La huelga que paralizó a un país

El paro tuvo un alto acatamiento pero dejó como saldo un piquetero muerto en el Chaco, 34 detenidos, y múltiples daños materiales provocados por los violentos. Ahora el Gobierno intenta dialogar con los sindicatos.

25 noviembre, 2000

Tras la huelga de 36 horas dispuesta por las centrales obreras para protestar contra las últimas medidas económicas, el Gobierno convocó a los dirigentes gremiales a mantener un dialogo a fin de evitar nuevos conflictos.

La medida de fuerza, que fue convocada alternativamente por la CTA y CGT, conducidas por Hugo Moyano y Rodolfo Daer, tuvo un acatamiento de 90%, según los voceros sindicalistas.

El presidente Fernando De la Rúa admitió que hubo una alta respuesta, pero aclaró que, a su entender, este alto nivel de acatamiento se fundó en “la presión y la amenaza” hacia aquellos que hubiesen preferido ir a sus trabajos.

Este es el tercer paro, y el más intenso desde que De La Rúa asumió la presidencia del país.

La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, quien días atrás había protagonizado un duro cruce de palabras con el sindicalista Hugo Moyano en un programa de televisión, propuso comenzar pasado mañana con la rueda de conversaciones con la dirigencia gremial.

A pesar de que los sindicalistas aceptaron la invitación del Gobierno, advirtieron que exigirán “un cambio en la política económica”.

El saldo, al final de las 36 horas de paro, fue la muerte de un piquetero en Chaco, Ramón Molina, quien fue baleado por un desconocido.

Hubo 34 personas detenidas por provocar disturbios e impedir la circulación de colectivos en varios puntos de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

También hubo cortes de rutas en todo el país, y varios intentos de arrancar vías férreas.

Tras la huelga de 36 horas dispuesta por las centrales obreras para protestar contra las últimas medidas económicas, el Gobierno convocó a los dirigentes gremiales a mantener un dialogo a fin de evitar nuevos conflictos.

La medida de fuerza, que fue convocada alternativamente por la CTA y CGT, conducidas por Hugo Moyano y Rodolfo Daer, tuvo un acatamiento de 90%, según los voceros sindicalistas.

El presidente Fernando De la Rúa admitió que hubo una alta respuesta, pero aclaró que, a su entender, este alto nivel de acatamiento se fundó en “la presión y la amenaza” hacia aquellos que hubiesen preferido ir a sus trabajos.

Este es el tercer paro, y el más intenso desde que De La Rúa asumió la presidencia del país.

La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, quien días atrás había protagonizado un duro cruce de palabras con el sindicalista Hugo Moyano en un programa de televisión, propuso comenzar pasado mañana con la rueda de conversaciones con la dirigencia gremial.

A pesar de que los sindicalistas aceptaron la invitación del Gobierno, advirtieron que exigirán “un cambio en la política económica”.

El saldo, al final de las 36 horas de paro, fue la muerte de un piquetero en Chaco, Ramón Molina, quien fue baleado por un desconocido.

Hubo 34 personas detenidas por provocar disturbios e impedir la circulación de colectivos en varios puntos de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

También hubo cortes de rutas en todo el país, y varios intentos de arrancar vías férreas.

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