Jornada sangrienta en Medio Oriente

Esta tarde el Ejército israelí lanzó un ataque por tierra y aire contra objetivos palestinos en Cisjordania y Gaza, en represalia por un atentado, adjudicado a Hamas, registrado por la mañana. Hubo, al menos, 17 muertos.

18 mayo, 2001

(EFE).- Al menos 17 personas murieron hoy (viernes 18) en una de las jornadas más sangrientas de la actual ola de violencia en Medio Oriente, en la que Hamas perpetró un atentado en Israel y el Ejército israelí utilizó por primera vez aviones de combate contra objetivos palestinos.

El trágico recuento comenzó este mediodía en la ciudad israelí de Natania, donde un atentado perpetrado por un suicida palestino se cobró la vida de cinco civiles israelíes.

Las víctimas israelíes, tres mujeres y dos hombre, se encontraban en el mercado central de esa ciudad costera, cuando ocurrió la explosión, de la que fue testigo de excepción uno de los guardias de seguridad del centro, que después detalló lo sucedido a los medios de comunicación.

“Le miré a los ojos y él explotó”, relató. “No le vi presionar ningún botón, nada. Simplemente explotó y desapareció. Vi como una gran bola de fuego rodeaba al hombre y humo”, añadió.

El atentado fue reivindicado por el Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas), cuyo portavoz explicó que era su respuesta a la muerte de diez civiles palestinos en los últimos días.

Tras el atentado, el primer ministro israelí, Ariel Sharón, convocó a los miembros de su gabinete a una reunión urgente, mientras su asesor de prensa, Raanán Guisín, se apresuraba a culpar al líder palestino, Yaser Arafat, del suceso.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP), por su parte, condenó “el asesinato de civiles inocentes, ya sean palestinos o israelíes” y apeló al Gobierno israelí a salir del actual ciclo de violencia.

Posteriormente, un grupo de palestinos mató a un joven colono judío e hirió de gravedad a su madre, al disparar contra el coche en el que viajaban por una carretera del distrito de Ramala.

La respuesta israelí llegó una hora después, cuando el Ejército de ese país lanzó un ataque por tierra y aire contra objetivos palestinos en Cisjordania y Gaza.

En estos ataques, el Ejército israelí utilizó aviones de combate F-16 (hasta ahora, los israelíes habían empleado helicópteros de la Fuerza Aérea) desde los que lanzó misiles contra objetivos de seguridad en las ciudades cisjordanas de Ramala, Naplusa y Tulkárem, de donde era el palestino suicida, y la franja de Gaza.

Al menos nueve palestinos murieron y unos 45 resultaron heridos –cinco de ellos de gravedad– en los ataques registrados en la ciudad autónoma de Naplusa, donde fue bombardeado un edificio que alberga varios organismos de seguridad, entre ellos la cárcel central.

En Ramala, donde fueron bombardeadas las instalaciones de la Fuerza 17, la guardia presidencial de Arafat, murió otro palestino y al menos diez resultaron heridos.

Sin embargo, se teme que la cifra de víctimas aumente, ya que el edificio, en el que había 80 palestinos en el momento del bombardeo, quedó prácticamente destruido, por lo que algunas personas podrían haber quedado atrapadas bajo los escombros.

En la ciudad autónoma de Gaza, donde se localizan numerosos organismos de seguridad palestinos, el Ejército israelí bombardeó la base de Ansar y un edificio en la zona de Sudaníe.

El Ejército israelí también bombardeó los objetivos palestinos de Naplusa y Ramala por tierra, con tanques.

(EFE).- Al menos 17 personas murieron hoy (viernes 18) en una de las jornadas más sangrientas de la actual ola de violencia en Medio Oriente, en la que Hamas perpetró un atentado en Israel y el Ejército israelí utilizó por primera vez aviones de combate contra objetivos palestinos.

El trágico recuento comenzó este mediodía en la ciudad israelí de Natania, donde un atentado perpetrado por un suicida palestino se cobró la vida de cinco civiles israelíes.

Las víctimas israelíes, tres mujeres y dos hombre, se encontraban en el mercado central de esa ciudad costera, cuando ocurrió la explosión, de la que fue testigo de excepción uno de los guardias de seguridad del centro, que después detalló lo sucedido a los medios de comunicación.

“Le miré a los ojos y él explotó”, relató. “No le vi presionar ningún botón, nada. Simplemente explotó y desapareció. Vi como una gran bola de fuego rodeaba al hombre y humo”, añadió.

El atentado fue reivindicado por el Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas), cuyo portavoz explicó que era su respuesta a la muerte de diez civiles palestinos en los últimos días.

Tras el atentado, el primer ministro israelí, Ariel Sharón, convocó a los miembros de su gabinete a una reunión urgente, mientras su asesor de prensa, Raanán Guisín, se apresuraba a culpar al líder palestino, Yaser Arafat, del suceso.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP), por su parte, condenó “el asesinato de civiles inocentes, ya sean palestinos o israelíes” y apeló al Gobierno israelí a salir del actual ciclo de violencia.

Posteriormente, un grupo de palestinos mató a un joven colono judío e hirió de gravedad a su madre, al disparar contra el coche en el que viajaban por una carretera del distrito de Ramala.

La respuesta israelí llegó una hora después, cuando el Ejército de ese país lanzó un ataque por tierra y aire contra objetivos palestinos en Cisjordania y Gaza.

En estos ataques, el Ejército israelí utilizó aviones de combate F-16 (hasta ahora, los israelíes habían empleado helicópteros de la Fuerza Aérea) desde los que lanzó misiles contra objetivos de seguridad en las ciudades cisjordanas de Ramala, Naplusa y Tulkárem, de donde era el palestino suicida, y la franja de Gaza.

Al menos nueve palestinos murieron y unos 45 resultaron heridos –cinco de ellos de gravedad– en los ataques registrados en la ciudad autónoma de Naplusa, donde fue bombardeado un edificio que alberga varios organismos de seguridad, entre ellos la cárcel central.

En Ramala, donde fueron bombardeadas las instalaciones de la Fuerza 17, la guardia presidencial de Arafat, murió otro palestino y al menos diez resultaron heridos.

Sin embargo, se teme que la cifra de víctimas aumente, ya que el edificio, en el que había 80 palestinos en el momento del bombardeo, quedó prácticamente destruido, por lo que algunas personas podrían haber quedado atrapadas bajo los escombros.

En la ciudad autónoma de Gaza, donde se localizan numerosos organismos de seguridad palestinos, el Ejército israelí bombardeó la base de Ansar y un edificio en la zona de Sudaníe.

El Ejército israelí también bombardeó los objetivos palestinos de Naplusa y Ramala por tierra, con tanques.

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