Irak: faltan miles de barriles de crudos, sostiene un estudio

Se esfumaron 200.000 y 300.000 barriles diarios de supuesta producción iraquí durante cuatro años, vía corrupción, robo o contrabando, señala un trabajo del gobierno norteamericano. A US$ 50 el barril, son siete a diez millones al día.

15 mayo, 2007

El informe no formula conclusiones definitivas sobre ese 10 a 15% de los casi dos millones de barriles diarios extraídos. Pero sus hallazgos refuerzan viejas sospechas: contrabandistas, insurgentes y funcionarios corruptos –públicos o privados- manejan una parte nada desdeñable del negocio petrolero local. El estudio también ofrece explicaciones alternativas, inclusive que Bagdad haya estado inflando estadísticas de producción.

Irak y el departamento de estado, fuente del trabajo, han sufrido persistentes presiones para mostrar progresos tangibles en materia de niveles extractivos, que siguen muy por debajo del objetivo oficial, tres millones de barriles diarios. Por supuesto, la economía iraquí depende de los ingresos petroleros, intervenido por Washington. Este informe fue preparado la oficina federal de responsabilidad ejecutiva y la filtró a los medios otra repartición, que había copia.

Algunos técnicos del gobierno ofrecen diversas explicaciones posibles para las discrepancias en cifras. Entre ellas, pérdidas por sabotaje o datos inadecuados en el sur del país , donde los ingenieros no discriminan correctamente el agua bombeada junto con los crudos. También se sospecha de robos, principalmente por milicias shiitas.

Funcionarios estadounidenses e iraquíes señalaban, tiempo atrás, que el robo o el contrabando de refinados (nafta, querosén) estaban costándole al país miles de millones anuales en ingresos perdidos. Lo malo es que buena parte de esos fondos va a grupos insurgentes sunnitas (apoyados por tropas norteamericanas) y shiitas. Por supuesto, el crudo robado es más difícil de negociar, pues debe refinarse ante de colocarse en algún mercado.

Este estudio es el examen hasta hoy más amplio sobre los frustráneos esfuerzos estadounidenses para reconstruir dos sectores claves de Irak: combustibles y energía. Erik Kreil, un experto familiarizado con estos problemas, revela que las estadísticas mundiales (exportaciones, refinación, etc.) no convalidan las cifras oficiales iraquíes. Analistas ajenos a Washington o Bagdad coinciden en una cosa: las discrepancias trasuntan una vasta substracción de petróleo, a menos que los números oficiales sean groseramente erróneos.

El informe aporta además la evaluación hasta ahora más amplia de los miles de millones que EE.UU. e Irak han gastado en reconstruir dos infraestructuras fundamentales: la petrolera y la eléctrica. Ambas sigue deteriorándose cada vez más y se alejan de sus propias metas. Sumando los presupuestos militar y civil, de acuerdo con el estudio Washington ha gastado US$ 5.100 millones de los 7.400 millones reservados para reconstruir redes de combustibles y energía, sin mayores resultados. También se insumieron US$ 3.800 millones del presupuesto iraquí –pero por decisión norteamericana- en los mismos sectores.

La producción media de la red eléctrica nacional en 2006, por ejemplo, fue 4.300 megavatios, o sea casi igual que antes de la invasión de 2003. Hacia febrero de 2007, la cifra había cedido a 3.800 megavatios. Ninguno de esos números se acerca al objetivo fijado por EE.UU.: 6.000 megavatios.

El informe no formula conclusiones definitivas sobre ese 10 a 15% de los casi dos millones de barriles diarios extraídos. Pero sus hallazgos refuerzan viejas sospechas: contrabandistas, insurgentes y funcionarios corruptos –públicos o privados- manejan una parte nada desdeñable del negocio petrolero local. El estudio también ofrece explicaciones alternativas, inclusive que Bagdad haya estado inflando estadísticas de producción.

Irak y el departamento de estado, fuente del trabajo, han sufrido persistentes presiones para mostrar progresos tangibles en materia de niveles extractivos, que siguen muy por debajo del objetivo oficial, tres millones de barriles diarios. Por supuesto, la economía iraquí depende de los ingresos petroleros, intervenido por Washington. Este informe fue preparado la oficina federal de responsabilidad ejecutiva y la filtró a los medios otra repartición, que había copia.

Algunos técnicos del gobierno ofrecen diversas explicaciones posibles para las discrepancias en cifras. Entre ellas, pérdidas por sabotaje o datos inadecuados en el sur del país , donde los ingenieros no discriminan correctamente el agua bombeada junto con los crudos. También se sospecha de robos, principalmente por milicias shiitas.

Funcionarios estadounidenses e iraquíes señalaban, tiempo atrás, que el robo o el contrabando de refinados (nafta, querosén) estaban costándole al país miles de millones anuales en ingresos perdidos. Lo malo es que buena parte de esos fondos va a grupos insurgentes sunnitas (apoyados por tropas norteamericanas) y shiitas. Por supuesto, el crudo robado es más difícil de negociar, pues debe refinarse ante de colocarse en algún mercado.

Este estudio es el examen hasta hoy más amplio sobre los frustráneos esfuerzos estadounidenses para reconstruir dos sectores claves de Irak: combustibles y energía. Erik Kreil, un experto familiarizado con estos problemas, revela que las estadísticas mundiales (exportaciones, refinación, etc.) no convalidan las cifras oficiales iraquíes. Analistas ajenos a Washington o Bagdad coinciden en una cosa: las discrepancias trasuntan una vasta substracción de petróleo, a menos que los números oficiales sean groseramente erróneos.

El informe aporta además la evaluación hasta ahora más amplia de los miles de millones que EE.UU. e Irak han gastado en reconstruir dos infraestructuras fundamentales: la petrolera y la eléctrica. Ambas sigue deteriorándose cada vez más y se alejan de sus propias metas. Sumando los presupuestos militar y civil, de acuerdo con el estudio Washington ha gastado US$ 5.100 millones de los 7.400 millones reservados para reconstruir redes de combustibles y energía, sin mayores resultados. También se insumieron US$ 3.800 millones del presupuesto iraquí –pero por decisión norteamericana- en los mismos sectores.

La producción media de la red eléctrica nacional en 2006, por ejemplo, fue 4.300 megavatios, o sea casi igual que antes de la invasión de 2003. Hacia febrero de 2007, la cifra había cedido a 3.800 megavatios. Ninguno de esos números se acerca al objetivo fijado por EE.UU.: 6.000 megavatios.

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