La CGT colaborará en control de precios para evitar desmadres en s paritarias

La central obrera “ganará la calle” para cooperar con la Secretaría de Comercio, y lo mismo hará respecto del abastecimiento de combustibles. Será el estreno de Kirchner en el PJ y del perfil activista que le imprimirá.

24 abril, 2008

La acción política directa sobre el costo de vida tiene como propósito
morigerar las pretensiones salariales de los gremios que aún no cerraron
los convenios, como metalúrgicos, mecánicos, ferroviarios, que reclaman
arriba del 30 %, y evitar que aquellos que siguieron la pauta liderada por los
camioneros en torno del 20 % no impulsen una reapertura de las negociaciones a
partir de octubre ni presionen ahora por cláusulas-gatillo compensadoras.

El ex presidente Néstor Kirchner será quien arme desde la conducción
del partido justicialista las movilizaciones callejeras en apoyo del gobierno
de su esposa, hasta ahora reservadas a las organizaciones de piqueteros y eventualmente
a la capacidad de “llenar plazas” de los intendentes del conurbano.

De hecho, oficiará de “guardián” del gobierno de su
esposa y cuidará, a la vez, que la imagen de ambos no siga declinando,
lo cual comprometería la elección del 2009.

El secretario gremial de la CGT, Jorge Viviani, admitió públicamente
que la entidad colaborará con el gobierno para contener una eventual
suba en los precios de los alimentos y ratificó que la inflación
ya ocupa un espacio en la agenda del poder.

Aunque no hubo menciones taxativas, se confirma asimismo que el control de
los precios integraría los lineamientos del borrador del pacto social
para el Bicentenario que se pergeña desde la Casa Rosada como relanzamiento
de la gestión de Cristina Kirchner.

La primera mandataria cumplirá para la fecha patria cinco meses al frente
del Poder Ejecutivo y las encuestas de imagen le dan debajo de los 30 puntos.

Su esposo finca en la acción política del partido que presidirá
y en la refrendación de alianzas transversales, como con los radicales
K, por ejemplo, el soporte de gestión que lleve a repechar el pobre desempeño
que le reconoce la sociedad hasta el presente.

La guerra contra la carestía de los alimentos representa la principal
apelación del gobierno para recuperar la iniciativa, en momentos en que
los precios están a punto de ingresar en la espiral inflacionaria.

Enemigos sociales

Dentro de la definición de este enemigo social a combatir desde el oficialismo
se incluye a los productores del campo, cuya vuelta al paro parece irreversible
ante la firmeza de la Casa Rosada en su posición respecto de las retenciones
y el duro trato dispensado tanto desde los atriles cuanto desde los propios
organismos de contralor, como la Secretaría de Comercio.

Kirchner instruyó a Moreno para que aplique con rigor la vieja ley de
abastecimiento en la cadena alimenticia, como lo hiciera con los combustibles,
y pone a disposición del funcionario el brazo sindical del PJ, corporizado
en la CGT de Moyano.

Precisamente, las crisis de alimentos y energía han sido alineadas en
forma sutil por la propaganda oficial como asechanzas al pueblo, por más
que ni los actores ni los motivos sean los mismos.

En ese sentido, llamó la atención que desde algunos medios de
difusión aliados al gobierno se hayan revelado detalles de un supuesto
plan de lucha de los productores para el caso de que vuelvan a las rutas, que
consistiría en cerrar el paso de los camiones cisterna que transportan
combustibles para desabastecer a las ciudades.

En realidad, desde las entidades que agrupan a las estaciones de servicio ya
se vienen denunciando faltantes de gasoil y naftas en la Ciudad de Buenos Aires,
pero sobre todo en el interior.

La idea de instalar en la opinión pública al desabastecimiento
de los combustibles como una consecuencia de la rebeldía de los hombres
de campo constituye un “approach” de ir perfilando al bando enemigo
que las brigadas justicialistas ayudarán al gobierno a combatir desde
las calles.

Lo cierto es que entre Moreno con la ley de abastecimiento, que no trepida
en aplicar por igual a las refinadoras, la administración de represas
y la cadena alimenticia, y los piquetes cegetistas dirigidos por Moyano se montará
una gran puesta en escena en aras de defender el interés popular.

El panorama energético pinta ya muy complicado en vísperas del
invierno. Los principales ríos de las represas tienen caudales muy bajos,
se harán sentir las restricciones en el suministro de gas boliviano,
el presidente electo del Paraguay anunció que encarecerá la electricidad
que vende a los vecinos, incluida Argentina, y hasta el buque regasificador
sufre peripecias en su interminable travesía hacia nuestras costas.

Como un aperitivo de lo que se viene, en el primer bimestre del 2008, las importaciones
energéticas muestran un aumento de 11,1%, a US$ 224 millones, según
el último informe de IES Consultores.

En 2007 habían crecido 64% y llegaron a US$2.845,7 millones y que se
visualizó una fuerte aceleración a partir de abril, en paralelo
a la agudización de la crisis energética.

Los datos barajados agregan que la importación de diésel creció
un 282,4% medido en divisas y un 227,4% en volumen.

Paralelamente, las exportaciones de energía en el 2007 fueron de US$6.608
millones, lo que representa una importante caída del 14,8 %.

IES Consultores agrega que se trata de “la primera caída en los
valores exportados en muchos años (…)”. “Las ventas de petróleo
(…) alcanzaron los US$1.292,6 millones, un 46,3% de disminución, y
las de gas natural 1.272 millones, un 15,8% de descenso”, agregó.

En cuanto al buque regasificador, con el que el gobierno planea reducir un
déficit de gas en aproximadamente 8 millones de metros cúbicos
diarios, además de alborotar a pobladores de Bahía Blanca y ambientalistas,
plantea un desafío operativo al puerto, ya que su porte es mayor que
el posible de recibir, según anticipó el jefe de Prefectura, Antonio
Quiroz.

La acción política directa sobre el costo de vida tiene como propósito
morigerar las pretensiones salariales de los gremios que aún no cerraron
los convenios, como metalúrgicos, mecánicos, ferroviarios, que reclaman
arriba del 30 %, y evitar que aquellos que siguieron la pauta liderada por los
camioneros en torno del 20 % no impulsen una reapertura de las negociaciones a
partir de octubre ni presionen ahora por cláusulas-gatillo compensadoras.

El ex presidente Néstor Kirchner será quien arme desde la conducción
del partido justicialista las movilizaciones callejeras en apoyo del gobierno
de su esposa, hasta ahora reservadas a las organizaciones de piqueteros y eventualmente
a la capacidad de “llenar plazas” de los intendentes del conurbano.

De hecho, oficiará de “guardián” del gobierno de su
esposa y cuidará, a la vez, que la imagen de ambos no siga declinando,
lo cual comprometería la elección del 2009.

El secretario gremial de la CGT, Jorge Viviani, admitió públicamente
que la entidad colaborará con el gobierno para contener una eventual
suba en los precios de los alimentos y ratificó que la inflación
ya ocupa un espacio en la agenda del poder.

Aunque no hubo menciones taxativas, se confirma asimismo que el control de
los precios integraría los lineamientos del borrador del pacto social
para el Bicentenario que se pergeña desde la Casa Rosada como relanzamiento
de la gestión de Cristina Kirchner.

La primera mandataria cumplirá para la fecha patria cinco meses al frente
del Poder Ejecutivo y las encuestas de imagen le dan debajo de los 30 puntos.

Su esposo finca en la acción política del partido que presidirá
y en la refrendación de alianzas transversales, como con los radicales
K, por ejemplo, el soporte de gestión que lleve a repechar el pobre desempeño
que le reconoce la sociedad hasta el presente.

La guerra contra la carestía de los alimentos representa la principal
apelación del gobierno para recuperar la iniciativa, en momentos en que
los precios están a punto de ingresar en la espiral inflacionaria.

Enemigos sociales

Dentro de la definición de este enemigo social a combatir desde el oficialismo
se incluye a los productores del campo, cuya vuelta al paro parece irreversible
ante la firmeza de la Casa Rosada en su posición respecto de las retenciones
y el duro trato dispensado tanto desde los atriles cuanto desde los propios
organismos de contralor, como la Secretaría de Comercio.

Kirchner instruyó a Moreno para que aplique con rigor la vieja ley de
abastecimiento en la cadena alimenticia, como lo hiciera con los combustibles,
y pone a disposición del funcionario el brazo sindical del PJ, corporizado
en la CGT de Moyano.

Precisamente, las crisis de alimentos y energía han sido alineadas en
forma sutil por la propaganda oficial como asechanzas al pueblo, por más
que ni los actores ni los motivos sean los mismos.

En ese sentido, llamó la atención que desde algunos medios de
difusión aliados al gobierno se hayan revelado detalles de un supuesto
plan de lucha de los productores para el caso de que vuelvan a las rutas, que
consistiría en cerrar el paso de los camiones cisterna que transportan
combustibles para desabastecer a las ciudades.

En realidad, desde las entidades que agrupan a las estaciones de servicio ya
se vienen denunciando faltantes de gasoil y naftas en la Ciudad de Buenos Aires,
pero sobre todo en el interior.

La idea de instalar en la opinión pública al desabastecimiento
de los combustibles como una consecuencia de la rebeldía de los hombres
de campo constituye un “approach” de ir perfilando al bando enemigo
que las brigadas justicialistas ayudarán al gobierno a combatir desde
las calles.

Lo cierto es que entre Moreno con la ley de abastecimiento, que no trepida
en aplicar por igual a las refinadoras, la administración de represas
y la cadena alimenticia, y los piquetes cegetistas dirigidos por Moyano se montará
una gran puesta en escena en aras de defender el interés popular.

El panorama energético pinta ya muy complicado en vísperas del
invierno. Los principales ríos de las represas tienen caudales muy bajos,
se harán sentir las restricciones en el suministro de gas boliviano,
el presidente electo del Paraguay anunció que encarecerá la electricidad
que vende a los vecinos, incluida Argentina, y hasta el buque regasificador
sufre peripecias en su interminable travesía hacia nuestras costas.

Como un aperitivo de lo que se viene, en el primer bimestre del 2008, las importaciones
energéticas muestran un aumento de 11,1%, a US$ 224 millones, según
el último informe de IES Consultores.

En 2007 habían crecido 64% y llegaron a US$2.845,7 millones y que se
visualizó una fuerte aceleración a partir de abril, en paralelo
a la agudización de la crisis energética.

Los datos barajados agregan que la importación de diésel creció
un 282,4% medido en divisas y un 227,4% en volumen.

Paralelamente, las exportaciones de energía en el 2007 fueron de US$6.608
millones, lo que representa una importante caída del 14,8 %.

IES Consultores agrega que se trata de “la primera caída en los
valores exportados en muchos años (…)”. “Las ventas de petróleo
(…) alcanzaron los US$1.292,6 millones, un 46,3% de disminución, y
las de gas natural 1.272 millones, un 15,8% de descenso”, agregó.

En cuanto al buque regasificador, con el que el gobierno planea reducir un
déficit de gas en aproximadamente 8 millones de metros cúbicos
diarios, además de alborotar a pobladores de Bahía Blanca y ambientalistas,
plantea un desafío operativo al puerto, ya que su porte es mayor que
el posible de recibir, según anticipó el jefe de Prefectura, Antonio
Quiroz.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades