Ya en las últimas cuatro semanas rumbo al 7 de noviembre, los demócratas logran crecientes ventajas. Cada día más bancas oficialistas están en peligro de perderse. Por de pronto, la oposición parece tener asegurada ya la cámara de representantes. Los últimos sondeos otorgan a los demócratas amplias ventajas, debidos a la disconformidad del público con el manejo de Irak, Afganistán, Pakistán y el escándalo parlamentario. Si bien Bush no se juega en estos comicios, su falta de liderazgo claro perjudica a los republicanos, especialmente a los conservadores.
Tal como estaban las cosas este fin desemana, la oposición debe recobrar sólo quince escaños en diputados y seis en el senado para recobrar el control. Las encuestas dan a los demócratas una ventaja entre 13 y 23% sobre el oficialismo. Simultáneamente, el apoyo a Bush cae nuevamente bajo 40%, y su falta de propuestas concretas en la crisis norcoreana no lo ayuda. Tampoco las duras acusaciones del general británico Richard Dannat sobre errores en la guerra.
En cuanto al asunto Foley, ha sacado temporariamente de primer plano el mensaje oficial sobre seguridad, terrorismo y economía. Mientras tanto, los republicanos no consiguen reducir la elección nacional a un cúmulo de votaciones locales.
Ya en las últimas cuatro semanas rumbo al 7 de noviembre, los demócratas logran crecientes ventajas. Cada día más bancas oficialistas están en peligro de perderse. Por de pronto, la oposición parece tener asegurada ya la cámara de representantes. Los últimos sondeos otorgan a los demócratas amplias ventajas, debidos a la disconformidad del público con el manejo de Irak, Afganistán, Pakistán y el escándalo parlamentario. Si bien Bush no se juega en estos comicios, su falta de liderazgo claro perjudica a los republicanos, especialmente a los conservadores.
Tal como estaban las cosas este fin desemana, la oposición debe recobrar sólo quince escaños en diputados y seis en el senado para recobrar el control. Las encuestas dan a los demócratas una ventaja entre 13 y 23% sobre el oficialismo. Simultáneamente, el apoyo a Bush cae nuevamente bajo 40%, y su falta de propuestas concretas en la crisis norcoreana no lo ayuda. Tampoco las duras acusaciones del general británico Richard Dannat sobre errores en la guerra.
En cuanto al asunto Foley, ha sacado temporariamente de primer plano el mensaje oficial sobre seguridad, terrorismo y economía. Mientras tanto, los republicanos no consiguen reducir la elección nacional a un cúmulo de votaciones locales.