Mientras Omán protesta, Túnez echa al premier

Tras una quietud de siglos, el sultanato de Omán –la monarquía más antigua de la península arábiga- se suma a los disturbios panmusulmanes con dos muertos. Túnez, por su parte, depone al último hombre del prófugo Zin ben Alí, Mohammed Ghannushí.

28 febrero, 2011

<p>Cientos de oman&iacute;es chocaban este fin de semana con la polic&iacute;a antimotines en el puerto de Sohar, al noreste de des&eacute;rtico pa&iacute;s. Circundado por Saudiarabia y Yemen, tambi&eacute;n limita con la Uni&oacute;n de Emiratos &Aacute;rabes y, dato interesante, controla la costa meridional del estrecho de Ormuz.<br />
<br />
Tras dos d&iacute;as de violencia, el sult&aacute;n &ndash;s&oacute;lo hay otro, en Marruecos- Qab&uacute;s bin Said, que maneja desde hace cuarenta a&ntilde;os este pa&iacute;s petrolero, orden&oacute; &ldquo;crear por decreto 50.000 puestos laborales y dar un subsidio mensual de US$ 385 por desocupado&rdquo;. El soberano tuvo la astucia de invocar la shariy&aacute;, ley can&oacute;nica del Islam.<br />
<br />
Las manifestaciones se iniciaron en paz el s&aacute;bado (lunes musulm&aacute;n), pero desbordes policiales trastornaron las cosas al emplear balas de goma. En respuesta, la gente incendi&oacute; varios edificios p&uacute;blicos, entre ellos una comisar&iacute;a y autom&oacute;viles oficiales. La agencia noticiosa oficial hablaba de saboteadores y ataques a la propiedad. Pero la reacci&oacute;n pol&iacute;tica del sult&aacute;n ten&iacute;a otra lectura.<br />
<br />
Seg&uacute;n fuentes occidentales, unas dos mil personas se hab&iacute;an concentrado en la plaza del puerto exigiendo reformas sociales, trabajo y aumentos. La polic&iacute;a empez&oacute; lanzando gases lacrim&oacute;genos, pero luego se desmand&oacute; y apel&oacute; a balines. Una imagen subida a YouTube mostraba el cuerpo de un hombre mientras dos blindados lo pisaban <br />
<br />
M&aacute;s tarde, intervinieron helic&oacute;pteros militares. Ya en la segunda jornada de peleas, la ola envolv&iacute;a a Swaik y Matraj, a las puertas de M&aacute;scate, la capital. Seg&uacute;n medios de la UEA (zona otrora conocida como &ldquo;Om&aacute;n de la tregua&rdquo;), no estaba claro qu&eacute; podr&iacute;a suceder ahora o si las urgentes medidas de bin Said surtir&iacute;an efecto a tiempo.<br />
<br />
Los acontecimientos en la moderna T&uacute;nez presentaban un panorama inverso respecto del feudal Om&aacute;n. En pleno Magreb, el ahora ex primer ministro Ghannush&iacute; fue expulsado del cargo y el pa&iacute;s, como no hace mucho le sucedi&oacute; a ben Al&iacute;. Pero en la capital hicieron falta cinco muertos.<br />
<br />
Tambi&eacute;n se necesitaron semanas de disturbios para desplazar a quien la gente ve&iacute;a como s&iacute;mbolo de corrupci&oacute;n y legatarios del r&eacute;gimen depuesto. Sin opciones, el presidente interino Fuad Mebazaa ech&oacute; mano al ex ministro de interior, Bedy&iacute; Ca&iacute;d-Esebs&iacute;, para reemplazar al dimitente. La peque&ntilde;a rep&uacute;blica en teor&iacute;a parlamentaria fue la catarsis que inici&oacute; la ola de revoluciones que desemboc&oacute; en el fin del egipcio Hosni Mubarak y el sangriento proceso que est&aacute; liquidando al libio Muammar Ghaddafi.</p>
<p>&nbsp;</p>

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades