidor (IPC) retomó impulso en noviembre: registró un alza mensual de 2,5%, acumuló 27,9% en lo que va del año y alcanzó 31,4% interanual. Según el Indec, la mayor suba mensual se observó en Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (3,4%), seguida por Transporte (3,0%).
La discusión no es semántica: “desaceleración” suele referirse al ritmo interanual (comparación contra el mismo mes del año previo), mientras que el “recalentamiento” que domina el debate público se observa en la trayectoria mensual. En noviembre convivieron ambos fenómenos: el mes a mes continuó alto y la interanual dejó de bajar.
En notas previas, Mercado siguió ese desplazamiento del registro mensual desde el piso de mayo y la dificultad para consolidar una desinflación sostenida. La foto de noviembre confirma que el proceso no es lineal.
Qué significa “siete meses en alza”
El propio informe del Indec permite reconstruir la secuencia: tras tocar un mínimo de 1,5% en mayo, el IPC mensual avanzó en junio (1,6%), julio (1,9%), agosto (1,9%), septiembre (2,0%), octubre (2,3%) y noviembre (2,5%). Es decir: siete meses sin volver a perforar el piso previo, con una pausa (agosto) pero dentro de una pendiente ascendente hasta noviembre.
Ese punto es clave para leer expectativas: en economías con inflación alta, el comportamiento mensual “ancla” o “desancla” la formación de precios más rápido que la variación interanual. En términos de coordinación, el mes a mes tiende a ser el termómetro operativo.
En paralelo, el Indec informó que, por categorías, los precios Regulados lideraron el aumento (2,9%), seguidos por IPC núcleo (2,6%) y Estacionales (0,4%). “IPC núcleo” refiere a la inflación que excluye componentes estacionales y regulados, y suele utilizarse como aproximación a la tendencia de fondo.
El quiebre de la racha interanual
La variación interanual pasó de 31,3% en octubre a 31,4% en noviembre, un aumento de 0,1 punto porcentual. En términos estadísticos, es marginal; en términos de narrativa, corta una secuencia.
Desde diciembre de 2024, la serie interanual había descendido mes tras mes: 117,8% en diciembre, 84,5% en febrero, 55,9% en abril, 39,4% en junio, 33,6% en agosto y 31,3% en octubre, hasta el repunte de noviembre.
En perspectiva más larga, la inflación interanual había alcanzado un pico de 289,4% en abril de 2024. El dato de noviembre de 2025, aun muy por debajo de aquel máximo, marca que la desinflación interanual no avanza de manera automática: puede frenarse con un simple cambio en la dinámica mensual.
Dos años: Caputo versus Guzmán
La comparación “dos años” exige una aclaración metodológica: la inflación acumulada no se suma, se compone. Es decir, se calcula multiplicando los factores mensuales y anuales.
Con esa lógica, para el período diciembre de 2023–noviembre de 2025, el acumulado surge de combinar: diciembre 2023 (25,5%), 2024 (117,8% anual) y enero–noviembre 2025 (27,9% acumulado). El resultado compuesto ronda 249,6% en esos 24 meses.
Para el período equivalente de Alberto Fernández (diciembre 2019–noviembre 2021), se combinan: diciembre 2019 (3,7%), 2020 (36,1% anual) y enero–noviembre 2021 (45,4% acumulado). El acumulado compuesto se ubica en torno a 105,2%.
La conclusión cuantitativa es directa: medidos con la misma convención, los primeros 24 meses de Milei muestran un incremento de precios sustancialmente mayor que el período equivalente de Fernández -que no fue precisamente exitoso en este item-, aun cuando el régimen de inflación de 2024–2025 sea distinto en niveles y composición.
Macri vs Milei: 2017 versus 2025 en el recorte enero–noviembre
Otro contraste útil es el acumulado enero–noviembre. En noviembre de 2017, el Indec informó una variación acumulada de 21,0% respecto de diciembre de 2016.
En noviembre de 2025, la variación acumulada de 2025 llegó a 27,9%. En este recorte, 2025 supera a 2017 en 6,9 puntos porcentuales, un diferencial relevante para comparaciones de poder adquisitivo, paritarias y tasas reales.
Argentina frente a Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, 7 veces mas inflación
El contraste regional ayuda a dimensionar magnitudes. En noviembre, Argentina registró 2,5% mensual y 27,9% acumulado en el año.
– Brasil informó para el IPCA de noviembre un aumento mensual de 0,18% y un acumulado de 3,92% en 2025.
– Chile reportó 0,3% mensual y 3,7% acumulado.
– Paraguay informó 0,2% mensual y 3,4% acumulado.
– Uruguay registró 0,14% mensual y 3,74% acumulado.
En ese conjunto, Argentina queda primera tanto en variación mensual como en acumulado anual. La comparación no prueba causalidad, pero sí ubica el problema: aun con una interanual del orden de 31%, el “régimen” argentino sigue siendo excepcional en Sudamérica por dinámica mensual.
Top Ten Mundial
Los rankings globales de inflación suelen construirse con cortes de datos heterogéneos (no todos los países publican el mismo día ni con la misma base). Con un criterio comparable inmediato —Sudamérica con datos oficiales de noviembre— Argentina se ubica en el extremo superior.
Para un ranking mundial estricto, el estándar es trabajar con bases consolidadas (por ejemplo, FMI) y con el mismo concepto (promedio anual o variación interanual de cierre).
Bajo ese criterio, Argentina sigue ocupando un puesto en el top ten junto a países como Venezuela, Turquía, Irán, Zimbawe, Sudán o Burundi.
En el corto plazo, la señal operativa sigue siendo la trayectoria mensual: noviembre confirmó que el proceso de desinflación ya no está activo, que uniendo esto datos con los oficiales del nivel de actividad, la economía argentina parece estar instalada en un régimen de estanflación con atraso cambiario creciente.












