Resulta ya obvio que, con los gastos bélicos pivoteando en Irak, le será casi imposible al poder ejecutivo hacer pasar el proyecto presupuestario presentado días atrás. La ausencia de representantes republicanos que defendieran al presidente en el piso fue signo evidente.
Arrebatándole la iniciativa a un senado donde hay virtual empate entre oficialistas y opositores, los representantes se aprestan a votar –este viernes- el pedido de 21.500 efectivos adicionales. Para la ocasión, los 435 diputados dispondrán de cinco minutos cada uno. Si no falta nadie, será todo un fin de semana de debates.
En una señal de moderación, la breve resolución apoya a las tropas destacadas, pero no la política de Bush en el tema. En términos reglamentarios, no obliga al presidente; pero es otro paso en una larga serie de presiones para que la Casa Blanca ceje en su persistencia y Bush recuerde que su mandato empieza a declinar.
En lo tocante al debate previsto desde el viernes, los representantes republicanos no se forjan ilusiones. Inclusive, saben que varios de los suyos se pasarán al bando contrario. En un intento de bloquear la medida del lunes, algunos sostuvieron que la idea era retacear fondos a la guerra. Por supuesto, tarde o temprano eso ocurrirá.
Resulta ya obvio que, con los gastos bélicos pivoteando en Irak, le será casi imposible al poder ejecutivo hacer pasar el proyecto presupuestario presentado días atrás. La ausencia de representantes republicanos que defendieran al presidente en el piso fue signo evidente.
Arrebatándole la iniciativa a un senado donde hay virtual empate entre oficialistas y opositores, los representantes se aprestan a votar –este viernes- el pedido de 21.500 efectivos adicionales. Para la ocasión, los 435 diputados dispondrán de cinco minutos cada uno. Si no falta nadie, será todo un fin de semana de debates.
En una señal de moderación, la breve resolución apoya a las tropas destacadas, pero no la política de Bush en el tema. En términos reglamentarios, no obliga al presidente; pero es otro paso en una larga serie de presiones para que la Casa Blanca ceje en su persistencia y Bush recuerde que su mandato empieza a declinar.
En lo tocante al debate previsto desde el viernes, los representantes republicanos no se forjan ilusiones. Inclusive, saben que varios de los suyos se pasarán al bando contrario. En un intento de bloquear la medida del lunes, algunos sostuvieron que la idea era retacear fondos a la guerra. Por supuesto, tarde o temprano eso ocurrirá.