Juez prohibe pesificar un depósito

Un juez prohibió al banco Galicia pesificar dinero de la quiebra de la empresa de transportes Chevallier y reprogramarlo como plazo fijo

25 febrero, 2002

Un juez del fuero comercial
prohibió al Banco de Galicia convertir a pesos un depósito
judicial por la quiebra de la empresa de transportes Chevallier
para reprogramarlo en plazos fijos a pagarse hasta el año
2005.

El juez Alfredo Kolliker Frers le ordenó a la entidad bancaria,
mediante una resolución, “abstenerse de realizar la reprogramación
de los plazos fijos constituídos”, según las disposiciones de las
normas que fijó el denominado corralito.

Así, el magistrado prohibió al Banco que pesifique a la
cotización de un dólar igual 1,40 pesos el depósito judicial y
dispuso que los fondos depositados deberán quedar “en una cuenta a
la vista, a nombre de estos autos y a la orden de este tribunal en
la moneda en que fue realizada la imposición, dólares
estadounidenses”.

Kolliker Frers señaló que “los depósitos judiciales no se
encuentran específicamente contemplados en las normas regulatorias
del llamado ´corralito´ financiero”, como lo dijo en diciembre
último cuando intervino en la causa.

Por su parte, el Galicia expresó en el marco del expediente que
había tomado la decisión de “afectar los fondos invertidos en
autos a dicha normativa, con la consiguiente pesificación de los
mismos a la paridad un dólar igual a 1,40 pesos, y la ulterior
reprogramación de los plazos de devolución para diciembre del año
2005”.

El juez estimó “inaceptable” la decisión del banco y la
consideró “injusta”. Asimismo, agregó que “no es razonable que la
colocación de fondos judiciales en el sistema financiero se rija
por las mismas disposiciones que gobiernan las relaciones entre
los bancos y los particulares, o el propio Estado”.

“La colocación de fondos judiciales no puede ser considerada
una operación más del mercado financiero”, advirtió.
En tanto, aclaró que los jueces no son propietarios de los
fondos que se depositan a su nombre y “la única razón por la cual
van a parar a los bancos es porque no existe otra forma de
custodiar y disponer de ese dinero a través del sistema
financiero”.

Kolliker aseguró que la acción de la justicia “no puede quedar
a expensas de los vaivenes del mercado financiero, ni verse
condicionada por restricciones a esa disponibilidad fundadas en
circunstancias ajenas a la evolución propia del trámite del
proceso al que esos fondos se encuentras afectados”.

Un juez del fuero comercial
prohibió al Banco de Galicia convertir a pesos un depósito
judicial por la quiebra de la empresa de transportes Chevallier
para reprogramarlo en plazos fijos a pagarse hasta el año
2005.

El juez Alfredo Kolliker Frers le ordenó a la entidad bancaria,
mediante una resolución, “abstenerse de realizar la reprogramación
de los plazos fijos constituídos”, según las disposiciones de las
normas que fijó el denominado corralito.

Así, el magistrado prohibió al Banco que pesifique a la
cotización de un dólar igual 1,40 pesos el depósito judicial y
dispuso que los fondos depositados deberán quedar “en una cuenta a
la vista, a nombre de estos autos y a la orden de este tribunal en
la moneda en que fue realizada la imposición, dólares
estadounidenses”.

Kolliker Frers señaló que “los depósitos judiciales no se
encuentran específicamente contemplados en las normas regulatorias
del llamado ´corralito´ financiero”, como lo dijo en diciembre
último cuando intervino en la causa.

Por su parte, el Galicia expresó en el marco del expediente que
había tomado la decisión de “afectar los fondos invertidos en
autos a dicha normativa, con la consiguiente pesificación de los
mismos a la paridad un dólar igual a 1,40 pesos, y la ulterior
reprogramación de los plazos de devolución para diciembre del año
2005”.

El juez estimó “inaceptable” la decisión del banco y la
consideró “injusta”. Asimismo, agregó que “no es razonable que la
colocación de fondos judiciales en el sistema financiero se rija
por las mismas disposiciones que gobiernan las relaciones entre
los bancos y los particulares, o el propio Estado”.

“La colocación de fondos judiciales no puede ser considerada
una operación más del mercado financiero”, advirtió.
En tanto, aclaró que los jueces no son propietarios de los
fondos que se depositan a su nombre y “la única razón por la cual
van a parar a los bancos es porque no existe otra forma de
custodiar y disponer de ese dinero a través del sistema
financiero”.

Kolliker aseguró que la acción de la justicia “no puede quedar
a expensas de los vaivenes del mercado financiero, ni verse
condicionada por restricciones a esa disponibilidad fundadas en
circunstancias ajenas a la evolución propia del trámite del
proceso al que esos fondos se encuentras afectados”.

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