sábado, 21 de diciembre de 2024

Jubilados actuales y futuros son víctimas de las turbulencias

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Los norteamericanos mayores de sesenta, con aportes o inversiones en fondos imprudentes, figuran entre los grupos más castigados por las turbulencias especulativas. También están entre quienes menos capacidad de recuperación tienen.

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Ello resulta de la &ldquo;revoluci&oacute;n conservadora&rdquo; de Ronald Reagan, que inici&oacute; el proceso por el cual las jubilaciones fueron pasando de fijas a ajustables. Dado que el motivo real era beneficiar al sector privado y a Wall Street (dos reductos republicanos), hoy los pasivos pierden fuerte cada d&iacute;a de operaciones burs&aacute;tiles. Ser&iacute;a como si, en la Argentina de Domingo Cavallo, el sistema por capitalizaci&oacute;n hubiese desalojado completamente al de reparto.<br />
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&ldquo;La gente est&aacute; aterrorizada con raz&oacute;n&rdquo;, apunta Alicia Munnell (<em>Center for Retirement Research</em>, CRR, Boston). &ldquo;Si los mercados se caen cuando uno tiene 45 a&ntilde;os, OK, hay tiempo para repuntes. Pero, veinte a&ntilde;os despu&eacute;s, tal sea preciso vender vivienda u otros activos, pues la recuperaci&oacute;n llegar&aacute; tarde. Un jubilado no puede darse el lujo de colocarse en bonos, porque su rinde no le alcanza para vivir&rdquo;.
<p> Por cierto, los actuales jubilados tienen menos ahorros, m&aacute;s sobrevida y mayor exposici&oacute;n a riesgos de mercado que en los a&ntilde;os 30. Aun antes de las presentes turbulencias, 39% teme agotar ahorros en vida, contra 29% en 2007. As&iacute; revela una encuesta anual del <em>Employee Benefit Research Institute </em>(EBRI, Washington).</p>
<p> Por tanto, este mundo es duro para los jubilados por lo mismo que beneficia a las empresas: ya no hay planes fijos. El detalle pesar&aacute; sin duda en las elecciones de noviembre y s&oacute;lo Barack Obama tiene &ndash;desde noviembre- un programa social que contempla el tema.</p>
<p> La falta de beneficios fijos hace que la gente deba estirar lo m&aacute;s posible su dinero Por ejemplo, una mujer de 65 a&ntilde;os es especialmente vulnerable. Su ingreso anual (US$ 50.000, menos de cuanto cobra por mes cualquier operador de Wall Street) proviene esencialmente de dividendos accionarios y caen s&iacute; los t&iacute;tulos caen. Si contase con dividendos fijos, podr&iacute;a ignorar la erosi&oacute;n del activo subyacente; pero las cosas no funcionan as&iacute;.</p>
<p> Los viejos con pocos activos, inclusive el tercio de jubilados norteamericanos que dependen de seguridad social por 90% o m&aacute;s de sus ingresos, tal vez no sufran el declive del mercado burs&aacute;til. Pero pagan m&aacute;s caro alimentos y combustibles. Entretanto, el colapso inmobiliario golpea a los propietarios m&aacute;s viejos. De acuerdo con CRR, la gente de 63 para arriba ha refinanciado viviendas por US$ 300.000 millones entre 2001 y 2006, deteriorando sus activos personales o familiares.</p>
<p> Sondeos de CRR y EBRI revelan que cada vez m&aacute;s personas en edad de retirarse postergan la decisi&oacute;n, lo cual implica reducir aportes a sus cuentas o tomar de ellas para cubrir gastos cotidianos, tarjetas de cr&eacute;dito y, claro, deudas hipotecarias. </p>

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