La acción política directa sobre el costo de vida tiene como propósito morigerar las pretensiones salariales de los gremios que aún no cerraron los convenios, como metalúrgicos, mecánicos, ferroviarios, que reclaman arriba del 30 %, y evitar que aquellos que siguieron la pauta liderada por los camioneros en torno del 20 % no impulsen una reapertura de las negociaciones a partir de octubre ni presionen ahora por cláusulas-gatillo compensadoras.
El ex presidente Néstor Kirchner será quien arme desde la conducción del partido justicialista las movilizaciones callejeras en apoyo del gobierno de su esposa, hasta ahora reservadas a las organizaciones de piqueteros y eventualmente a la capacidad de "llenar plazas" de los intendentes del conurbano.
De hecho, oficiará de "guardián" del gobierno de su esposa y cuidará, a la vez, que la imagen de ambos no siga declinando, lo cual comprometería la elección del 2009.
El secretario gremial de la CGT, Jorge Viviani, admitió públicamente que la entidad colaborará con el gobierno para contener una eventual suba en los precios de los alimentos y ratificó que la inflación ya ocupa un espacio en la agenda del poder.
Aunque no hubo menciones taxativas, se confirma asimismo que el control de los precios integraría los lineamientos del borrador del pacto social para el Bicentenario que se pergeña desde la Casa Rosada como relanzamiento de la gestión de Cristina Kirchner.
La primera mandataria cumplirá para la fecha patria cinco meses al frente del Poder Ejecutivo y las encuestas de imagen le dan debajo de los 30 puntos.
Su esposo finca en la acción política del partido que presidirá y en la refrendación de alianzas transversales, como con los radicales K, por ejemplo, el soporte de gestión que lleve a repechar el pobre desempeño que le reconoce la sociedad hasta el presente.
La guerra contra la carestía de los alimentos representa la principal apelación del gobierno para recuperar la iniciativa, en momentos en que los precios están a punto de ingresar en la espiral inflacionaria.
Enemigos sociales
Dentro de la definición de este enemigo social a combatir desde el oficialismo se incluye a los productores del campo, cuya vuelta al paro parece irreversible ante la firmeza de la Casa Rosada en su posición respecto de las retenciones y el duro trato dispensado tanto desde los atriles cuanto desde los propios organismos de contralor, como la Secretaría de Comercio.
Kirchner instruyó a Moreno para que aplique con rigor la vieja ley de abastecimiento en la cadena alimenticia, como lo hiciera con los combustibles, y pone a disposición del funcionario el brazo sindical del PJ, corporizado en la CGT de Moyano.
Precisamente, las crisis de alimentos y energía han sido alineadas en forma sutil por la propaganda oficial como asechanzas al pueblo, por más que ni los actores ni los motivos sean los mismos.
En ese sentido, llamó la atención que desde algunos medios de difusión aliados al gobierno se hayan revelado detalles de un supuesto plan de lucha de los productores para el caso de que vuelvan a las rutas, que consistiría en cerrar el paso de los camiones cisterna que transportan combustibles para desabastecer a las ciudades.
En realidad, desde las entidades que agrupan a las estaciones de servicio ya se vienen denunciando faltantes de gasoil y naftas en la Ciudad de Buenos Aires, pero sobre todo en el interior.
La idea de instalar en la opinión pública al desabastecimiento de los combustibles como una consecuencia de la rebeldía de los hombres de campo constituye un "approach" de ir perfilando al bando enemigo que las brigadas justicialistas ayudarán al gobierno a combatir desde las calles.
Lo cierto es que entre Moreno con la ley de abastecimiento, que no trepida en aplicar por igual a las refinadoras, la administración de represas y la cadena alimenticia, y los piquetes cegetistas dirigidos por Moyano se montará una gran puesta en escena en aras de defender el interés popular.
El panorama energético pinta ya muy complicado en vísperas del invierno. Los principales ríos de las represas tienen caudales muy bajos, se harán sentir las restricciones en el suministro de gas boliviano, el presidente electo del Paraguay anunció que encarecerá la electricidad que vende a los vecinos, incluida Argentina, y hasta el buque regasificador sufre peripecias en su interminable travesía hacia nuestras costas.
Como un aperitivo de lo que se viene, en el primer bimestre del 2008, las importaciones energéticas muestran un aumento de 11,1%, a US$ 224 millones, según el último informe de IES Consultores.
En 2007 habían crecido 64% y llegaron a US$2.845,7 millones y que se visualizó una fuerte aceleración a partir de abril, en paralelo a la agudización de la crisis energética.
Los datos barajados agregan que la importación de diésel creció un 282,4% medido en divisas y un 227,4% en volumen.
Paralelamente, las exportaciones de energía en el 2007 fueron de US$6.608 millones, lo que representa una importante caída del 14,8 %.
IES Consultores agrega que se trata de "la primera caída en los valores exportados en muchos años (…)". "Las ventas de petróleo (…) alcanzaron los US$1.292,6 millones, un 46,3% de disminución, y las de gas natural 1.272 millones, un 15,8% de descenso", agregó.
En cuanto al buque regasificador, con el que el gobierno planea reducir un déficit de gas en aproximadamente 8 millones de metros cúbicos diarios, además de alborotar a pobladores de Bahía Blanca y ambientalistas, plantea un desafío operativo al puerto, ya que su porte es mayor que el posible de recibir, según anticipó el jefe de Prefectura, Antonio Quiroz.