domingo, 22 de diciembre de 2024

La economía de aquí hasta las elecciones y después

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La altísima volatilidad en el mercado cambiario y la elevada inflación han generado una enorme incertidumbre sobre el futuro a corto y mediano plazo de la economía de Argentina.

En este informe se analiza los escenarios alternativos más probables hasta las elecciones y después.
Por Gustavo Reyes (*)

Las variables a monitorear están relacionadas con el entorno político y con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En el primer caso, la salida del ministro Guzmán, la intensidad en las peleas políticas y las dificultades que tuvo la nueva ministro de Economía para armar su equipo no han ayudado a reducir la probabilidad del escenario de descontrol.

Para acotar los riesgos (en un contexto externo adverso), resulta de vital importancia que la ministra Batakis presente mayores precisiones sobre cómo habrá de cumplir sus promesas tanto de mayor mesura en los gastos públicos como en relación a los compromisos asumidos con el FMI.

Por otro lado, es también muy importante que las medidas tengan un fuerte apoyo explícito tanto de todo el arco de la coalición gobernante, como de los principales partidos con representación parlamentaria La altísima volatilidad en el mercado cambiario y la elevada inflación han generado una enorme incertidumbre sobre el futuro a corto y mediano plazo de la economía de Argentina.

Aquí se analizan los escenarios alternativos más probables hasta las elecciones y después. Basándose en la evidencia empírica del país, se analiza cómo se comportaron las principales variables en cada uno de estos posibles marcos macroeconómicos ya que, en tres de los cuatro casos posibles, la Argentina ya los ha experimentado en su historia reciente.

Finalmente, se describen las variables más importantes a monitorear que pueden conducir a la economía al desarrollo de cada escenario. Los escenarios económicos hasta y después de las elecciones En el corto plazo, tanto la relativa cercanía de las elecciones como la importante caída en los indicadores de confianza en el Gobierno son importantes restricciones que dificultan la posibilidad de estabilizar y recuperar definitivamente la economía. Sin embargo, dado el programa vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), las mencionadas restricciones no implican necesariamente que la economía vaya a desestabilizarse totalmente hasta el próximo período electoral.

Teniendo en cuenta estas particularidades, en el corto plazo (hasta las elecciones) se abren dos escenarios alternativos: • El optimista, donde la economía continúa en un esquema muy débil y similar al actual, pero que se no descontrola totalmente.

  • El pesimista, en el cual la economía efectivamente termina de desestabilizarse totalmente. En este último y peligroso escenario se identifica una parte importante de la población según una encuesta nacional llevada a cabo entre el 8 y 12 de julio de este año por el estudio Reale Dalla Torre. La investigación revela que más del 60% de los encuestados creen que la economía puede entrar en un proceso de hiperinflación.

Por otro lado, dado que la economía, según estimaciones oficiales, se ha vuelto a estancar en el último semestre y teniendo en cuenta lo analizado anteriormente; para el mediano plazo, también pueden distinguirse dos escenarios alternativos: el optimista donde la economía comienza a recuperarse después de las elecciones y el pesimista, en el cuál no se logra escapar del clima de estancamiento.

De esta forma, a partir de la interrelación de los posibles marcos de corto y mediano plazo, es posible generar la siguiente matriz de posibilidades conjunta de escenarios: Con la excepción del mejor de los escenarios (IV – no se descontrola la economía en el corto plazo y se recupera después de las elecciones), el resto de los posibles marcos ya han sucedido en nuestro país en los últimos 50 años.

Las vivencias experimentadas por la economía de Argentina en estos casos permiten analizar la dinámica que tuvieron las principales variables macroeconómicas en cada uno estos episodios.

Escenario I: se descontrola la economía pero luego se recupera. Este tipo de contexto sucedió dos veces en Argentina en los últimos 50 años: 1988-1994 y 1999-2007. Si bien tanto el descontrol de la economía como su posterior recuperación obedecieron a causas, políticas económicas y escenarios externos muy diferentes en los dos períodos, el análisis estilizado de la evolución de la macroeconomía durante estos casos permite obtener algunas conclusiones de este posible escenario.

En lo relativo a los componentes de la Demanda Agregada, la Inversión es el ítem que más se contrae durante el periodo de descontrol (piso de la caída) y las Exportaciones es el único rubro que logra expandirse en dicha etapa. En la fase de recuperación, las ventas al resto del mundo continúan expandiéndose y son acompañadas por una buena dinámica tanto de las Importaciones como de la Inversión.

Con respecto a la Oferta Agregada, la actividad de la Construcción es la que resulta más afectada durante el período de descontrol mientras que Transporte y Comunicaciones representa una de las actividades que más se expande en la fase de la recuperación.

En términos de las principales variables macroeconómicas se observa lo siguiente: como es dable de esperar: o la Inflación se acelera muy fuertemente en la crisis y lógicamente baja durante la recuperación. o El PBI per cápita sufre contracciones entre el 10% y casi el 20% durante las crisis. Luego, entre los 4 y 5 años posteriores, la recuperación termina superando los niveles previos a la crisis.

Poder adquisitivo de los Salarios se contrae casi 20% durante la etapa de descontrol y después se recupera. No obstante, no en todos los casos se alcanza y/o supera los niveles previos a la crisis.

Préstamos: muy similar a la evolución del poder adquisitivo de los salarios.

  • El tipo de cambio nominal, durante la fase de descontrol, supera a la inflación generando un aumento en el tipo de cambio real (TCR) y viceversa en la etapa de recuperación.

Escenario II: se descontrola la economía en el corto plazo pero no se recupera después de las elecciones (mediano plazo). Este caso sucedió en Argentina entre 1974 y 1990. Si bien en el medio de este largo período se produjeron algunas recuperaciones (Tablita de Martínez de Hoz a principios de los 80´s, Plan Austral a mediados de los 80´s), las mismas no duraron demasiado tiempo y la economía estuvo sujeta a fuertes descontroles de corto plazo y con un estancamiento en el mediano plazo.

El PBI total durante estos 16 años no registró prácticamente ninguna variación punta a punta. En este marco de estancamiento de la economía, la Inversión es el ítem que más se contrae de la Demanda Agregada mientras que las Exportaciones es el único componente que logra expandirse.

En lo relativo a la Oferta Agregada, al igual que en el escenario anterior, la actividad de la Construcción es la que en términos relativos cae más fuerte mientras que el Agro, Transporte y Comunicaciones y los Servicios Privados son los rubros que logran tener alguna expansión dentro del estancamiento total de la economía.

En términos de las principales variables macroeconómicas se observa lo siguiente: • Como es dable de esperar, el estancamiento en el nivel de actividad económica genera una tendencia negativa en el PBI per cápita. • la Inflación: en una primera etapa, se mantiene en un nivel alto pero estable. Luego se acelera fuertemente durante los períodos de descontrol. • El Poder adquisitivo de los Salarios se contrae durante las etapas de crisis para luego recuperarse aunque parcialmente. No obstante, al haber solamente recuperaciones transitorias y muy cortas, la tendencia lógicamente es negativa. • Préstamos: presenta importantes oscilaciones, pero con una tendencia al estancamiento. • El tipo de cambio real resulta muy volátil a lo largo del período.

Escenario III: no se descontrola la economía en el corto plazo pero tampoco se recupera después de las elecciones (mediano plazo). Este contexto es el que ha experimentado la Argentina en los últimos 10 años donde su economía no se ha terminado de descontrolar totalmente pero tampoco se ha recuperado ya que la producción (PBI) ha estado estancada en este período.

En este marco de estancamiento pero sin llegar al total descontrol de la economía, la Exportaciones representan el ítem que más se contrajo de la Demanda Agregada. El Consumo total (público y privado) y las Importaciones son los rubros que lograron expandirse aunque, lógicamente, de manera muy leve.

En lo relativo a la Oferta Agregada, las actividades de Industria y Comercio son las que, en términos relativos. presentaron las mayores caídas. El Agro y los Servicios Privados son los rubros que alcanzaron algún crecimiento positivo en el marco del estancamiento de la economía. En términos de las principales variables macroeconómicas se observa lo siguiente: • Como es dable de esperar, al igual que en el escenario anterior, el estancamiento en el nivel de actividad económica genera una tendencia declinante en el PBI per cápita. • la Inflación a lo largo de los años va subiendo escalones presentando una tendencia claramente alcista. • El Poder adquisitivo de los Salarios se contrae casi permanentemente a lo largo del período. • Préstamos: al principio se mantienen estables pero luego entran en una profunda tendencia contractiva.

Escenario IV (inédito): no se descontrola la economía en el corto plazo y se recupera después de las elecciones (mediano plazo). La peculiaridad de este marco es que, si bien es el mejor de los cuatro, a diferencia de los anteriores, nunca ha sucedido en los últimos 50 años.

No obstante, este caso combina lo mejor del escenario III en el corto plazo (sin crisis de descontrol total) y del I en el mediano plazo (recuperación). Desde un punto de vista especulativo, el descontrol total de la economía puede ayudar en la etapa posterior de recuperación ya que, por un lado, las autoridades en particular y la población en general, toman mayor conciencia de la magnitud y consecuencias de los desequilibrios de la economía lo cual aumenta la predisposición a realizar cambios.

Por otro lado, el mismo descontrol genera salarios y precios de activos sumamente bajos que, ante un cambio profundo del régimen económico que genere confianza, potencia el proceso de reactivación. No obstante, y a pesar de que no hay evidencias empíricas en nuestro país en los últimos 50 años, el descontrol total de la economía para nada resulta una condición necesaria para la recuperación de la misma y por otro lado, resulta altamente peligroso ya que potencia os niveles de pobreza y costo social al tiempo que puede generar también una altísima inestabilidad en el sistema gubernamental.

(*) Economista del IERAL, de la Fundación Mediterránea.

 

 

 

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