¿La caída del dólar beneficia a los Estados Unidos?

La caída del dólar respecto al euro contribuirá a eliminar el fantasma de la deflación en el mercado de EEUU, pero agrandará las calamidades que se ciernen sobre el europeo.

23 mayo, 2003

Los analistas predicen que la depreciación del dólar será en general positiva para EEUU, no sólo por su impacto en los precios, sino también por el aumento de la competitividad de sus exportaciones.

Al mismo tiempo piensan que, a pesar de la debilidad de la moneda, los flujos financieros continuarán entrando en EEUU.
“La depreciación del dólar ayudará a EEUU con la deflación”, dijo a EFE Kathleen Stephansen, economista internacional de Credit Suisse First Boston.

El dólar ha perdido un casi un 40 por ciento de su valor respecto al euro desde su nivel más elevado hace dos años, lo que ha encarecido las importaciones europeas.

Esto permite a las empresas estadounidenses que fabrican productos similares a los europeos subir los precios sin perder cuotas de mercado.

Por ello, los economistas consideran la depreciación una buena vacuna contra la deflación, que consiste en una bajada generalizada de los precios, un fenómeno que, en opinión de la Reserva Federal, representa un peligro mayor que la inflación para la vacilante economía de EEUU.

Así, un estudio de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico calcula que una caída del dólar del 10 por ciento incrementa la inflación en un 1 por ciento y el crecimiento económico en un 0,2 por ciento.

El peligro durante un período de depreciación es la fuga de capital, como bien saben las economías emergentes de todo el mundo, ya que la pérdida de valor del dólar lo convierte en una moneda menos atractiva para los inversores.

Pero según Stephansen no cabe esperar una salida masiva de capital. “Desde 2000, hemos visto una desaceleración de la inversión directa extranjera venida de Europa, pero el gran ajuste ya ha ocurrido”, señaló.

Al fin y al cabo, EEUU no es como cualquier país emergente.
Muchas naciones del mundo, especialmente las grandes exportadoras de Asia, dependen de su mercado para crecer y, por ello, están dispuestas a financiar el abismal déficit comercial de EEUU.

A la caída del dólar los países de la región, y especialmente China y Japón, han respondido comprando gran cantidad de los billetes verdes para evitar una apreciación de sus monedas respectivas que perjudique sus exportaciones.

Como resultado, el euro ha asumido todo el impacto de la
depreciación del dólar y se ha apreciado también con respecto a las monedas asiáticas.

Esto coloca a la zona euro en una situación muy complicada y aplica más presión en las autoridades para tomar medidas drásticas que estimulen el crecimiento.
“Si no lo hacen, las cosas irán bastante mal”, afirmó Randall Henning, un experto del Instituto de Economía Internacional.

En los últimos años los costos laborales aumentaron en el viejo continente más que en EEUU, mientras que la productividad creció menos, pero la debilidad del euro mantuvo la competitividad de Europa, pues abarataba sus exportaciones, según Stephanson.

Ahora los analistas esperan que el Banco Central Europeo disminuya los tipos de interés, especialmente dado que varias economías de la región, con Alemania a la cabeza, corren el peligro de caer en una espiral deflacionaria, según un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero si quieren evitar más desempleo, las capitales europeas tendrán que emprender reformas estructurales, especialmente la liberación del mercado del trabajo, en opinión de Henning.
Mientras que la balanza comercial europea previsiblemente se deteriorará con la apreciación del euro, Robert Salomon, ex economista de la Reserva Federal, dijo a EFE que en EEUU el efecto tendrá la dirección contraria.

Por ahora este impacto no se ha sentido y el superávit de la Unión Europea con EEUU se incrementó casi un 27 por ciento en los primeros tres meses del año.
Henning afirmó que la mejora en la cuenta corriente de EEUU se sentirá con un retraso de “un par de años”.

Fuente: EFE

Los analistas predicen que la depreciación del dólar será en general positiva para EEUU, no sólo por su impacto en los precios, sino también por el aumento de la competitividad de sus exportaciones.

Al mismo tiempo piensan que, a pesar de la debilidad de la moneda, los flujos financieros continuarán entrando en EEUU.
“La depreciación del dólar ayudará a EEUU con la deflación”, dijo a EFE Kathleen Stephansen, economista internacional de Credit Suisse First Boston.

El dólar ha perdido un casi un 40 por ciento de su valor respecto al euro desde su nivel más elevado hace dos años, lo que ha encarecido las importaciones europeas.

Esto permite a las empresas estadounidenses que fabrican productos similares a los europeos subir los precios sin perder cuotas de mercado.

Por ello, los economistas consideran la depreciación una buena vacuna contra la deflación, que consiste en una bajada generalizada de los precios, un fenómeno que, en opinión de la Reserva Federal, representa un peligro mayor que la inflación para la vacilante economía de EEUU.

Así, un estudio de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico calcula que una caída del dólar del 10 por ciento incrementa la inflación en un 1 por ciento y el crecimiento económico en un 0,2 por ciento.

El peligro durante un período de depreciación es la fuga de capital, como bien saben las economías emergentes de todo el mundo, ya que la pérdida de valor del dólar lo convierte en una moneda menos atractiva para los inversores.

Pero según Stephansen no cabe esperar una salida masiva de capital. “Desde 2000, hemos visto una desaceleración de la inversión directa extranjera venida de Europa, pero el gran ajuste ya ha ocurrido”, señaló.

Al fin y al cabo, EEUU no es como cualquier país emergente.
Muchas naciones del mundo, especialmente las grandes exportadoras de Asia, dependen de su mercado para crecer y, por ello, están dispuestas a financiar el abismal déficit comercial de EEUU.

A la caída del dólar los países de la región, y especialmente China y Japón, han respondido comprando gran cantidad de los billetes verdes para evitar una apreciación de sus monedas respectivas que perjudique sus exportaciones.

Como resultado, el euro ha asumido todo el impacto de la
depreciación del dólar y se ha apreciado también con respecto a las monedas asiáticas.

Esto coloca a la zona euro en una situación muy complicada y aplica más presión en las autoridades para tomar medidas drásticas que estimulen el crecimiento.
“Si no lo hacen, las cosas irán bastante mal”, afirmó Randall Henning, un experto del Instituto de Economía Internacional.

En los últimos años los costos laborales aumentaron en el viejo continente más que en EEUU, mientras que la productividad creció menos, pero la debilidad del euro mantuvo la competitividad de Europa, pues abarataba sus exportaciones, según Stephanson.

Ahora los analistas esperan que el Banco Central Europeo disminuya los tipos de interés, especialmente dado que varias economías de la región, con Alemania a la cabeza, corren el peligro de caer en una espiral deflacionaria, según un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero si quieren evitar más desempleo, las capitales europeas tendrán que emprender reformas estructurales, especialmente la liberación del mercado del trabajo, en opinión de Henning.
Mientras que la balanza comercial europea previsiblemente se deteriorará con la apreciación del euro, Robert Salomon, ex economista de la Reserva Federal, dijo a EFE que en EEUU el efecto tendrá la dirección contraria.

Por ahora este impacto no se ha sentido y el superávit de la Unión Europea con EEUU se incrementó casi un 27 por ciento en los primeros tres meses del año.
Henning afirmó que la mejora en la cuenta corriente de EEUU se sentirá con un retraso de “un par de años”.

Fuente: EFE

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