La caja fiscal dividió la política entre amigos y enemigos

El sostenido conflicto rural desnudó una directa forma de clasificación de la política que prescinde de ideologías. Izquierdas, derechas, concertaciones y movimientos sociales dirimen las alianzas en torno de la caja.

3 junio, 2008

<p>Ya quebrada la confianza de la sociedad en las mediciones del INdEC, discutir hoy el modelo econ&oacute;mico argentino es una cuesti&oacute;n de apreciaciones. La canasta b&aacute;sica de alimentos, que marca l&iacute;mites a la pobreza y de &eacute;sta a la indigencia, est&aacute; constituida por valores que encuesta el mismo organismo que, desde hace un a&ntilde;o y medio, est&aacute; intervenido, precisamente, por el funcionario encargado de evitar las alzas de los precios: Guillermo Moreno. </p><p>De igual modo, tambi&eacute;n licuadas las ideolog&iacute;as por los v&iacute;nculos de inter&eacute;s que proponen los actuales moradores de la Casa Rosada, hoy podr&iacute;a afirmarse que los alineamientos pol&iacute;ticos prescinden del hist&oacute;rico meridiano de Yalta, que divid&iacute;a las izquierdas y las derechas del mundo, para ubicarse en funci&oacute;n del calor oficial.</p><p>El ahora dividido movimiento piquetero oficialista, que orienta el &quot;Huevo&quot; Ceballos, se pleg&oacute; al de Luis D&acute;El&iacute;a, no ya en un ideario social, sino en escrachar a la Sociedad Rural Argentina como el s&iacute;mbolo olig&aacute;rquico de la protesta agropecuaria. Ya ni siquiera frente a ese emblema se suman Ra&uacute;l Castells y seguidores a los otros colegas piqueteros. Al contrario, se movilizan en apoyo de los productores.</p><p>A m&aacute;s de 200 kil&oacute;metros de la sede de la tradicional entidad, en la peatonal porte&ntilde;a Florida, la antes aliada Corriente Clasista y Combativa, que lidera el estatal V&iacute;ctor De Gennaro, particip&oacute; en la ocupaci&oacute;n del edificio municipal de Gualeguaych&uacute;, codo a codo con el n&uacute;cleo duro de la resistencia rural de base a las retenciones m&oacute;viles.</p><p>De Gennaro, en realidad, act&uacute;a por fuera de la Central de Trabajadores Argentinos, CTA, de la que fuera uno de sus pilares, desde que el secretario general, el docente Hugo Yarsky, empez&oacute; a coquetear con el gobierno de Cristina Kirchner, detr&aacute;s de una promesa de reconocimiento de personer&iacute;a al que se viene oponiendo la CGT de Hugo Moyano.</p><p>El antimenemismo fue el factor de unidad de estas distintas vertientes, cuya identificaci&oacute;n ideol&oacute;gica era la militancia de izquierda. La CCC respond&iacute;a al partido Comunista Revolucionario y se enraiza en los or&iacute;genes con una &quot;tendencia&quot; con la que el matrimonio Kirchner, cuanto menos, ha declarado simpatizar, como en este caso la SMATA cordobesa de los &acute;70.</p><p>El l&iacute;der de las bases rurales en rebeld&iacute;a es Alfredo de Angeli, un dirigente de ideolog&iacute;a m&aacute;s af&iacute;n al tronco de la CCC que a la Rural que representa un &quot;moderado&quot; como Miguens.<br /></p>

<p><strong>La &quot;patria financiera&quot;</strong></p><p>La presidenta, en su discurso ante la FAO en Roma, traz&oacute; otra l&iacute;nea, aunque no ya ideol&oacute;gica, para dividir la matriz de los tenaces adversarios de su gobierno: los pooles de siembra, a los que identific&oacute; (sin precisarlo de ese modo) como la versi&oacute;n rural de la &quot;patria financiera&quot;. </p><p>Sin propon&eacute;rselo, la idea se la brind&oacute; Carlos Reutemann, cuando en sus &uacute;ltimas declaraciones para diferenciarse del gobierno nacional, caracteriz&oacute; a los productores m&aacute;s j&oacute;venes que fogonean el conflicto como prestadores de trabajos en otros campos para poder redondear un ingreso mejor. Por cierto que desplazarse a distancia con sus equipos, pernoctar en los trailers y madrugar con las heladas para realizar las labores a cielo abierto, sin calefacci&oacute;n, es la cara opuesta a residir abrigado y confortable en Puerto Madero, como subray&oacute; el ex gobernador de Santa Fe. El espejo que le encontr&oacute; a esa diferenciaci&oacute;n el matrimonio presidencial reflej&oacute; precisamente el prototipo de ahorrista de 16.000 d&oacute;lares que espera sumergido en el yacuzzi una ganancia del 30 % en divisas.</p><p>En todo caso, dentro del esquema de polarizaci&oacute;n que intentan instalar los Kirchner asoma la distinci&oacute;n entre los que consideran pobres y ricos, tomando obviamente posici&oacute;n por la protecci&oacute;n de los m&aacute;s postergados.</p><p>Algo parecido pusieron en pr&aacute;ctica cuando dictaminaron que las compa&ntilde;&iacute;as extranjeras que operaban los servicios p&uacute;blicos aprovechaban su fortaleza corporativa para acumular ganancias en detrimento de los consumidores cautivos: las fueron empujando con regulaciones hasta obligarlas a vender su participaci&oacute;n a empresarios nacionales aliados. El proceso a&uacute;n no finaliz&oacute;, ya que faltan varias gas&iacute;feras y el&eacute;ctricas, m&aacute;s algunas que otras petroleras.</p><p>El meridiano cero de la pol&iacute;tica que concibe el kirchnerismo pasa por su propia caja: los amigos abrevan de ella, los enemigos la cuestionan. Que sean pobres o ricos no es, en la pr&aacute;ctica, condici&oacute;n sine qua non.</p><p>Hasta en los derechos humanos, donde la frontera separaba en la concepci&oacute;n original a los militantes de izquierda de las fuerzas de represi&oacute;n, surgieron fisuras, que no tienen que ver precisamente con lo ideol&oacute;gico: Estela de Carlotto y Hebe Bonafini, abuela y madre de desaparecidos, respectivamente, adhieren al proyecto de la Casa Rosada, mientras que un par, en todo sentido, como Darwina Galliquio dio su apoyo a los productores ante la multitud que cubri&oacute; el monumento a la bandera y alrededores en Rosario, el 25 de mayo.<br /></p>

<p>Otro dirigente que divide aguas en el prop&oacute;sito oficial de poner a los movimientos populares de su lado y enfrentarlos con las antinomias de turno es el presidente de la Federaci&oacute;n Agraria, Eduardo Buzzi, a quien el aparato paraoficial busca desprestigiar, lo mismo que a De Angeli, por la capacidad natural para reclutar adhesiones dentro de la &quot;clientela&quot; a la que apunta el gobierno. Hasta no hace mucho, Buzzi se mostraba con D&acute;El&iacute;a y ahora ambos se cuidan muy bien de no hablar mal del otro.</p>
<p><strong>Extirpaciones</strong></p>
<p>Kichner va cortando con la minuciosa precisi&oacute;n de un cirujano cada &oacute;rgano que sale de su &oacute;rbita y sutura los cuerpos que funcionaban a favor pero sufren jirones, como la Concertaci&oacute;n Plural, a la que virtualmente hab&iacute;a abandonado a su suerte mientras se constitu&iacute;a como monarca del partido Justicialista.</p>
<p>Buzzi es un referente a extirpar porque integra un frente opositor, sino en lo pol&iacute;tico, al menos en lo gremial, donde la uni&oacute;n se hace para enfrentar asechanzas concretas a los intereses en com&uacute;n. </p>
<p>El ex presidente ha instalado en el gobierno el aserto de que se ha formado un partido pol&iacute;tico del agro con el que confrontar. Que no es Coalici&oacute;n C&iacute;vica, ni la UCR, ni el peronismo duhaldista (ahora ampliado por Jos&eacute; de la Sota y Carlos Reutemann, a su decir), sino un mosaico de peque&ntilde;os liderazgos casi imposible de reunir en una fuerza electoral capaz de derrotarlo, en 2009 primero y 2011 luego.</p>
<p>La base potencia de movilizaci&oacute;n efectiva son los 290 mil productores de todo el pa&iacute;s que se unieron para repudiar la exacci&oacute;n fiscal con que el kirchnerismo reforz&oacute; la caja con vistas a enfrentar los desaf&iacute;os venideros.</p>
<p>El estilo de reparto de subsidios sociales, obras a municipios que significan empleos, publicidad a medios que est&aacute;n de su lado, empresas a hombres de negocios que les responden directamente, significa una clara discriminaci&oacute;n entre amigos y enemigos. Para los primeros, &quot;todo&quot; para los otros &quot;ni justicia&quot;, uno de los axiomas peronistas de los viejos tiempos.</p>
<p>La arquitectura de poder que aplican los Kirchner desde sus &eacute;pocas de Santa Cruz se reflejar&iacute;a en un &quot;piso&quot; electoral del 40%, suponiendo que los productores rurales que dieron el voto a Cristina en octubre pasado lo retirasen en la pr&oacute;xima. Ese solo caudal asegurar&iacute;a el triunfo, siempre que no se junte en un frente homog&eacute;neo el otro 60 %. Y la experiencia de la Alianza permanecer&iacute;a a&uacute;n fresca (concluyen) en la memoria de los argentinos, por lo menos hasta el per&iacute;odo que viene.</p>
<p>La autoridad de mando es la caracter&iacute;stica saliente de N&eacute;stor Kirchner, y cuando se pone en duda, como sucedi&oacute; en esta primera etapa del gobierno de su esposa, no tiene empacho en salir a &quot;blindarla&quot;. Por eso, la posibilidad de resignar en el 2009 una parte de la hegemon&iacute;a que reuni&oacute; en el Congreso por efecto del desgaste por el paro agropecuario la siente plenamente cubierta por la &quot;gesti&oacute;n&quot; desde la Casa Rosada. <br />
La caja que junt&oacute; a expensas del agro, en esta oportunidad, eval&uacute;a que le sirve mucho m&aacute;s que los votos que pudo haber arriesgado en el lance, siempre y cuando la oposici&oacute;n no lo enfrente y la ciudadan&iacute;a conf&iacute;e en esa clase de ententes como la que hoy representa la que se pliega al paro agropecuario.</p>
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