Kirchner defendió irritado los cambios en el Indec

"No nos van a correr con dos tapas de diarios", afirmó el presidente. Calificó de positivo el dato de enero. Fuera del gobierno federal, casi nadie lo acompañó en su optimismo. Por el contrario, muchos dudaban de la estadística.

6 febrero, 2007

Con horas de retraso y mal humor ante la sede del Indec, se anunció que el índice de precios minorista había subido “apenas” 1,1% en enero. Se sospecha que dos componentes (turismo, medicina rentada) fueron retocados para no llegar a 1,3/1,4%. Por otra parte, parecen creíbles las cifras sobre alimentos y bebidas (-1,9%, por influjo de productos frescos y maniobras en el mercado central), esparcimiento (+1,8%) y transportes (+0,7%).

Al respecto, caben algunas observaciones. En primer lugar, las nuevas autoridades del Instituto nacional de estadística y censos -impuestas sin concurso de antecedentes- no han extrapolado el 22% de aumento aplicado por gran parte de la medicina rentada. En segundo término, el alza en el rubro turismo parece por demás exigua.

En resumen, el +1,1% anunciado crea escepticismo. Más plausible es el +2,6% registrado por la canasta básica, cuyo avance afecta a la clase proletaria y a la media con ingresos fijos. Este punto es clave en un año de comicios donde lo mejor que exhibe el gobierno es la inexistencia de oposición con posibilidades electorales (todavía).

El caso de la medicina rentada es particularmente objetable. Ni siquiera los expertos en el negocio creen que haya subido apenas 2% en enero. También el turismo despierta sospechas: avanzó sólo 3,7% contra 16,7% en enero de 2006 (si bien la comparación debe hacerse con febrero de igual año, para abarcar doce meses y no trece). En privado, algunos funcionarios -no los santacruceños, últimamente muy nerviosos- esperan que febrero resulte lo bastante bajo como para “dibujarlo hacia arriba” y promediar un primer bimestre más potable para la opinión pública.

Como no podía ser otro modo, la oposición parlamentaria censuró con aspereza lo ocurrido en el Indec y el indicador maquillado. Algunos medios detectaron “analistas de Wall Street preocupados”. Pero, el lunes, el tema que desvelaba a esos círculos era el astronómico gasto militar propuesto por George W.Bush al congreso.

Eso sí: operadores financieros locales ven con inquietud esta cosmética pues, por esa vía, pueden surgir dudas sobre futuras cifras del PBI. O sea, un factor clave para varias series de bonos (que cedieron el martes 1,1%). Nadie espera claro, que el presidente del banco central arriesgue el cargo haciendo las observaciones pertinentes.

Con horas de retraso y mal humor ante la sede del Indec, se anunció que el índice de precios minorista había subido “apenas” 1,1% en enero. Se sospecha que dos componentes (turismo, medicina rentada) fueron retocados para no llegar a 1,3/1,4%. Por otra parte, parecen creíbles las cifras sobre alimentos y bebidas (-1,9%, por influjo de productos frescos y maniobras en el mercado central), esparcimiento (+1,8%) y transportes (+0,7%).

Al respecto, caben algunas observaciones. En primer lugar, las nuevas autoridades del Instituto nacional de estadística y censos -impuestas sin concurso de antecedentes- no han extrapolado el 22% de aumento aplicado por gran parte de la medicina rentada. En segundo término, el alza en el rubro turismo parece por demás exigua.

En resumen, el +1,1% anunciado crea escepticismo. Más plausible es el +2,6% registrado por la canasta básica, cuyo avance afecta a la clase proletaria y a la media con ingresos fijos. Este punto es clave en un año de comicios donde lo mejor que exhibe el gobierno es la inexistencia de oposición con posibilidades electorales (todavía).

El caso de la medicina rentada es particularmente objetable. Ni siquiera los expertos en el negocio creen que haya subido apenas 2% en enero. También el turismo despierta sospechas: avanzó sólo 3,7% contra 16,7% en enero de 2006 (si bien la comparación debe hacerse con febrero de igual año, para abarcar doce meses y no trece). En privado, algunos funcionarios -no los santacruceños, últimamente muy nerviosos- esperan que febrero resulte lo bastante bajo como para “dibujarlo hacia arriba” y promediar un primer bimestre más potable para la opinión pública.

Como no podía ser otro modo, la oposición parlamentaria censuró con aspereza lo ocurrido en el Indec y el indicador maquillado. Algunos medios detectaron “analistas de Wall Street preocupados”. Pero, el lunes, el tema que desvelaba a esos círculos era el astronómico gasto militar propuesto por George W.Bush al congreso.

Eso sí: operadores financieros locales ven con inquietud esta cosmética pues, por esa vía, pueden surgir dudas sobre futuras cifras del PBI. O sea, un factor clave para varias series de bonos (que cedieron el martes 1,1%). Nadie espera claro, que el presidente del banco central arriesgue el cargo haciendo las observaciones pertinentes.

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